Julio César Chávez, leyenda del boxeo mexicano, aseguró que uno de los combates más difíciles de su vida ha sido abajo del cuadrilátero: su lucha contra la adicción a las drogas y al alcohol.

Han pasado ya 19 años de aquel día en que el César del pugilismo probó por primera vez la cocaína. Fue en 1993, en pleno éxito de su carrera cuando sucedió. La razón que lo llevó a aceptarla –refirió– fue la curiosidad de saber qué se sentía.

Y poco a poco fue enrollándose en esa espiral que lo jalaba al vacío. En alguna ocasión estuvo a punto de suicidarse. Sin embargo, su hijo Julio César fue su salvador, pues con engaños me llevó a una clínica de rehabilitación, y a partir de ese momento decidió detenerse.

Hoy, el boxeador de 49 años de edad señaló que lleva dos de rehabilitación y se dice orgulloso de expresarlo, pues es una pelea que debe disputar día a día, la cual lo mantiene limpio: Me siento contento. Ha sido muy difícil, es una lucha constante, pero ahí vamos.

Asimismo, pese a las dificultades que ha tenido que sortear, se mostró feliz de seguir siendo una figura en el boxeo: La verdad me siento bien de que se me tome en cuenta, de estar entre los 12 mejores (pugilistas) del medio siglo. Para mí es una gran satisfacción, creo que valió la pena el esfuerzo que hice durante mi carrera.

Aunque no imaginó que su retiro sería como es ahora, agradece seguir involucrado en lo que más le place al ser comentarista de boxeo: Me siento contento. Estoy donde me agrada, hago lo que me gusta, así que no tengo ningún problema.

Subrayó que lo que más le llama la atención de su trabajo es analizarlo, ver qué es lo que está pasando, qué es lo que puede suceder sobre el cuadrilátero.

Ayer Chávez participó en un acto de costosos relojes que se subastarán en Las Vegas para un fondo de retiro que se destinará a boxeadores mayores de 50 años con problemas económicos.

La mayoría de los pugilistas, explicó José Sulaimán, presidente del Consejo Mundial de Boxeo, “gastan su dinero pensando que al día siguiente lo recuperarán con lo de su próxima pelea, hasta que llega el momento que las luces se apagan, el dinero ya no viene y muchos viven en la miseria.

Julio César Chávez con otra leyenda: Kid AztecaFoto archivo La Jornada

Ese es el gran problema del CMB, y mi objetivo principal es tratar de fundar una pensión para que el boxeador viva al final una vida digna; que no pida limosna, que no llore pensando en sus años de gloria y no tenga un pan para comer, que vean todos que el boxeo no olvida.

Al respecto, Chávez dijo sentirse contento de participar y a la vez bendecido de no estar en la misma situación que muchos de sus compañeros.

Desafortunadamente la mayoría de los boxeadores retirados están en desgracia. Afortunadamente no es mi caso, bendito sea Dios. No tengo 50 años, pero estoy bien. Lamentablemente el dinero se nos va y nos quedamos en desgracia. Qué bueno que yo esté en este proyecto para apoyar a todos los que fueron grandes en el pasado.

En relación con Julio César Chávez Jr, aseguró que se le ha estigmatizado mucho porque es mi hijo, pero creo que ha demostrado poco a poco que va en proceso. Acuérdense cuando yo empecé también, así iba, poco a poquito. Nadie creía en mí y de repente ya ves hasta dónde llegué, así va Julio. Lo mejor de él está por venir.

De la pelea contra Sergio Maravilla Martínez, advirtió que el argentino se ha pasado de la raya. Argumentó que lo que quiere es darse a conocer, colgarse del nombre mío, principalmente del de mi hijo. Él es un gran boxeador, pero tiene un estilo no comercial, la verdad no gusta. Es zurdo, apestoso, correlón, pero sí es un gran peleador que está ganando.

Sin embargo, aseguró que la pelea contra su primogénito se hará definitivamente porque el morbo de la gente ya es demasiado y Julio tiene los atributos para taparle la boca a ése, que de maravilla no tiene nada, pinche cochino apestoso.

Chávez indicó que Julio peleará el 16 de junio en El Paso, Texas, contra un rival por definir, y el combate contra Martínez será el 15 de septiembre, pues afirmó que los promotores de ambos seguramente se arreglarán.