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El festival terminó en los primeros minutos del lunes

Fat Boy Slim, Molotov y La Lupita cerraron el Vive para deleite del público
 
Periódico La Jornada
Martes 27 de marzo de 2012, p. a11

Hacia las 12 y media de la madrugada de ayer lunes, la alfombra del Foro Sol semejaba un campo de batalla, con grupos de muchachos cuidando a algún compañero caído al fragor de las cervezas. Los rodeaban miles de vasos y recipientes de hamburguesas y hot dogs, donas y refrescos. Sólo quedaban los ecos de la música del 12 Festival Vive Latino, que se efectuó del 23 al 25 de marzo.

Fast Boy Slim había cerrado en el escenario verde con la potencia de los sintetizadores, la iridiscencia de miles de luces y un ritmo avasallante que se metía en los oídos.

Tras tres días de fiesta, el Vive revelaba su rostro de cansancio y las 126 bandas que tocaron en cuatro escenarios habían cumplido su trabajo de llevar al colectivo al éxtasis.

Molotov había sembrado entre los muchachos un sentimiento de desquite ante la clase política mexicana, que se había proyectado en imágenes de Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo y sus adláteres. La respuesta del gentío eran mentadas de madre.

Después tocó con su ritmo machacón sus nuevos y antiguos éxitos, propicios para el desmadre, la brincadera, para lucirse desinhibidamente ante la novia.

De lo más prendido

Una costumbre extendida es que los jóvenes van apilando los vasos de cerveza, como si fueran trofeos, en un simbolismo más bien fálico con dirección al cielo. Chinga tu madre, una de las rolas más prendidas, sacó lo guarro o la neta de cada ser. Esa composición no se canta, sino se grita, hasta desgañitarse.

Perro negro, la asfáltica y lumpen, en versión Molo, heavy y aguardentosa.

Foto
Jaime LópezFoto Fernando Moguel

“Chingón, chingón. No es por nada, pero la peli sobre nuestros 17 años está bien chida. ¡Un aplauso! Aunque tenemos 17 años seguimos siendo uno zapateros.”

Amadeus hizo tartamudear a esa garganta insaciable. Gimme the Power y el por qué estar siguiendo a esa bola de pendejos... Para hacer el coro algunos que hasta tomaron vuelo y le echaron tono bravío.

A La Lupita le tocó tocar cuando el sol estaba más inclemente, pero hubo buena respuesta del público. En conferencia de prensa, Héctor Quijada, vocalista del grupo, expresó que lo importante fue que el respetable les hizo sentir calor humano. Creo que la banda viene muy receptiva, muy abierta. Ya casi tenemos un disco de canciones inéditas, en el que nos tardamos 14 años, pero sentimos que está saliendo en su momento, agregó. El disco se llama Te odio y el primer sencillo es Maldito amor.

Afuera los muchachos se refrescaban con agua fría de una regadera, otros chupaban paletas.

Para Quijada, el Vive es hoy un espacio abierto a las nuevas bandas. Creo que hay bandas cuyo compromiso social no es muy fuerte, pero están en su derecho, y considero que el rock cuando se queda sin un discurso social se vuelve tibio. Te odio va dirigida a muchos políticos, que no nos gusta lo que hacen”, expuso Quijada.

Con todo, el Vive Latino vivió y los muchachos siguieron el ritual, el camino al tótem del rock de todas partes.