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LGBT
E

l título es un acrónimo que se emplea para designar a un conjunto de personas, las cuales, ya sea por su orientación sexual o por su ajuste particular o desplazamiento entre distintos papeles de género, se apartan de las categorías tradicionales de hombre o mujer heterosexuales y de los comportamientos estrictamente definidos a escala social. Las letras se refieren a lesbianas, gays, bisexuales y transgéneros. Es al mismo tiempo la denominación que adopta uno de los movimientos sociales más importantes desde hace ya varias décadas, cuya influencia es notable y lo será aún más en el presente siglo.

Si bien persisten diversas formas de discriminación, el territorio de las leyes es buen ejemplo de los cambios que este movimiento ha provocado en algunas regiones del planeta, entre ellos la aceptación legal a las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo y el reconocimiento de estas uniones, que en algunos casos pueden incluir el matrimonio y el derecho a la adopción. También la aceptación para participar abiertamente en el Ejército y la promulgación de legislaciones contra la discriminación, entre ellas las que se refieren a la identidad de género y sus expresiones al margen del sexo biológico. Incluso en México se han conquistado algunos de estos preceptos, aunque se trata de una combinación entre derechos y prohibiciones, pues algunos son válidos sólo en algunas zonas del país, en particular en la ciudad de México. (Es importante recordar, que en el caso de los transgéneros, la Suprema Corte de Justicia de la Nación creó en 2008 un antecedente por el cual una persona puede cambiar su género y su nombre.)

Pero hay otros territorios menos conocidos en los que se vislumbran cambios de gran trascendencia, ante los cuales las escuelas de medicina y los profesionales de la salud en el mundo tendrán que reaccionar. El año pasado se publicó el estudio titulado The Health of Lesbian, Gay, Bisexual, and Transgender People: Building a Foundation for Better Understanding (La salud de las personas lesbianas, gays, bisexuales y transgéneros: estableciendo las bases para una mejor comprensión). Se trata de un trabajo sin precedente, realizado por The National Academies de Estados Unidos, que incluye a las Academias Nacionales de Ciencia y la de Ingeniería, el Instituto de Medicina y el Consejo Nacional de Investigación, que contó con los auspicios de los Institutos Nacionales de Salud de ese país (NIH, por sus siglas en inglés), en el que se identifican algunos de los vacíos en la investigación médica y en los sistemas de salud para atender a una población a la que, en mi opinión, difícilmente se le podría catalogar como minoritaria.

El estudio fue realizado por un comité integrado por 17 especialistas, encabezados por el doctor Robert Graham, del Colegio de Medicina de la Universidad de Cincinnati, y contó con el apoyo de cinco consultores y 14 revisores, todos investigadores provenientes de las más prestigiadas universidades. El trabajo incluyó la realización de tres congresos científicos abiertos, dos de los cuales se llevaron a cabo en 2010 en Washington.

El estudio partió de cuatro ejes conceptuales: el ciclo de vida, pues cada fase influye en las etapas posteriores; el modelo de estrés-minoría, pues cada grupo sufre de estrés crónico como resultado de la estigmatización; la interseccionalidad, que examina las múltiples identidades de los individuos y la forma en la que éstas interactúan, y la ecología social, pues las personas LGBT están rodeadas por esferas de influencia como la familia, las comunidades y la sociedad. Además, el estudio considera que se trata de un grupo diverso, pues entre lesbianas, gays, bisexuales y transgéneros pueden identificarse subgrupos basados en raza, etnicidad, estatus socioeconómico, ubicación geográfica y edad, entre otros factores.

El trabajo concluye con una serie de recomendaciones, la mayoría de las cuales busca profundizar y estimular los estudios científicos sobre este tema, que incluyen la colección de datos, la metodología y el entrenamiento de especialistas. Para ello se solicita a los NIH diseñar y financiar una agenda de investigación, para avanzar en el conocimiento y comprensión de las condiciones de salud de las personas LGBT.

Lo anterior representa un cambio de la mayor trascendencia, pues implica que en el siglo XXI se produce un viraje en el mundo médico y científico, pues las personas cuya elección sexual o de género se apartan del modelo tradicional, y que desde tiempos remotos eran consideradas enfermas, dejan de serlo (lo que implica una modificación radical en las nociones sobre lo normal y lo patológico); en cambio aparece una preocupación por garantizar para ellas las condiciones de salud que específicamente requieren para su bienestar. El estudio completo puede verse en: ncbi.nlm.nih.gov/ y es de acceso gratuito.