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Redita el Canalseisdejulio 1968 la conexión americana a partir de nuevas evidencias

Hubo actos terroristas de agentes de la CIA en el 68, según prueba documental

La supuesta conjura comunista sólo fue una pieza del montaje político-militar: Carlos Mendoza

Winston Scott se menciona como quien reclutó como informantes a Díaz Ordaz y a Echeverría

 
Periódico La Jornada
Lunes 19 de diciembre de 2011, p. 13

El documental 1968: la conexión americana, que acaba de ser reditado y es producido por el Canalseisdejulio, dirigido por el cineasta Carlos Mendoza, plantea con base en documentos y publicaciones localizadas en México y Estados Unidos, que agentes de la CIA realizaron actos terroristas durante el conflicto estudiantil de 1968.

Entre los documentos localizados existe un reporte de la Dirección Federal de Seguridad (DFS), el cual señala seis meses antes de que iniciara la revuelta estudiantil que el agente de la Agencia Central de Información (CIA, por sus siglas en inglés), Guillermo Novo Sanpol, había llegado a México y pretendía cometer actos violentos.

En 1976 Novo Sanpol fue identificado como uno de los autores de la muerte del ministro de Relaciones Exteriores de Salvador Allende, Orlando Letelier.

El documental plantea que militares de alto rango, como el entonces regente de la ciudad de México, Alfonso Corona del Rosal; el jefe del Estado Mayor presidencial, Luis Gutiérrez Oropeza, y Mario Ballesteros Prieto, así como el coronel Manuel Díaz Escobar, formaron parte de un grupo castrense de alto rango que recibió entrenamiento de agencias estadunidenses, como la Escuela de las Américas, y de allí los vínculos que mantenían con la CIA, particularmente con el representante de esa agencia en México, Winston Scott.

Si bien en su primera edición el documental daba indicios de las acciones de agentes de la CIA en México durante 1968, en su redición sostiene que los elementos estadunidenses en combinación con militares mexicanos tuvieron un alto involucramiento en hechos de terrorismo y propaganda que impactaron en el desarrollo del movimiento estudiantil de 1968 y la masacre de Tlatelolco, por lo que se puede considerar que la supuesta conjura comunista fue sólo un pieza del montaje político-militar que tenía como objetivo mover a la derecha el espectro político mexicano, señaló el cineasta.

El contenido del filme fue enriquecido con las opiniones del doctor en estudios latinoamericanos e investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México, John Saxe Fernández; la historiadora Ángeles Magdaleno Cárdenas; Beatriz Torres, directora del Archivo Gregorio Selser, y del periodista Jorge Menéndez Preciado, quienes a la luz de las nuevas evidencias consideran que los agentes de la CIA realizaron acciones encubiertas durante el movimiento estudiantil de 1968.

La primera advertencia de un supuesto complot de tipo comunista que debía ser neutralizado por agentes de Estados Unidos apareció en la revista US News en junio 1967, y en uno de sus artículos proponía que las tropas de ese país entraran a México para salvarlo del comunismo.

En la cinta se menciona –como informó La Jornada en su edición del 2 de octubre de 2008– que dos meses antes de que iniciara el movimiento estudiantil, en mayo de 1968, el director de la Oficina Federal de Investigación (FBI, por sus siglas en inglés), Edgar Hoover, señaló que en México grupos de comunistas almacenaban armas para realizar una conjura, y que naciones como Rusia (sic) y Cuba los impulsaban. Al respecto, Saxe Fernández consideró que las acciones de la CIA no hubieran tenido mucho eco si esa escenografía no hubiera llegado a millones de personas, es decir, hay una compaginación entre el montaje y magnificarlo a la población.

Menéndez Preciado refiere que en 1968 ni los estudiantes ni los dirigentes del Partido Comunista advirtieron que podrían estar siendo inducidos a esa provocación porque en ese momento, la supuesta colocación de artefactos explosivos era considerada obra de alguien que se alocó.

A Winston Scott se le menciona como el hombre que reclutó como informantes de la CIA a los presidentes Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverría (quien en en 1968 era secretario de Gobernación); el canciller Antonio Flores; el secretario particular del presidente Díaz Ordaz, Joaquín Cisneros, y el director de la DFS Fernando Gutiérrez Barrios.

Asimismo, se presentan datos de la entrevista que este diario realizó en octubre de 2003 al general Alberto Quintanar López, quien dijo que la CIA ofreció apoyar al entonces secretario de la Defensa Nacional, Marcelino García Barragán, para encabezar un golpe de Estado en México.

El documental plantea que los generales Gutiérrez Oropeza y Corona del Rosal actuaron coordinadamente con Díaz Escobar, y en tanto algunos agrupamientos infiltraban soldados entre los grupos estudiantiles y organizaban ataques a preparatorias y vocacionales, el general Ballesteros Prieto preparaba la acción final el 2 de octubre de 1968, a la que denominó Operación Galeana.

1968: la conexión americana señala que al menos tres versiones indican que el embajador de Estados Unidos en México, Fulton Freeman, ofreció a García Barragán el apoyo de Washington para encabezar un golpe de Estado, como se ha dicho de manera reiterada.

La cinta documenta que destacados agentes de la CIA operaban y se reunían en México, incluso hay pruebas: en 1963 se divirtieron en un centro nocturno David Sánchez Morales, presunto implicado en el asesinato de John F. Kennedy y del Che Guevara; Porter Goss, un veterano en operaciones secretas cuyo historial se mantiene en reserva; y los hermanos Guillermo e Ignacio Novo Sanpol, especialistas en acciones terroristas.