Cultura
Ver día anteriorMartes 3 de abril de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Rosario Guillermo inauguró exposición en el Museo de Arte de la Secretaría de Hacienda

Deplora artista el desdén contra la cultura de la cerámica que heredamos

La muestra Tierra ardiente reúne 62 esculturas en ese material, la mayoría de gran formato

 
Periódico La Jornada
Martes 3 de abril de 2012, p. 8

Negar que somos un pueblo de ceramistas, de escultores en cerámica, es absurdo; me da mucha tristeza, expresa Rosario Guillermo (Mérida, Yucatán, 1950).

Una exposición de la artista, Tierra ardiente, que reúne 62 esculturas en cerámica, la mayoría de gran formato, fue abierta en el Museo de Arte de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (Antiguo Palacio del Arzobispado, Moneda 4, Centro Histórico).

Somos un pueblo que heredamos una cultura de la cerámica que a nadie le parece importar, ni interesar, continúa. Claro, hay sus excepciones. Daniel Manzano, director de la Escuela Nacional de Artes Plásticas, ha invitado a la artista a volver a impulsar el movimiento. La entrevistada recuerda, sin embargo, que cuando Gerda Gruber llegó aquí, en 1975, vino con la idea de buscar qué hacían los ceramistas contemporáneos de México: no había ni uno.

Rosario Guillermo, quien tiene obras de carácter público en Dinamarca, Lituania, Mérida, Jalapa y Cancún, dice: aquí las personas oyen cerámica y se asustan. Es absurdo. Hacer una escultura monumental en placas de metal o en bronce cuesta miles de pesos, mientras que hacerlo con cerámica cuesta muy poco.

Tierra ardiente, de obra reciente, tiene la particularidad de reunir los diferentes lenguajes que la ceramista maneja: Tengo muchos tipos de discurso, todos abstractos, pero no me encasillo en uno solo porque me gusta mucho brincar de la geometría a lo orgánico, y mezclar éste último con el primero. De repente, me pongo muy sensual, y de repente muy arquitectónica.

Tierra y agua

Aunque la mayoría de las piezas son de 2010 a 2012, también incluyó un par de obras de 2008 con la finalidad de armar el conjunto de este juego de cosas que me preocupan mucho: el hombre y su entorno que es la tierra. Es un juego también, bueno, trabajo tierra con agua, el planeta es tierra y es agua, indica Rosario Guillermo.

Respecto al título de la muestra, apunta: “lo que hago es lo que sucede en el planeta a lo largo de millones de años, o sea, el lodo pasado por el fuego se vuelve piedra. Esto es lo que sucede con las capas de la tierra.

Me parece mágico que los ceramistas podemos un poco imitar los procesos terrestres, del planeta, como un ente vivo, porque esa es la vida del planeta que está todo el tiempo en movimiento, en gestación y en transformación de la tierra; lodo, fuego, piedra, lava, etcétera.

Las esculturas de Rosario Guillermo son todo movimiento, pero al mismo tiempo siempre hay una cosa emotiva del corazón y del sentimiento. También está la idea de lo arquitectónico, del carácter del planeta, del juego de la tierra y el elemento tierra quemada, tectónico.

Aunque la artista construye con base en la cerámica, dice que es muy predecible el acabado de los esmaltes cerámicos; entonces, los intervengo con otros materiales, como metal y siempre está presente la madera. Rosario Guillermo tiene su taller en la casa que fue del director de cine Emilio El Indio Fernández, quien gustaba de comprar objetos de madera como, por ejemplo, una rueda de carreta. Sin embargo, nunca hizo nada con ellos, de allí que la escultora los ha incorporado a sus obras.

En otra sección de Tierra ardiente, la ceramista presenta varias piezas sobre la pared que encierran tres propuestas: una consiste en casar los elementos cerámicos utilitarios con los no utilitarios. Una serie de lenguas se remite a una exposición anterior en la Galería de Hacienda, de intención erótica y sensual, que están ligadas con esa idea de las herramientas sensuales del cuerpo. El último discurso tiene que ver con las piezas, de barro rojo y blanco, que exhibió en 2011 en el Centro Cultural de México en París.