El América necesitó de un inexistente penal para empatar 1-1 con el Toluca, que cuando menos se lo esperaba abrió el marcador en el estadio Azteca ante buena entrada, aunque todo indica que los aficionados salieron contentos con el espectáculo presenciado.

La primera emoción fue para los seguidores visitantes, pues en un cobro directo Aureliano Torres metió en apuros al guardameta Moisés Muñoz. En el siguiente avance los anfitriones tuvieron una más clara con la llegada de Jesús Molina, quien buscó contrarrematar ante la salida de Alfredo Talavera, pero el balón pasó arriba del travesaño.

La lluvia empezó a caer levemente sobre el Coloso de Santa Úrsula cuando de nueva cuenta el América armó otra acción de peligro conducida ahora por Christian Bermúdez, quien sin posición de tiro cedió a su tocayo Benítez, aunque el que alcanzó a rematar fue otra vez Molina, igualmente hacia las tribunas.

El duelo se volvió un ir y venir, con precisión en los pases cortos y arrojo en los envíos largos, aunque a los ataques de los equipos les faltó el último toque para cantar la anotación.

Los dueños del estadio a ratos hicieron valer su localía con llegadas estructuradas, como cuando el argentino Daniel Montenegro recibió un pase sólo para anotar, pero pese a tener todo para abrir el tablero, se trompicó y echó fuera el balón, lo cual produjo un prolongado ¡ooohhh! de decepción de sus seguidores.

América y Toluca brindaban un partido animado, sin tregua, con buen futbol, pero sin goles, que no impidió el deleite de los aficionados.

El terreno de juego se convirtió en algunas zonas en pista de patinaje por la lluvia, lo que hizo más precavidos a los 22 protagonistas que redujeron velocidad y las acciones se tornaron más serenas, con menos llegadas profundas.

Antes del término del primer tiempo, el público volvió a emocionarse cuando Christian Benítez recibió un envío de Montenegro, solo, en una posición de privilegio, con tiempo para acomodarse, pero finalizó en un desperdicio.

Segundos después, el propio Rolfi, en cobro directo desde fuera del área grande, perforó con un potente disparo la barrera de Diablos Rojos y estrelló el esférico en el poste izquierdo de Talavera; de inmediato la defensa diluyó el peligro con un rechazo.

Nada para nadie y se fueron los dos clubes al descanso.

Para el reinicio, sin cambios en las alineaciones y sin lluvia pero con frío, los cuadros salieron con ánimos renovados y recuperaron la intensidad del comienzo del partido. Seguían sin anotar, pero por lo menos dieron un buen espectáculo deportivo con llegadas emocionantes que mantuvieron muy pendientes a los espectadores.

Los aficionados reclamaban con chiflidos las que a su juicio eran decisiones arbitrales que dañaban a su equipo o se entretenían con cánticos y silbidos.

El entusiasmo en las gradas pobladas por americanistas fue cortado de tajo cuando Iván Alonso soltó un remate con el que abrió el marcador pese a tener la marca del Topo Valenzuela. Un gol que nadie se esperaba para poner arriba al Toluca 1-0, al minuto 56.

La lógica reacción, dicta el librito, fue el mayor interés de los anfitriones en buscar, encontrar y mantener el dominio del balón, lo que volvieron a lograr con trabajos, pero fueron neutralizados por un Toluca que ya no hizo mucho por aumentar su ventaja, pero sí para evitar que lo igualaran.

El cuadro local perdió la brújula, como que el gol le cayó de peso y ya no encontró qué hacer para taladrar hacia el frente.

Cinco minutos antes del final, al América le marcaron una falta en su favor en la media luna del área toluqueña. Cobró el Rolfi, pero estrelló en la barrera. En el rechazo, el esférico le pegó casi en el hombro a Diego Novaretti, que el silbante Erim Ramírez señaló de inmediato como penal.

Dos minutos después, cobró el naturalizado mexicano Vicente Matías Vuoso hacia la derecha y empató 1-1.

Ya nada fue igual. Siguió el juego con cierta rudeza, se recuperó la velocidad y los deseos de triunfo que se habían adormecido. Llegó el final y repartieron un punto por bando. Los visitantes ni cambios hicieron en su alineación.

Antes del inicio de las accione, estuvo de visita Juan Manuel Márquez, tres veces campeón mundial en diferentes categorías y actual monarca de peso ligero. El boxeador mostró su preferencia por el equipo de casa al vestir una playera con su escudo.

Tras finalizar el encuentro, en conferencia, Miguel Herrera, técnico del América, se mostró molesto porque el resultado me pareció injusto, cuando estás encima todo el tiempo, dominas y eres superior, por eso desde luego no me agradó el marcador.

Agregó que no le enoja que se empiece a decir que los silbantes favorecen al América (por el penal) y qué bueno, si le siguen ayudando, mejor. El equipo va a jugar bien, pero si le ayudan está bien, resolvió el estratega.

Antes, el técnico de los Diablos Rojos, Wilson Graniolatti, comentó que no debía hacer críticas al arbitraje, en todo caso, que quede en su conciencia lo que determinó, pues –aseguró– no soy quien para hacer un cuestionamiento en ese sentido. Son humanos (los jueces) y también se pueden equivocar.

Aunque le quedó claro que ayer el equipo mexiquense fue mejor, además, creo que ninguno de estos grandes equipos necesitan de ayuda extracancha para sacar un buen resultado.