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Izquierda nacionalista vasca presenta plan de paz
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 27 de febrero de 2012, p. 28

Madrid, 26 de febrero. La izquierda abertzale (nacionalista) vasca presentó en San Sebastián, en el auditorio del Kursaal, un documento que aspira a convertirse en la hoja de ruta para alcanzar la pacificación definitiva del histórico conflicto del País Vasco.

Una de las declaraciones más destacadas fue su profundo pesar tanto por las consecuencias derivadas de la acción armada de ETA como por su posición política con respecto a las víctimas en la medida en la que haya podido suponer aunque no de manera intencionada, un dolor añadido o un sentimiento de humillación.

Una declaración histórica, que hasta la fecha no se había producida desde el entorno abertzale y de los políticos próximos al grupo armado ETA.

El País Vasco vive un momento histórico, derivado de la declaración de cese definitivo de la lucha armada del pasado 20 de octubre, que supuso poner fin a 40 años de confrontación violenta con el Estado español en pos de la independencia del País Vasco.

La izquierda abertzale, que todavía pugna por su legalización a través de recursos presentados en el Tribunal Constitucional, presentó en un acto multitudinaria un documento amparado por los principales dirigentes del separatismo vasco, desde los antiguos miembros de la Mesa Nacional de Batasuna hasta los líderes de formaciones como Aralar, Eusko Alkartasuna y Alternatiba, entre otros.

Entre los invitados también se encontraban el viceministro de la Presidencia para Monitoreo y Evaluación de Sudáfrica y parlamentario del Congreso Nacional Africano (ANC), Kopeng Obed Bapela; el también miembro de ese partido Robert McBride y el parlamentario de Sinn Fein Alex Maskey.

La dirigente vasca Maribi Ugarteburu fue la responsable de leer el documento titulado Construyamos la paz en el proceso democrático, en el que se afirma que la paz está en el horizonte y se puede alcanzar.

“La izquierda abertzale ha realizado la aportación que le corresponde para poder construir la paz en nuestro país. Ha hecho todo lo que estaba en sus manos para posibilitar un nuevo tiempo. Sin embargo, este hecho, en sí mismo, no significa en modo alguno que la paz haya llegado a Euskal Herria, por cuanto que el cese unilateral de una de las violencias no es sinónimo de paz. Y es que existen otras violencias. Así, la política represiva de los Estados debe cesar para poder empezar a hablar de un escenario de no violencia y de auténtica democracia”.

Uno de los reclamos de la izquierda vasca fue que en el proceso de paz, en un impasse desde la llegada al poder del conservador Mariano Rajoy, es que no se busque vencedores y vencidos, sino una solución de la que todo el país salga vencedor. Una justicia que aporte lo necesario para poder alcanzar la paz y la reconciliación.

Uno de los puntos centrales para que se avance en la resolución es, según la izquierda abertzale, el poner a la actual política penitenciaria, así, tanto los presos y presas gravemente enfermas como quienes han cumplido las tres cuartas o las dos terceras partes de la pena deben ser excarceladas. Se debe dar fin a la dispersión procediendo al traslado de los presos y presas políticas vascas a Euskal Herria como paso previo al proceso que permitira el regreso a sus hogares.

También abogan porque tanto el Estado español como ETA se desmilitaricen.

Al terminar la estrategia de guerra y represión, las armas y las legislaciones de excepción deben desaparecer del paisaje cotidiano. De ahí que ETA deberá deshacer sus estructuras militares y poner las armas fuera de uso. Asimismo, los Estados español y francés tendrán que deshacerse de, o readecuar, los operativos armados y represivos creados para el conflicto. Las legislaciones de excepción dictadas durante el conflicto y que han servido para retroalimentarlo deberán desaparecer. En definitiva, todos los instrumentos que responden a un conflicto violento, deberán desactivarse para permitir la construcción de un futuro en paz y libertad.

En relación al futuro inmediato entre grupos históricamente enfrentados, advierten: La reconciliación no significa olvido, ni tampoco que aquellas personas que hasta ahora se han considerado enemigas se conviertan en amigas... Si durante años de conflicto la falta de sensibilidad hacia el dolor ajeno ha sido lo que caracterizaba a la partes en el conflicto, este nuevo tiempo exigirá un esfuerzo por parte de todos y todas en aras a sanar las profundas heridas que nos afligen.

Y entonces expresaron por primera vez su pesar por el dolor provocado por ETA y sus atentados: “La izquierda abertzale reconoce el dolor y el sufrimiento que las diversas manifestaciones de violencia han producido en Euskal Herria; la generada tanto por la actividad armada de ETA como por las políticas represivas y de guerra sucia de los estados español y francés”.

Además de reconocer que mediante sus declaraciones o actos ha podido proyectar una imagen de insensibilidad frente al dolor causado por las acciones de ETA. Ante ello, lamenta el daño que de manera no deseada haya podido añadir con su posición política. Y reconocemos que, en la crudeza del conflicto, nos ha faltado hacia unas víctimas la sensibilidad mostrada con otras. Lo reconocemos sin ambages, y deseamos que sea aceptado con la misma sinceridad con la que se muestra.

Tras insistir en reclamar una Comisión de la Verdad y en respetar el trabajo de las comisiones internacionales de verificación y de diálogo, los líderes y las bases del independentismo vasco añadieron que el derecho a la libre determinación de los pueblos no es una posición partidaria sino un derecho básico. Un derecho humano de carácter colectivo reconocido por el derecho internacional, democráticamente practicado y aceptado por la comunidad internacional en varios casos recientes como ha sido en Irlanda, Escocia, Québec, Montenegro o Sudan del Sur. El reconocimiento de este derecho no significa predeterminar nada sino otorgar a la sociedad la capacidad de decidir. Reconoce que es la sociedad vasca la que en última instancia debe acordar sobre su futuro.

La respuesta del gobierno español fue a través del ministerio del Interior, presidido por el conservador Jorge Fernández Díaz, quien señaló que la izquierda vasca ha perdido una oportunidad de para exigir a ETA que desaparezca y les advirtió que el Estado no va a negociar nada con ETA.

No es admisible el teatrillo de inutilización de las armas, lo que debe hacer la banda terrorista es entregar las armas y desaparecer, señaló el Ministerio en una declaraciones anónimas filtradas a la agencia estatal Efe.

Mientras que el Partido Nacionalista Vasco (PNV) consideró que la se dado un paso importante que debe ir acompañado por otros de ETA en el mismo sentido. Este paso, la desaparición de ETA, sería, sin duda, un factor significativo en la memoria de las víctimas y en la humanización de otras políticas hasta ahora condicionadas y se mostró contrario a la creación de una Comisión de la Verdad.