n la cuenta macroeconómica totalizadora, el INEGI establece que la Oferta y la Demanda finales ascendieron en 2011 a 19 billones 039 mil 012 millones de pesos, 4.7% más que en 2010. Con ello, la tasa media de crecimiento de estas cuentas de origen y destino se ubicó en 1.8% anual en el último quinquenio 2007-11 (Gráfico 1).

De la Oferta total, la produ-cción interna de bienes y servicios (PIB) cubrió el 75.2%, y la oferta externa (importación de bienes y servicios) el 24.8%. El PIB creció en el año 3.9% y en el quinquenio a una tasa media de 1.4%, mucho más lento que las importaciones que aumentaron 6.8% en 2011 y 2.9% anual en el quinquenio.

La Demanda

De sus componentes, el consumo interno fue el 57.5%, las exportaciones (consumo externo) el 23.8, la inversión fija bruta el 15.9, y la variación de inventarios el 2.9% (Gráfico 1).

En el quinquenio, tanto la Demanda total como sus componentes muestran un comportamiento lento e insatisfactorio.

En 2011, el consumo total del país llegó a 11 billones de pesos, de los cuales el consumo privado representó el 85.3% (73.6 de bienes y servicios nacionales + 12.1 de bienes y servicios importados –0.5 de compras netas de viajeros), y el consumo del gobierno el 14.7% restante (Gráfico 2). El consumo total creció 4.0% en 2011, aunque en el quinquenio sólo a una tasa media anual de 1.6%

Una serie comparativa del consumo en varios países y su evolución en las últimas cuatro décadas se presenta en el gráfico 3. Respecto al consumo privado, es relevante destacar que no parece haber una correlación directa ni un patrón entre el nivel de desarrollo de los países y la participación de dicho consumo en su PIB. Respecto al consumo gubernamental, por el contrario, sí se observa una fuerte incidencia de éste en las economías de alto desarrollo social como Francia (24.8% del PIB), Suecia 27.0, o Dinamarca 29.4, mientras que en México, país con abismal atraso social, dicho consumo público es de únicamente 11.7% del PIB.

La inversión fija

La denominada técnicamente Formación bruta de capital fijo, es la inversión que se realiza en activos fijos o semifijos en la economía de un país: fábricas, maquinaria, equipos para producción, carreteras, ferrocarriles, vivienda, hospitales, escuelas, oficinas, sistemas de irrigación, puertos… Su nivel y orientación, como se ve, es determinante para el crecimiento de una economía.

En 2011 el país realizó una inversión fija bruta de 3 billones de pesos, el 21.1% del PIB, de los cuales 2.2 billones fueron inversión privada y 0.8 billones inversión pública (Gráfico 1).

La inversión fija total aumentó 8.7% en 2011, pero sólo 2.8% anual en el quinquenio (Gráfico 4). De ésta, la construcción (el 63.5% de la inversión) creció 3.7% en 2011 y a 1.2% anual en el quinquenio, y la inversión en maquinaria y equipo (el 36.5% del total) aumentó 15.9% en 2011 y 5.2% anual en el quinquenio, cifras que serían aun más positivas si los dos tercios de ellas no correspondieran a bienes y servicios importados.

Una serie comparativa de esta inversión fija por países se presenta, así mismo, en el gráfico 5 para el período 1970-2010 por décadas.

En una selección más homogénea de países, se aprecia la insuficiente inversión de México: 20.2% del PIB en 2010, tasa que si bien supera ligeramente a la de Brasil (18.4%), está muy por abajo de la de Corea del Sur 28.6, India 29.5, y no se diga de China que invierte el 45.4% de su PIB (Gráfico 7).

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