Aunque sabe que las instituciones mexicanas no son confiables, el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD) tiene que denunciar ante ellas las violaciones de derechos humanos que sufren sus integrantes y las víctimas a las cuales acompaña, de la misma forma en que debe respetar las preferencias políticas de estas últimas.

Así lo afirmó el escritor Rocato Bablot, vocero del colectivo dirigido por Javier Sicilia, a propósito de las críticas que les dirigió Julián LeBarón, y que eventualmente motivaron su separación del grupo, anunciada mediante una carta pública el pasado viernes 24 de febrero.

A LeBarón se le quiere, pero siempre ha sido como un satélite con cauda propia. A veces estaba mucho y a veces no, aparecía y desaparecía. Sí cimbró el movimiento y sí dolió (su partida), pero creo que es parte de un proceso de crecimiento. Ojalá se hubiera despedido con una carta para las víctimas y no para los medios, pero ese es su estilo, así lo decidió y se le respeta, dijo.

–LeBarón dijo que se iba porque en el movimiento hay personas que todavía creen en las instituciones, y él ya no...

–Si nos asaltan tenemos que ir a la procu, aunque sepamos que no lo van a resolver, porque es el único interlocutor que hay. Nuestra labor preferencial es ponderar el lugar de las víctimas, visibilizarlas, trabajar por ellas. No hemos perdido nuestro camino y eso es bien importante.

Hay que ir a la procu aunque no resuelva

Además, no podemos decirle a alguien que si es priísta o cristiano, no es víctima. Antes de serlo, tiene una posición ante la vida, ante las instituciones y las cosas, y tenemos que respetarlos. La postura del movimiento fue muy clara en el sentido de hablar con quien tuviéramos que hacerlo, dice Rocato.

En lo que se refiere a las medidas de seguridad para sus integrantes –después de los asesinatos de Trinidad de la Cruz y Pedro Leyva, y la desaparición de Marcial Bautista y Eva Alarcón–, el MPJD realiza talleres de seguridad interna, porque si bien todavía hay peligros latentes, no podemos dejar nuestro trabajo. Es muy triste la inoperancia de las fuerzas del orden, pero tenemos que insistir y resistir.

Las actividades del movimiento continuarán el 23 de marzo en Monterrey, y con la jornada luctuosa del 28 de marzo en Cuernavaca, con actos espejo en otras ciudades, por el primer aniversario del asesinato del hijo de Javier Sicilia, Juan Francisco, y sus amigos.