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El presupuesto anual de $13 millones no alcanza para grandes muestras: Cecilia Wolf

El Hospicio Cabañas, reconocido por la Unesco, pero sin un peso

El instituto debe ofrecer una vida interesante para que la gente venga, pero estamos atados, lamentó la directora

Para rescatar el recinto, diseñado por Manuel Tolsá, falta voluntad del CNCA, del Congreso y de la Secretaría de Finanzas del estado, pero es año electoral

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Varios programas de la Secretaría de Cultura de Jalisco reciben muchos más recursos anuales que el ICC y han sido criticados por su opacidad, ambigüedad y falta de resultados concretosFoto Mónica Mateos-Vega
Enviada
Periódico La Jornada
Lunes 9 de abril de 2012, p. 9

Guadalajara, Jal., 8 de abril. ¿Grandes exposiciones en el Instituto Cultural Cabañas (IIC)? Ni pensarlo, no tenemos un peso, dice la directora del recinto, Cecilia Wolf Madero, quien desde hace dos años batalla con los números rojos que tienen sumido en grave crisis financiera al majestuoso edificio del siglo XIX, declarado patrimonio de la humanidad por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en 1997.

Los recursos que ese centro cultural recibe anualmente del estado de Jalisco son de alrededor de 13 millones de pesos, los cuales cubren sólo 76 por ciento de los sueldos de su personal. No queda nada para conformar un rico programa de muestras de arte, ni para un mantenimiento profundo del inmueble, para lo cual se requieren, al menos, 80 millones de pesos, afirma la funcionaria en entrevista con La Jornada.

En tierra tapatía y en casi todo el país, añade, todo mundo quiere al Hospicio Cabañas. Es uno de los primeros lugares que visitan los turistas que llegan a Guadalajara; muchos jóvenes acuden a tomar talleres artísticos e incluso, en agosto de 2009, Felipe Calderón presumió el espacio al presidente estadunidense Barack Obama y al primer ministro de Canadá, Stephen Harper, durante la Cumbre de Líderes de América del Norte que ahí se llevó a cabo.

Pero de las 29 salas de exposiciones con las que cuenta, todas acondicionadas museográficamente según las normas internacionales, apenas están ocupadas ocho. Sin muestras atractivas, el público está dejando de acudir al ICC.

Las personas a las que les toca manejar el presupuesto no tienen idea de qué se debe hacer con un edificio como este. Por eso siempre trabajamos a contracorriente, pensando cómo conseguir el dinero necesario para poder abrir el Hospicio Cabañas el día de mañana, lamenta Wolf, quien asumió el cargo en marzo de 2010.

La directora se refiere, en particular, a los legisladores jaliscienses quienes desde 2007 no han ajustado el subsidio que otorgan al instituto. Los números hablan por sí solos.

Entre 2008 y 2011, el ICC recibió del gobierno del estado alrededor de 13 millones de pesos. Su nómina, que en 2008 era de 13 millones 378 mil pesos, ha crecido a más de 17 millones debido a las negociaciones salariales del sindicato de trabajadores.

Por eso en 2009 el déficit que tuvo el recinto fue de 608 mil 830 pesos; al año siguiente aumentó a 2 millones 204 mil 162, y en 2011 alcanzó 2 millones 535 mil 214 pesos.

En el reciente informe de labores del gobernador del estado, el panista Emilio González Márquez, se indica que el instituto recibió el año pasado recursos bajo la etiqueta exposición de alto impacto.

Pero no, insiste Wolf, no tenemos un peso ni para papelería; ese dinero se fue todo en salarios y debimos completar con los ingresos en taquilla, así como con los recursos que se generan de la renta de espacios; en diciembre no teníamos para pagar la nómina.

El presupuesto ideal del Instituto Cultural Cabañas, continúa, debería ser de al menos 33 millones de pesos anuales; con ello alcanzaría para sueldos, operatividad, mantenimiento y el muy necesario programa anual de exposiciones. Podríamos crecer muchísimo y tener muestras tremendas. El Cabañas debe ofrecer una vida interesante para que la gente venga, pero estamos atados, a diferencia de otros recintos también estatales. Por ejemplo, el Museo Trompo Mágico recibe 44 millones de pesos al año, pues desde que se creó se le asignó un presupuesto alto y así quedó, o la Orquesta Filarmónica de Jalisco, a la que le dan mucho más que a nosotros, 28 millones, y no tienen edificio, es sólo para su nómina, deplora.

Son varios los programas o proyectos de la Secretaría de Cultura de Jalisco que reciben muchos más recursos anuales que el Instituto Cultural Cabañas y que han sido criticados por la prensa local por su opacidad, ambigüedad y falta de resultados concretos. Por ejemplo, al programa Jalisco en la Cultura le dan 52 millones 919 mil 913 pesos; para administración cultural, 48 millones 643 mil 150 pesos; conservación del patrimonio cultural del Estado, 42 millones 733 mil pesos; impulso a la cultura, la lectura y la formación de públicos, 60 millones 949 mil 773 pesos, y para consolidar el impulso institucional cultural y las artes en el Estado, 56 mil 775 mil 245 pesos, de acuerdo con datos del informe de labores 2011 del gobernador.

El monumental edificio del Hospicio Cabañas cuenta con 23 patios, 106 cuartos, 72 pasillos y dos capillas, en una superficie total de 23 mil 447 metros cuadrados.

El personal que ahí labora es el estrictamente necesario, afirma Wolf, quien detalla: Somos 108 trabajadores, la mayoría personal de limpieza, vigilancia y quienes atienden los grandes jardines. Los menos somos los administrativos. Una cuarta parte del edificio corresponde a escuelas artísticas, con mil 800 alumnos; con ellos también convivimos. Entonces, hay que cuidar que no entren a áreas no autorizadas y que todo esté limpio. El gobierno del estado sólo paga a dos policías que cuidan la entrada, nosotros al resto.

La falta de recursos del ICC ha ocasionado que el público de Guadalajara se pierda grandes exposiciones, como la de Ron Mueck, que ofreció el Museo de Arte Contemporáneo (Marco) de Monterrey, “pues pedían una base de un millón de pesos, dinero que no tenemos, más la logística. Tenemos oportunidades de traer buenas muestras, pero así como llegan se nos van; por eso sólo apostamos a proyectos que nos generen los menos costos posibles.

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Son necesarios 80 millones de pesos para reparar daños de canteras; además, hay que impermeabilizar todo el techo, así como reforzar la cúpula de la capilla mayor y la de la capilla Tolsá, señaló Wolf Madero en entrevistaFoto Arturo Campos Cedillo

Por ejemplo, el Festival Cultural de Mayo es de los más importantes en la ciudad y es una tradición que presenten exposiciones, pero ellos tienen su presupuesto; entonces las montamos aquí con sus recursos y nos tocan gastos mínimos. Así trabajamos también con la Feria Internacional del Libro, que este año montó una muestra de sus países invitados; ellos prácticamente pagaron todo, el traslado de la obra y los seguros, nosotros sólo pusimos los espacios y el personal.

La última manita de gato que le dieron al inmueble fue en 2009, meses antes de la cumbre de presidentes de América del Norte, en la cual el gobierno federal ofreció un cena oficial en la que Calderón, Obama y Harper se reunieron solos. También hubo un lujoso coctel para las comitivas en el Patio de las Artes Populares del hospicio.

Si ves el edificio de manera rápida, está perfecto; pero si te fijas en profundidad, se nota que requiere mucho mantenimiento. Hace un año hice un presupuesto y faltan 80 millones de pesos para reparar daños de canteras; además, hay que impermeabilizar todo el techo, así como reforzar la cúpula de la capilla mayor y la de la capilla Tolsá, detalla Wolf Madero.

La directora considera que los problemas de financiamiento del ICC surgieron desde su creación, hace 30 años, cuando se erigió en organismo público descentralizado y se determinó en su ley orgánica que sus objetivos son cuatro: promover la obra de José Clemente Orozco (1883-1949), acrecentar la obra del artista, cuidar sus murales y ser el depositario de su taller, una casa ubicada en la colonia Arcos Vallarta que también depende del instituto y tampoco recibe presupuesto para su operación y mantenimiento.

Es decir, detalla, “hay quienes dicen que para cubrir esos objetivos lo que recibimos es un dineral, pero no es cierto, porque ni siquiera nos alcanza para comprar obra de Orozco.

“El año pasado trabajé en una propuesta de ley, proyecto que presenté ante el Congreso del Estado, para pedir que se actualice la ley orgánica del Cabañas con el fin de transformar y ampliar sus funciones. Debemos seguir con la protección de la obra de Orozco, pero el Cabañas es un museo y su vocación principal debe ser esa. No obstante, el proyecto está congelado.

Hemos hablado con muchas personas de la Secretaría de Finanzas del gobierno de Jalisco y con los diputados, pero lo máximo que logramos para este 2012, luego de un gran esfuerzo, fue que nos otorgaran 16 millones 674 mil 300 pesos con lo cual al menos, cubrimos la nómina y nos permite respirar.

En 1997 el inmueble, construido a principios del siglo XIX –con diseño de Manuel Tolsá–, fue declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco, por ser un conjunto arquitectónico único en su género, ya que, a diferencia de los centros análogos de su época, presenta elementos absolutamente originales, especialmente concebidos para satisfacer las necesidades de los asilados. Son notables en particular la sencillez de su trazo y sus dimensiones, así como la armonía lograda entre los edificios y los espacios al aire libre.

El organismo internacional también elogió los frescos soberbios debidos al pincel de José Clemente Orozco, uno de los grandes muralistas mexicanos de la época. Estas pinturas se consideran hoy día una gran obra maestra del arte mexicano.

Además del acervo de Orozco, también se resguarda una rica colección de piezas de Mathias Goeritz y la colección del pueblo de Jalisco, conformada por pinturas y esculturas de artistas locales.

“Es un orgullo que sea un edificio patrimonio de la humanidad único en México, pero por lo mismo estamos fuera de todos los conceptos. El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA) tiene un presupuesto asignado de alrededor de 5 millones de pesos anuales para cada ciudad o centro histórico con declaratoria de la Unesco, menos para nosotros, porque, dicen, somos ‘edificio único’. No existimos en sus conceptos de asignación de recursos”, señala Wolf.

En 2007, el CNCA asignó 6 millones para adecuación de salas del ICC, y sí, ya tenemos los superespacios para exposiciones, de museo de primer mundo, pero sin recursos para presentar muestras. El año pasado solicité al director general de patrimonio del consejo dinero para algunas reparaciones; en principio me dijo que sí, incluso vinieron técnicos a ver el edificio, pero días después recibimos una notificación explicándonos que el gobierno federal no puede invertir en un inmueble estatal.

Es una contradicción, agrega, pues fue el gobierno federal el que pidió a la Unesco la declaratoria, con el compromiso de mantener el inmueble, y no es el caso.

¿Qué hace falta para rescatar al Instituto Cultural Cabañas?, se pregunta a la directora. Sin dudarlo responde: voluntad, tanto del Congreso del Estado como de la Secretaría de Finanzas de Jalisco y del CNCA. Pero ahorita todo está detenido, es año electoral. En el Congreso, prácticamente todos los diputados de la Comisión de Cultura están de licencia porque van por candidaturas en otros puestos, y el gobierno termina en febrero de 2013. Si bien nos va, sólo hasta que pasen las elecciones nos harán caso. Pero no estamos cruzados de brazos, concluyó.