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Socialistas ganan en Asturias, pero se vislumbra una coalición del PP y extremistas

Primer revés para la derecha; el PSOE puede formar alianza con IU y gobernar Andalucía

Primeros comicios en medio de las severas medidas de Rajoy para superar la crisis económica

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El conservador Javier Arenas, ganador de los comicios regionales de Andalucía, se dirige a simpatizantes en Sevilla. A pesar de esta victoria, el PP no alcanzó la mayoría absoluta en el Congreso, lo que da paso a una alianza gobernante entre los socialistas e Izquierda UnidaFoto Xinhua
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 26 de marzo de 2012, p. 29

Madrid, 25 de marzo. La derecha española sufrió hoy su primer revés electoral desde su llegada al poder, en diciembre pasado, y tras la puesta en marcha de las severas medidas de ajuste para paliar la crisis económica. Andalucía, la comunidad autónoma más poblada y grande del país, seguirá gobernada por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), que en esta ocasión deberá formar una alianza con Izquierda Unida (IU), al no alcanzar el gobernante Partido Popular (PP) la mayoría absoluta.

En Asturias, donde ganaron los socialistas las elecciones autonómicas celebras este domingo, se prevé un escenario poselectoral complejo, en el que todo apunta a un gobierno de coalición entre la derecha y la extrema derecha.

En Andalucía, el derechista PP fue el más votado, con 50 escaños, pero es una cifra insuficiente para alcanzar la mayoría absoluta de 55 diputados, lo que, a pesar de lograr su mejor resultado histórico, supuso un severo revés, ya que las encuestas vaticinaban una victoria aplastante, similar a la ocurrida el pasado 20 noviembre en las elecciones generales.

El PSOE, con 47 diputados, e IU, con 12, tendrían la llave para gobernar una región que desde la caída de la dictadura fascista de Francisco Franco (1939-1975) siempre ha sido gobernada por los socialistas.

Tras conocerse los resultados, con 98 por ciento de los votos escrutados, comparecieron ante los medios de comunicación los candidatos a gobernar Andalucía. El conservador Javier Arenas, a pesar de su victoria, se mostró serio y a su alrededor había un ambiente de derrota; mientras que durante la comparecencia del socialista José Antonio Griñán había gente sonriendo y celebrando por todo lo alto una dulce derrota, pues mantendrán el gobierno autonómico. El dirigente de IU, Diego Valderas, explicó que su formación está abierta a desarrollar desde el gobierno un nuevo estatuto de autonomía que frene la oleada de reformas neoliberales que ha llevado a cabo el PP desde su llegada al poder.

Las elecciones en Andalucía y en Asturias fueron los primeros comicios desde que asumió el poder el derechista Mariano Rajoy, quien ha llevado a cabo una serie de medidas que han despertado el malestar y la preocupación en un amplio sector de la población. Frente a las promesas electorales de no subir los impuestos ni recortar los servicios básicos, el gobierno de Rajoy aprobó un incremento de impuestos general y ha llevado a cabo severísimas medidas de ajuste presupuestario que provocaron la convocatoria a una huelga general, para el próximo jueves 29 de marzo, y a numerosos colectivos en pie de lucha por sus derechos, entre los servidores públicos, los maestros, los médicos, los estudiantes y los policías y bomberos, entre otros. Una de las reformas que más han indignado a los trabajadores ha sido la aprobación de la nueva legislación laboral, en la que se asumen las principales peticiones patronales, sobre todo el abaratamiento del despido.

En Asturias, al contrario que en Andalucía, ganaron los socialistas, pero los que tienen más posibilidades de gobernar son el conservador PP y su potencial aliado, de extrema derecha, la formación Foro Asturias (FAC). El PSOE logró 16 escaños; FAC, 13; PP, 10; IU, 5; y Unión Progreso y Democracia, 1. Con estos datos el futuro de la región es incierto, una vez que ningún partido tiene mayoría absoluta y el grado de crispación y enfrentamiento entre los partidos de la región es notable, con lo que no hay certeza de una alianza inminente.

El actual presidente asturiano, Francisco Álvarez Cascos, del FAC, asumió el poder en mayo del año pasado, pero al no poder aprobar los presupuestos por tener un respaldo débil en el Parlamento decidió convocar elecciones anticipadas. El resultado, al menos para sus intereses, fue negativo: perdió tres escaños, dejó de ser la formación más votada y sigue dependiendo del PP para volver a formar gobierno. En las próximas semanas se resolverá el dilema.