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El intérprete puertorriqueño regresó a México luego de ocho años; actuó en el Vive Cuervo

La mejor salsa es la que hace sufrir, llorar y gozar, dice Cheo Feliciano

Yo quería cantar como Chucho Gil, el de Los Panchos, ¡con este chorrito de voz!

Estados Unidos se formó con inmigrantes; la persecución es por prejuicio de pocos, afirma

Foto
El salsero en un momento de su actuaciónFoto Roberto García Ortiz
 
Periódico La Jornada
Lunes 13 de febrero de 2012, p. a13

Para mí, lo más importante después de todos estos años es que sigo vigente y que tenemos un público fiel, que no es de pasada, sino de química. Me siento honrado de representar, a donde vaya, a todos esos músicos que estuvieron antes que yo y que fueron mis maestros, quienes siguen porque a su vez hay jóvenes que los interpretan, dijo en entrevista Cheo Feliciano.

El cantante es considerado una gloria viviente de la música que genéricamente se denomina salsa, pero brilla en otros ritmos tradicionales.

La entrevista se realizó en su camerino a las 3:30 horas de ayer domingo, después de que ofreció un concierto en el Salón Vive Cuervo. Con más de siete décadas de vida, jala aire porque dice que lo afecta la altura de México. Lo rodean admiradores, amigos y empresarios.

En Internet se informa que Cheo Feliciano (José Luis Feliciano Vega) nació en Ponce, Puerto Rico, en 1935. Es definido como compositor y uno de los intérpretes de música latina más destacados durante la segunda mitad del siglo XX. Ha cultivado los más variados géneros y estilos, desde los ritmos más tropicales del son y la guaracha hasta el bolero y la canción romántica.

Antecedentes

Nacido en el seno de una modesta familia de emigrantes, Cheo Feliciano comenzó su carrera musical cuando terminó la enseñanza secundaria. Se enroló en los conjuntos Ciro Rimac’s Review, Marianaxi de Luis Cruz y Kako y su Trabuco, además de que colaboró ocasionalmente con la orquesta de Tito Rodríguez.

En 1955 fue el cantante del Sexteto de Joe Cuba, formación pionera en la introducción de nuevos sonidos tropicales, en la que permaneció 10 años y que le ofreció oportunidad de darse a conocer internacionalmente. Ésta fue una fructífera etapa para su carrera, que se materializó en 17 álbumes, pero desafortunadamente se vio interrumpida en 1965, debido a su adicción a las drogas.

Reapareció en los escenarios en 1971, invitado por las Estrellas de Fania para grabar el mítico concierto que reunió a los principales artistas salseros de la época, como Ray Barretto, Pete Conde Rodríguez, Yomo Toro, Bobby Valentín, Héctor Lavoe y Willie Colón.

Después de grabar 15 discos en solitario con el sello Fania, en 1983 Cheo Feliciano fundó su propia empresa discográfica, Coche Records.

En 1984, en el concierto Tributo a Cheo Feliciano, fue homenajeado por artistas con los que compartió escenarios, como Joe Cuba y Rubén Blades. El triunfo internacional de la salsa lo llevó a participar en conciertos a ambos lados del Atlántico.

Su contribución a la música latinoamericana ha sido reconocida con numerosos premios y distinciones, entre los que se encuentran el Daily News Award, la Copa de Oro en Venezuela, el Latin New Award y el Agueybaná, concedido en su isla natal.

En México no actuaba hacía ocho años.

–¿Cuál es la mejor salsa para usted, pues cada quien defiende la de su país?

–La mejor salsa es la que yo vea que es la que disfruta el público, la que yo vea a la gente sufrir, gozar, llorar y sudar. Ésa la puede hacer cualquier artista que sepa llegar al sentimiento.

–¿Ha habido excesos con algunas variantes de la salsa?

–No. Como decía el maestro Cure: cada generación demanda lo suyo, por su individual expresión. Por eso a la salsa a veces le llaman salsa gorda, salsa floja, salsa monga, pero es salsa. Para mí toda la música es bella porque es música.

–¿Qué opina usted de la salsa mexicana?

– ...Bien, está bien. México ha dado al mundo un gran legado. En un principio yo quería cantar como el Chucho Gil, de Los Panchos. ¡Imagínense! ¡Yo!, con mi chorrito de voz. Escuchar la armonía de Chucho me ayudó mucho. México es un manantial eterno de música, de cultura, de talento, de tanta belleza.

–Hoy la salsa pega en Europa, a pesar del frío.

–La salsa tiene cadencia y armonía, además de la estridencia de los metales. Eso es un llamado a Europa, donde tenían su forma de escuchar su música, pero los instrumentos están y la diferencia radica en la cadencia. Eso viene de África, desde donde nos exportaron todo esto. Lo que llamamos salsa es un regalo que vino desde África.

De niño llegó a Estados Unidos, pues sus padres no encontraban trabajo en su país. Como quiera que sea, el puertorriqueño lo es donde sea. La política divide a la gente y ésta se acerca a lo que más le conviene. En Puerto Rico hay varios partidos políticos, pero nos une que todos somos boricuas. La diferencia es la clave de la vida. Si todo fuera igual todo sería aburrido. La política no me gusta.

Cheo Feliciano no actuaba en México desde hace ocho años, cuando grabó un disco con Armando Manzanero. Hicimos la mitad en Puerto Rico y la otra mitad acá. Mi deseo es venir más seguido. ¡Yo tengo hambre de este público! Tengo muchos públicos, en muchos lugares. Los veo como una gran familia. Siento que algunos no pudieron estar aquí, en esta noche. De todas maneras, por este medio va mi abrazo.

No dejó pasar la oportunidad de decir que su familia es de migrantes y que las leyes recientes contra los trabajadores latinoamericanos, y mexicanos en particular, son injustas. La nación estadunidense se hizo de migrantes. La persecución es por prejuicio de pocos. Eso pronto va a salirse de la mesa.