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La deuda bancaria de hogares creció desde 2000 y equivale a 14.3% del PIB: análisis

Este sexenio el poder de compra cayó 25% y subieron los precios de productos básicos

35% de los ingresos familiares están comprometidos al pago de financiamientos adquiridos

 
Periódico La Jornada
Lunes 12 de marzo de 2012, p. 17

Durante la administración de Felipe Calderón el poder adquisitivo de los salarios en el país ha disminuido 25 por ciento, contra el elevado incremento en los precios de productos básicos, lo que contrasta con los niveles relativamente bajo control de la inflación, señalaron académicos del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Alejandro López y Genoveva Roldán, del Grupo de Análisis de la Coyuntura Económica Mexicana de la universidad, subrayaron que en estos seis años el precio del kilo de tortilla creció 70.5 por ciento; del huevo, 68; arroz, 47.7; frijol bayo, 127.3, y el litro de aceite, 83 por ciento, por lo que con un salario mínimo nominal (equivalente a casi 60 pesos) sólo pueden comprarse cinco kilos de tortilla o menos de tres de huevo, poco más de tres de arroz, alrededor de tres de frijol o más de dos litros de aceite.

“En contraste, con el monto que erogaban los trabajadores del país en 2006 –47.05 pesos– era posible comprar siete kilogramos de tortilla, 3.2 de huevo, cuatro de arroz, 5.3 de frijol o 3.7 litros de aceite”, destacan.

Ambos investigadores exponen en el reporte La inflación en México al cierre de 2011 que, en los últimos seis años, la pérdida mayor de 25 por ciento en el poder de compra de los mexicanos contrasta con el nivel de inflación anual en el país registrado en el mismo periodo, de 4.4 por ciento en promedio.

Aunado a ello, López señaló que el endeudamiento de los hogares en México con el sector bancario se ha incrementado, de 2000 a la fecha, por encima del nivel de su ingreso y equivale –a diciembre de 2011– a 14.3 por ciento del producto interno bruto (PIB).

De continuar la tendencia, advirtió, podría repercutir en escala macroeconómica y en la estabilidad financiera, e incluso desplomar los ingresos ante una variación abrupta de las tasas de interés.

Lo anterior se desprende del análisis El endeudamiento de los hogares en México, que forma parte de los reportes presentados en el boletín mensual Momento Económico del Instituto de Investigaciones Económicas, donde el académico sostuvo que este año las familias ya tienen comprometido 35 por ciento de sus ingresos con pagos por los financiamientos adquiridos.

Refirió que según datos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2010, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, 18 por ciento del gasto familiar se destina a las denominadas erogaciones monetarias, que incluyen pagos de hipotecas, depósitos en tandas, cajas de ahorro, préstamos a terceros, pagos por tarjetas de crédito o departamentales.

A finales de 2011 los préstamos al consumo representaban 23 por ciento del total del crédito bancario, contra 7.7 por ciento en l994.

El académico indicó que con el programa denominado El buen fin, que se lanzó en noviembre del año pasado, las ventas en los establecimientos comerciales se elevaron 35 por ciento, sólo en la ciudad de México, pero 70 por ciento de las operaciones se realizaron con tarjetas de crédito, lo que agudizó la deuda de los hogares.

A principios de 2012, agregó, los efectos adversos de ese programa comenzaron a resentirse, pues no se crearon los empleos prometidos, disminuyeron las ventas en los mercados populares y sólo se benefició a los grandes monopolios departamentales.