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El mural, del dramaturgo Ernesto Anaya, se presenta desde mañana en el Casino Metropolitano

En escena, cuestionan los mitos sobre los que se construyó la identidad mexicana

El argumento surge de una anécdota de Diego Rivera y vinculo varias etapas históricas del país

 
Periódico La Jornada
Domingo 6 de mayo de 2012, p. 6

Cuando el pintor mexicano Diego Rivera estaba por concluir los murales del Palacio Nacional se cayó de un andamio. Dijo que había sido empujado por uno de los personajes que estaba pintando. A partir de esa anécdota, que hoy forma parte de la leyenda y universo riveriano, el dramaturgo Ernesto Anaya Ottone escribió El mural, donde un Diego Rivera convaleciente alucina una obra que subvierte la historia de México, en particular la Conquista.

El mural es una obra que de manera fársica y absurda entreteje esa parte de la historia de nuestro país con ciertos momentos de la vida de Rivera, que tienen que ver con los mitos que creó sobre sí mismo.

No se trata de una obra formal o historicista sobre México, ni sobre la vida del reconocido pintor, aclaró el director de la puesta en escena José Antonio Cordero. Al contrario, se trata de un gran carnaval. Entendido como en alguna ocasión los describiera el también muralista José Clemente Orozco, quien dijo que la Revolución Mexicana fue un gran carnaval. De ahí, apuntó el creador escénico, que la historia de México, como la hemos vivido en muchos momentos, ha sido un gran carnaval, que cada sexenio sube de tono.

La obra se constituye por distintas escenas que son parte de un gran mural, el cual cuenta una historia sui generis y fundacional de nuestro país. Simbólicamente, se ha explicado que el nacimiento del mestizaje se gestó a partir del matrimonio entre Hernán Cortés y La Malinche. Sin embargo, aquí Anaya Ottone, a través de este Rivera ficticio y bufonesco, trastoca dicho simbolismo y propone como escena central de ese mural que los mexicanos venimos no del matrimonio entre Cortés y Moctezuma.

Ese será el mural que se pinta y se escenifica. La boda mística y alegórica entre ambos personajes históricos, explicó Cordero. “Dejamos de ser simbólicamente ‘hijos de la chingada’ para pasar a ser hijos de ese matrimonio, cuyos contrayentes son del mismo sexo.”

Conforme trascurre la obra, el personaje de Diego Rivera se inventa que se encuentra y conversa con figuras históricas, como Emiliano Zapata, Moctezuma y Cortés, entre otros. En escena se proyectan imágenes o fragmentos de algunos de los murales de Rivera, cuyos personajes van apareciendo y cobrando vida.

En El mural, detalla el director del montaje, vemos desde el nacimiento de Cortés y su viaje a las Indias, así como la juventud de Moctezuma y cuando los sacerdotes prevén su destino trágico, entre otras escenas, las cuales se mezclan con los momentos contemporáneos de la vida de Rivera, como su encuentro con los cubistas, con (José Guadalupe) Posada, quien lo apadrinó como artista, lo cual se dice fue un mito; el encuentro con Nelson Rockefeller, y la charla ficticia con Carmen Romero Rubio, entre otras acciones.

En la obra se emplean recursos multimedia para referirse tanto a personajes políticos, como a conocidas televisoras, incluso hasta la Estela de Luz. “En un juego de imágenes, en cierto momento cuando se dice: ‘El gran Tlacaélel apadrina a Moctezuma’ se ve a Carlos Salinas de Gortari apadrinando a cada presidente priísta, así como al candidato actual.”

El mural es una revisión contemporánea, no de nuestra historia, sino de nuestra identidad mexicana, la cual ha sido construida, como cualquier otra identidad nacional, con una serie de mitos. Es una obra que intenta reflexionar sobre las mentiras y grandes contradicciones en las que se han construido nuestra identidad.

Para el montaje, se hizo una intervención arquitectónica, se construyó un andamiaje con rampas inclinadas a los costados dentro de lo que en su momento fue casa de la familia Romero Rubio, es decir, de Carmen Romero Rubio, última y joven esposa de Porfirio Díaz; sitio que hoy es conocido como el Casino Metropolitano.

El mural cuenta con ocho actores en escena encabezados por Alexis Braulio, Daniel Martínez y Pedro Kominik, quienes interpretan alrededor de 60 personajes; música original en vivo, compuesta por Alberto Rosas; video de Andrés Villalobos y Héctor Valle; escenografía e iluminación de Jesús Hernández, y vestuario de Vladimir Maislin. Se presenta en el contexto del fmx-Festival de México, del 7 al 10 de mayo, a las 20 horas, en el Casino Metropolitano, Tacuba 15, Centro Histórico.