César Esquinca Muñoa, integrante del Consejo de la Judicatura Federal (CJF), aseveró que si se presentan desviaciones en la actuación de jueces y magistrados no dudaremos en sancionarlos con rigor, porque si alguien está obligado a ceñir sus actos a la ley es el juzgador. Sin embargo, rechazó las descalificaciones generalizadas, huérfanas de pruebas, que ofenden a la institución y a todos los buenos servidores públicos que sin escatimar esfuerzos cumplen cabalmente su función.

Ayer, durante la ceremonia en que rindieron protesta 40 magistrados de circuito y dos jueces de distrito, ante los plenos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y del CJF, Esquinca Muñoa hizo un llamado a quienes fueron seleccionados a rechazar intromisiones externas de los poderes públicos y fácticos, cualquiera que sea el medio utilizado y el poderío de quien pretende influir en sus resoluciones.

Sin mencionar destinatarios, respondió a las recientes acusaciones contra jueces –desde el propio Presidente de la República hasta la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, que censuró el trabajo del juez encargado del caso Mexicana de Aviación.

Aseveró que a los juzgadores les tocará trabajar en un escenario complicado, con una inseguridad generalizada, una terrible desigualdad social, una encarnizada lucha por el poder en la que prevalecen las descalificaciones, y una notoria falta de voluntad de las fuerzas políticas para lograr acuerdos.

Esquinca recomendó a los juzgadores actuar con prudencia y entereza y les advirtió que al aplicar las reformas a la ley de amparo tomen en cuenta que los excesos en el tema de los derechos humanos pueden provocar caos jurídico.