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Ninguna persona o institución ha logrado un método confiable de predicción: Cenapred

Anuncios sobre terremoto devastador, sólo rumores sin sustento: Sismológico Nacional

Ojalá se supiera cuándo ocurrirán, así podríamos actuar, dice Carlos Valdés, jefe del servicio

 
Periódico La Jornada
Viernes 23 de marzo de 2012, p. 22

El jefe del Servicio Sismológico Nacional (SSN), Carlos Valdés, enfatizó que los dichos de que ayer se presentaría un terremoto que destruiría la ciudad de México fueron sólo rumores, pues no existen elementos científicos para asegurar tal hecho.

En entrevista, dijo que si este evento hubiese ocurrido habría sido sólo una coincidencia, y éstas se presentan en muy raras ocasiones. Lo único certero, señaló, es que se continúa esperando la ruptura de la brecha sísmica de Guerrero, ya que desde 1911 en esa zona no ha habido un temblor de gran magnitud, superior a 7.5 grados Richter

El investigador del SSN, organismo dependiente de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), desmintió las afirmaciones que se han difundido tras el sismo de 7.4 grados del pasado martes con epicentro en Ometepec, Guerrero, sobre todo a través de las redes sociales. Eso es un rumor; ojalá se supieran, así podríamos actuar.

En el mismo sentido se pronunció el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), dependiente de la Secretaría de Gobernación. Subrayó que las supuestas predicciones y afirmaciones acerca de que grandes temblores podrían ocurrir en determinada hora y lugar están apartadas de la realidad y carecen de sustento científico.

“Hasta hoy, ninguna institución o persona ha logrado establecer un procedimiento confiable para predecir temblores, en ningún país, pese a que algunos investigadores han dedicado esfuerzos y recursos considerables. Los huracanes y las erupciones volcánicas mayores son fenómenos relativamente predecibles si se tiene un monitoreo constante y detallado. En el caso de los temblores, no es así”, apuntó la dependencia gubernamental en un comunicado.

Por su parte, Valdés indicó que luego del sismo del pasado martes, hasta el momento (el cierre de esta edición) se han presentado 96 réplicas con magnitudes entre 3.8 y 5.3 grados Richter.

Esto es normal, se trata de un proceso dentro de lo esperado. Haciendo una analogía, sería como decir que hay un proceso de cicatrización (tras el temblor), pues hubo una fractura debajo de la Tierra y se presenta un reacomodo que va provocando estos movimientos, que terminarán hasta que todo se acomode. De ahí se entra a un proceso de acumulación de energía hasta dentro de unos 40 años (tiempo en el que podría suscitarse otro evento similar en el mismo epicentro).

El experto señaló que aun cuando a los ciudadanos no les guste que se presenten estos fenómenos, es mejor que la energía acumulada debajo de la superficie terrestre se libere con sismos de intensidad moderada a que se acumule y sea expulsada de manera abrupta con un movimiento telúrico de gran magnitud.

Para Valdés, uno de los mejores elementos de prevención ante estos eventos es conocerlos cada vez más, mantener la calma y continuar con los simulacros, a fin de que la gente aprenda qué hacer en caso de que se presente un temblor.

Explicó que el terremoto del martes tuvo origen en la misma zona en la que se dieron los de 1957, 1979 y 1985. Sin embargo, es la brecha sísmica de Guerrero, que está entre Acapulco y Petatlán (cerca de Ixtapa-Zihuatanejo), la región en la que se espera pueda ocurrir un evento de gran magnitud, que podría alcanzar hasta 7.7 grados, pues desde hace 100 años no ha ocurrido un sismo importante ahí.

Ésta es la zona más cercana del Distrito Federal a la costa del Pacífico, por lo que un temblor de grandes magnitudes en ese espacio podría causar problemas para la capital del país. Pero no sabemos cuándo puede ocurrir: podría ser hoy, mañana o dentro de diez años.