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Ver día anteriorDomingo 15 de enero de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
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A la Mitad del Foro

Los consejos del enemigo

M

al empieza la semana… Y peor la cuesta de enero cuando las cuentas oficiales superan los 47 mil muertos en la guerra declarada por Felipe Calderón y a la que le cambió de nombre. Ni un paso atrás. Y nadie ha pedido que el Estado retome el andar de los cangrejos en el territorio ensangrentado por una violencia que el michoacano mismo llama estúpida, al atribuirla a los elementos del crimen organizado.

Las cuentas claras en lugar de los eufemismos del entusiasta Agustín Carstens en su hora feliz de secretario de Hacienda. Nada de catarritos. El rubicundo banquero central vio la tempestad europea y buscó el alivio de la claridad: todo en orden, no hay indisciplina fiscal y tenemos abundantes reservas de divisas, pero no nos va alcanzar para crecer lo indispensable ni para generar los empleos que demanda la población del bono perdido, como se perdió la confianza en las recetas de la austeridad a costa de los que menos tienen y en favor de los que todo lo tienen. La confianza de la mayoría, de 99 por ciento de indignados que ocuparon Wall Street y tomaron las calles de Londres, de París, de Atenas, de Madrid; del mundo de la globalidad que nos es más ajeno que nunca. ¿Cuándo se hundió México en el pantano de la mediocridad y el olvido de su lugar en el mundo?

Ni modo de culpar a la oximorónica democracia sin adjetivos, al sufragio efectivo que dejó de eludirnos, a la alternancia que llegó, esa sí, con paso de cangrejo y alentada por el voto útil de las izquierdas prematuramente desalentadas. La derecha en el poder no acepta dudas; no cambia de piel aunque pregone la plena autonomía del individuo, de cada uno de sus componentes; aunque persista en el discurso de condena moral al autoritarismo presidencial del priato tardío. El Presidente de la República aprieta el puño y denuncia retóricamente que en Michoacán intervino el crimen organizado, que el partido perjudicado fue el PAN: cambia las reglas del juego que intentó alterar antes de que hubiera candidatos formales a gobernador. Y el partido perjudicado, el PAN, ganó donde denuncian que intervinieron las familias, notablemente en La Piedad, donde los malos publicaron un desplegado el día del sufragio.

Agua que pasó bajo el puente. Lo de hoy son las cuentas claras de la fuerte economía con la que no podremos crecer ni crear empleos; las del retorno del Ángel de la dependencia, convertido en Arcángel del Edén financiero global; las de Gurría, que regaña con estilo y denuncia sin compromiso alguno desde el alto sitial que ocupa en la OCDE. La violencia proclama su amarga victoria. Esas son las cuentas que cuentan. Felipe Calderón acude a los índices de criminalidad, al número de homicidios por cada 100 mil habitantes para demostrar que estamos por debajo de Brasil, Colombia y casi toda Centroamérica. Pero lo que él llamó guerra se ha extendido a casi todo el territorio nacional. Y los más de 40 mil muertos no tienen nombre o padecen el agravio de verse calificados de delincuentes, o sospechosos de serlo.

Y es contagioso el mal. Como el miedo. Como la tentación totalitaria. Cuando la violencia es recurso común, sirve para criminalizar la inconformidad social y desalojar a balazos a quienes protestan, a quienes ejercen su derecho a la libre manifestación; aun cuando se excedan al bloquear carreteras, como los estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa. En Guerrero, donde evitaron el retorno del PRI al gobierno eligiendo a un priísta; donde los pobres padecen abandono y combaten por sus derechos desde siempre, desde normales rurales y desde las montañas de las que bajaron para combatir con Juan Álvarez, derrotar a la derecha y enviar al Quince Uñas al basurero de la historia. Derechos Humanos, la CNDH, confirma que los agentes de la policía ministerial del estado dispararon sus armas contra los estudiantes, que tiraron a matar. Y así disolvieron la manifestación. Ángel Aguirre calla. Los normalistas exigen juicio político. Hay delitos penales que perseguir. Pero también responsabilidad política. Y esa no puede eludirse bajo el velo de converso por vocación de servicio y no por ambición de poder.

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Agustín Carstens indicó que las abundantes reservas de divisas no alcanzarán para el crecimiento del paísFoto Francisco Olvera

Guerrero y Veracruz acudieron casi al mismo tiempo al poder federal en busca de ayuda contra la penetración del crimen organizado. Nada condenable. Pero en Chilpancingo se impuso la ceguera de los subordinados y el desdén de quien manda por el derecho de los más. El gobierno de Veracruz y la UNAM convocaron al Foro Internacional Seguridad con Legalidad. Comparar pareceres locales, nacionales e internacionales aporta nuevas perspectivas, diría en Jalapa el juez Baltasar Garzón. Y hacen falta, porque en México hay, puntualizó Guillermo Silva Aguilera, de la UNAM, una gran desconfianza en la aplicación de la ley.

Juan Carlos Henao, presidente de la Corte Constitucional de Colombia, habló de la colombianización del país: “Ustedes están viviendo lo que a nosotros nos tocó vivir en los años 80… las situaciones de matanzas, de masacre (que) en este momento ya prácticamente han desaparecido”; se puede vencer a los cárteles si se consolida la fuerza del Estado, el Poder Judicial, la fiscalía general de la nación. Y que el Estado asuma su responsabilidad; que tome medidas para resarcir el daño y además de otorgar indemnizaciones, ofrecer disculpas públicas y ordenar acciones en favor de personas dañadas sin justificación alguna.

Nadie pide la rendición gubernamental, el retiro inmediato, incondicional, de las fuerzas armadas. Pero hay que atender a la responsabilidad fundamental del Estado y proponer acciones alternativas para restablecer las facultades del poder civil en asuntos de seguridad y justicia. La respuesta del poder público y la sociedad para enfrentar la violencia que se padece en el país debe ser integral. Es decir, combatir la pobreza, ofrecer oportunidades de educación, empleo, así como buscar la cohesión social. Así, dijo el gobernador de Veracruz, Javier Duarte, atacamos los efectos, pero también avanzamos en erradicar las causas.

A fin de cuentas, aquí impera al sistema métrico sexenal. En Los Pinos confirman la manumisión de Santiago Creel. Los jóvenes turcos se incorporan a la campaña de Josefina Vázquez Mota; Ernesto Cordero hace cuentas como la de los 6 mil pesos mensuales que alcanzan para pagar escuela privada para los hijos, sin el crédito ofrecido a última hora para inclinar la balanza contra la educación pública, laica y gratuita. A Creel lo dejaron sin la opción de la candidatura a jefe de Gobierno del Distrito Federal. Isabel Miranda de Wallace es aspirante única a la jefatura de Gobierno. A mí, me la ofrecieron, yo no pedí nada: candidata ciudadana por un día; candidata del PAN en cuanto la registren. Podríamos tener tres candidatas. La señora de Wallace por el PAN, Alejandra Barrales por el PRD y Beatriz Paredes por el PRI.

Nueve sobrevivientes de la matanza de Acteal promueven juicio contra Ernesto Zedillo en tribunal civil de Estados Unidos: el gobierno panista de Felipe Calderón reclama inmunidad para el ex mandatario al que atribuyen la paternidad democrática. En Chiapas, Andrés Manuel López Obrador reclama amoroso silencio: es obra de Carlos Salinas, dice. Y el PRI de la unidad a toda costa calla, mientras Enrique Peña tropieza sin perder el paso en los augurios de las encuestadoras.