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El Estado debe incluir la perpectiva y propuestas juveniles en las políticas al respecto, dicen

Estigmatización, única postura de televisoras con jóvenes adictos

Insisten en mensajes morales, punitivos y prohibitivos; el resultado ha sido mayor violencia

 
Periódico La Jornada
Lunes 30 de abril de 2012, p. 5

Estudiantes universitarios aceptaron que la juventud presenta alto uso de drogas, legales e ilegales. Llamaron a desestigmatizar el consumo de estas sustancias y subrayaron la urgencia de que el Estado mexicano incluya la perspectiva y propuestas de los jóvenes en las políticas referentes a los estupefacientes.

Advirtieron que la violencia y la marginación se han desencadenado en el país debido a las políticas prohibicionistas sobre el tema; criticaron el papel que han jugado las televisoras en la estigmatización a los usuarios de narcóticos y llamaron a regular estos productos.

Con esas posiciones que insisten en que los mensajes morales, punitivos y prohibitivos tienen un nulo efecto sobre los jóvenes que usan, han consumido o quieren experimentar con drogas, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) dio cabida a la opinión de los jóvenes –que en ocasiones son considerados auditorio pasivo en las discusiones que les atañen– durante el Foro internacional sobre políticas de regulación del consumo de drogas, organizado por la casa de estudios, que se realizó la semana pasada.

Más allá de estrategias simplistas para la prevención del consumo, alumnos de diferentes carreras, que participan en la sección mexicana de la agrupación Estudiantes por una Política Racional sobre Dorgas (Students for Sensible Drug Policy), consideraron necesario realizar diversos estudios e investigaciones científicas sobre el tema, comprender que cada droga es distinta y que los jóvenes son un sector heterogéneo, erradicar el estigma y la criminalización de los usuarios y entender el conflicto de manera integral y no sólo como delito.

Señalaron que la juventud es la más perjudicada por la criminalización y el estigma del consumo de drogas, así como por la estrategia que hasta el momento el gobierno federal ha seguido contra las bandas del narcotráfico (la mitad de los asesinados debido a ésta son personas menores de 30 años), lo que coloca a este sector en estado de vulnerabilidad.

Para Amaya Ordorika, estudiante de la Facultad de Sicología de la UNAM, hay dos razones por las cuales las autoridades deben escuchar a los jóvenes en esta materia: que uno de cada cuatro mexicanos tiene entre 15 y 29 años y que este sector es un segmento de la población con un alto uso de drogas, tanto legales como ilegales. Ningún programa de prevención y tratamiento tendrá éxito mientras existan injusticias como pobreza, falta de vivienda, migración forzada, desempleo, violencia y escasez de oportunidades, dijo.

Desde su análisis, es fundamental hacer una distinción entre usuarios, consumidores y dependientes, a fin de atender la problemática desde diversos ángulos. Así, el Programa de Acción Específico para la Prevención y el Tratamiento de Adicciones 2011-2012 asienta que hay 1.2 millones de usuarios de drogas, de los cuales 450 mil son dependientes; esto significa que la mayoría (74 por ciento) no ha desarrollado dependencia.

Para abonar a esa idea, Norma Campos Larios, alumna de Comunicación de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPS), indicó que la Asociación Siquiátrica de Estados Unidos ha marcado las diferencias entre el uso, abuso y dependencia de los narcóticos. El primero es un consumo ocasional, el segundo implica el abandono de diversas obligaciones y una ingesta que conlleva riesgos para la salud, y la dependencia trae consigo un mayor consumo, se vuelve un hábito y se abandonan las actividades cotidianas.

La estudiante presentó un trabajo donde hizo una crítica a la manera en que los medios de comunicación, en particular las dos grandes televisoras del país, abordan, estigmatizan, se mofan y criminalizan a quienes han probado estupefacientes.

“La información presentada es cuestionable, pues sus argumentos caen el moralismos y tendencias políticas. En el manejo del lenguaje se muestran discriminatorios y relacionan el consumo sobre todo con la juventud. Por ejemplo, al referirse al consumidor de mariguana muchas veces usan palabras como drogadictos, adictos y mariguanos, además de generalizar y ver el rito de fumar como un acto que sólo ‘estupidiza’ y convierte al usuario en delincuente y abusivo.”

Miguel Villegas, estudiante de Sociología en la Facultad de Ciencias Políticas, criticó la propuesta que algunos sectores plantearon en la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior de realizar pruebas antidopaje entre los estudiantes de bachillerato, licenciatura y posgrado. Esos planteamientos acentúan y reproducen distintas formas de marginación.