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Este año se conmemora el centenario del fallecimiento del creador de la célebre novela Drácula

La habilidad y arte de Stoker no han sido aquilatados: Chimal

No es apreciado como debiera, porque su personaje se quedó en el ámbito popular, señala

En Inglaterra publicarán en marzo un diario juvenil del autor, descubierto el año pasado

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Fotograma de la película Nosferatu, de 1922, dirigida por F.W. Murnau
 
Periódico La Jornada
Jueves 5 de enero de 2012, p. 2

Creador de Drácula, uno de los personajes literarios más enraizados en el imaginario social, Bram Stoker (1847-1912) será recordado este año en el centenario de su fallecimiento.

El escritor goza aún de gran prestigio entre sus lectores y su libro cumbre, adaptado para el cine, la televisión y el cómic, supera en habilidad y arte a muchos exponentes de las letras de terror actuales, afirma el narrador Alberto Chimal, en charla con La Jornada.

Está totalmente en contra de las convenciones más habituales y complacientes de toda la novela actual de horror que, salvo muy pocas excepciones, está escrita con menos habilidad y con menos arte que libros como el de Stoker, añade.

Chimal considera que Stoker no es apreciado como debiera, justamente porque su personaje se quedó dentro del ámbito de la cultura popular.

Un diario privado juvenil del autor de Drácula, descubierto en 2011, será publicado en marzo de este año en Inglaterra, documento en el que, según medios ingleses, fueron esbozadas las primeras ideas acerca del legendario vampiro.

Entre los actos de conmemoración a Stoker “habrá un montón de cosas. Las esperaría más que de las grandes instancias culturales, de los propios interesados; lectores y grupos dedicados a estas literaturas de ‘subgéneros’ o ‘alternativas’. Sin duda habrá planes y estaremos involucrados en eso”, señala Chimal, especialista en literatura de terror.

Stoker nació el 8 de noviembre de 1847 en la localidad irlandesa de Clontarf y falleció el 20 de abril de 1912 en la capital inglesa. Su leyenda fue alimentada con la versión de que el día de su muerte, de sífilis, a los 64 años, señalaba a una esquina de la habitación mientras repetía con insistencia la palabra strigoi, que en rumano significa espíritu maligno, y que él entendía como vampiro.

Fue autor también de las novelas La joya de las siete estrellas, centrada en el descubrimiento de una tumba con su correspondiente maldición, y La guarida del gusano blanco. “Son sus obras más interesantes, más allá de Drácula. No es un autor tan copioso como otros del siglo XIX. Casi todo, aparte de su novela central, son cuentos, con excepción de ese par de novelas”, detalla Chimal.

El escritor mexicano caracteriza la obra de Bram Stoker como la exploración de temas relacionados con la amenaza en contra de la sociedad establecida, siempre desde afuera. Así, repasa escenarios exóticos o malévolos para la mentalidad victoriana, como Transilvania, el antiguo Egipto, las islas de los mares del sur: “lugares donde los grandes imperios coloniales tenían poca influencia o estaban abriéndose paso con dificultad.

“Era una especie de contraparte de otra obra muy importante de este periodo: El corazón de las tinieblas, de Joseph Conrad, donde el poder colonial llega a extremos terribles de horror y bestialidad. Tanto Conrad como Stoker reflejan aspectos diferentes de una conciencia del mal que estaba siendo ignorada o minimizada en la visión oficial de la sociedad victoriana, terriblemente reprimida y obsesionada con el decoro y la supresión de todo lo que pareciera pecaminoso”.

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Bram Stoker, creador del vampiro más famoso del mundoFoto Archivo

Más de 30 versiones de la novela del vampiro

La novela Drácula, publicada por primera vez en 1897, fue incluida por el crítico Harold Bloom, autor de El canon de Occidente, en su lista de libros influyentes. En México se ofrecen alrededor de 30 versiones, que incluyen ediciones en español e inglés y algunos textos en torno a la obra original, en el sitio en línea de la librería Gandhi.

La obra es de avanzada, porque se cuenta en tiempo real, por medio de entradas de diario, grabaciones de audio de esa época, utiliza todos los recursos narrativos para sugerir que está pasando en el momento en el que se cuenta. Esa es una innovación muy importante en la novela, que a veces se pasa por alto. Eso es rarísimo todavía a estas alturas, destacó el especialista en subgéneros literarios.

La figura del personaje literario ha cambiado al paso del tiempo, añade, la visión del vampiro como seductor es posterior a Stoker. Drácula es una representación del mal que invade una comunidad y amenaza con destruirla. En la novela, la narración se reparte entre muchos puntos de vista distintos, pero el único que jamás habla ni muestra qué está pensando es Drácula. El centrar las historias en el propio vampiro y en esta relación paradójica de atracción y de repulsión, de amor y de muerte, viene durante el siglo XX, particularmente con las versiones cinematográficas.

En México no se ha aquilatado el libro con justicia –continua el autor de Éstos son los días–, porque la cultura oficial literaria que hemos tenido durante los pasados 100 años ha menospreciado la literatura de imaginación, fantástica, y se ha concentrado en apreciar el realismo; sin embargo, hay una gran cantidad de autores nacionales que han sido influidos por Stoker.

Chimal destaca a tres mexicanos seguidores de Stoker: los narradores Adriana Díaz Enciso, Vicente Quirarte (también poeta y ensayista) y José Luis Zárate. La primera es autora de la novela La sed, de las mejores que se han publicado en los pasados 20 años; Quirarte escribió el libro de ensayos Sintaxis del vampiro, en tanto, Zárate es autor de La ruta del hielo y la sal y En el principio fue la sangre, la primera es una novela que extiende un episodio pequeño de la novela de Stoker: el viaje en barco del vampiro hacia Inglaterra hasta escribir entero el diario de a bordo del capitán.