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El actor llevó a Berlín Hijos de las nubes, filme de su producción

Bardem busca que los reflectores se dirijan al pueblo saharaui

Documental de Álvaro Longoria

Aborda el exilio en los campos de refugiados en Argelia y la persecución que sufren en el Sáhara Occidental

Especial
Periódico La Jornada
Viernes 17 de febrero de 2012, p. 9

Berlín, 16 de enero. Creemos que la única solución para liberar al pueblo saharaui es la lucha armada, pero valdrá la pena morir por nuestras tierras. Son palabras de un adolescente del Sáhara Occidental, una de las muchas voces que se escuchan en el documental Hijos de las nubes, la última colonia, trabajo documental del español Álvaro Longoria, producido por Javier Bardem, cuyo estreno mundial tuvo lugar en la edición 62 de la Berlinale.

Bardem, ganador del Óscar en 2010 como actor secundario en la película de los hermanos Cohen No country for old men, asiste a Berlín para mostrar este documental en el que ha puesto compromiso, tiempo, pasión y la convicción de la atracción que ejerce sobre el aparato mediático como uno de los actores con mayor reconocimiento generará atención a un problema olvidado por el mundo: la represión que sufre el pueblo saharaui en el norte de África por parte del gobierno marroquí.

Bardem dijo: Me siento responsable, no sé si en primera persona, pero sí como parte de un todo que ha producido una situación muy concreta y, sobre todo, que no está ayudando a resolverlo. Porque ésa sí es mi generación, los diferentes gobiernos de diferentes colores que no han hecho ni han querido hacer nada para combatir este noviazgo obligado con Marruecos.

Antecedentes del conflicto

El conflicto del Sáhara tiene una historia de alrededor de 35 años. El Sáhara Occidental fue colonia española hasta 1975, cuando fue invadido por Marruecos, con el antecedente de que España ya se había comprometido ante la Organización de Naciones Unidas (ONU) para la descolonización con la promesa de realizar un referendo para su independencia. En aquel momento España eludió toda responsabilidad al abandonar el territorio. A la salida de España comenzó una guerra entre Marruecos y el Frente Polisario, movimiento de liberación del Sáhara Occidental que pretende acabar con la ocupación de Marruecos y conseguir la autodeterminación del pueblo saharaui.

Bardem también dijo: “La primera vez que fui a los campos de refugiados pasé una semana en casa de una familia, con unos niños... esa gente te da todo, todo lo que no tiene... Y después te vas y ahí los dejas. Y las caras de esa gente están mostrando una emoción súper honesta de pena y de dolor, pero también de alegría porque compartiste su realidad. Eso hace que te metas en el autobús y digas: ‘hay que hacer algo’”.

Foto
Bardem dijo que siente cierta responsabilidad por la situación que viven los saharauis, ya que pertenece a una generación que no ha actuado en favor de esa comunidad. Arriba, el actor y productor en una imagen de 2010Foto Notimex

La invasión de Marruecos obligó a miles de saharauis a huir a parte del terrirorio argelino, donde se levantaron campos de refugiados. Ahí sobreviven con ayuda internacional cerca de 200 mil saharauis desde hace más de 35 años en espera de regresar a su tierra.

Quienes no pudieron huir y permanecen en territorio ocupado por Marruecos sufren tortura y represión, entre otras violaciones a sus derechos humanos.

El trabajo fílmico realiza un recorrido histórico por el conflicto del Sáhara Occidental en la voz de Bardem, no sólo como narrador, sino como participante activo en la realización del documental.

El origen de la idea del documental se dio en 2008, cuando Bardem asistió al festival de cine Fisahara, que se realiza en el Sáhara, organizado por activistas de derechos humanos con el propósito de llevar filmes a este puebño olvidado, que se encuentra a mitad del desierto.

El actor español agregó: “Nos preguntábamos ¿dónde está el sentido común? Queríamos intentar hablar del Sáhara, pero también de otros conflictos como el de Siria, donde al final los muertos son los mismos –la población civil– y los jugadores, los que se reparten las cartas, son también los mismos. El sentido común se pierde en nombre de esta realpolitik. Por eso el documental es como un viaje mío para entender lo que hay detrás y ofrecerlo a los demás. Todo se dio sobre la marcha; empezamos a investigar, íbamos con la cámara y grabábamos, pero sin saber el propósito de todo. Nació un poco involuntariamente, y tampoco pretendíamos hacer ‘la película’ o ‘el documental’, sino que se fue haciendo solo”.

Bardem también dio su opinión acerca de que la Berlinale haya apostado en esta edición por servir de pantalla a la primavera árabe: Me parece extraordinario; es una forma de reconocer este cambio fuerte que sucede en el mundo, que tiene que ver con los derechos humanos y la libertad de expresión, y que nos toca a todos. Merece atención especial y demuestra que también hay público para este tipo de cine. Llega un momento en que tienes que hacer lo que sientas, aunque hay momentos muy difíciles en que es mejor no hacerlo.