Cultura
Ver día anteriorMiércoles 14 de diciembre de 2011Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
Premios Nacionales

Recibirá el reconocimiento en el rubro de Lingüística y Literatura

La cultura tiene su propio vuelo, afirma el escritor José Agustín

La locura de dios, nueva novela del narrador y guionista, saldrá pronto, adelanta a La Jornada

Trata de un cuate que le va de poca madre en la vida y de repente le empieza a ir de la chingada

Foto
José Agustín, en su casa, durante la entrevista con La Jornada Foto Roberto García Ortiz
Enviado
Periódico La Jornada
Miércoles 14 de diciembre de 2011, p. 3

Cuautla, Mor. En apariencia aislado desde hace cuatro décadas en su oasis a las afueras de esta ciudad, el narrador, ensayista, dramaturgo y guionista José Agustín no deja de escribir, de leer, de escuchar música de todo tipo, incluido el rock, ni de tomarle el pulso al país.

Y lo que observa no son buenas noticias: la decadencia absoluta del sistema, el aumento de la corrupción, la venta de la patria, el desbordamiento de la violencia, el continuismo PRI-PAN, la división de las izquierdas, la incapacidad presidencial para gobernar. Sin embargo, también observa posibilidades de salida.

Luego de la alegría que le causó hace unas semanas obtener la Medalla de Bellas Artes, junto con su amigo el escritor Vicente Leñero, ahora recibirá el Premio Nacional de Ciencias y Artes en el rubro de Lingüística y Literatura, galardón que comparte con Daniel Sada, quien falleció recientemente.

Rodeado de huertos, araucarias y eucaliptos, José Agustín –acompañado de Margarita, su esposa, – recibe a La Jornada en su casa.

Atrapado por la literatura

–¿Qué ha sido de aquel chamaco que escribió La tumba a los 16 años, hace medio siglo?

–Pues está convertido en un ruquito relajiento –dice y ríe a pierna suelta–. Me siento bien, estoy al filo de los 70.

Hace un breve recuento: “He tenido mis etapas. Empecé muy fuerte escribiendo por mi cuenta y luego en el taller literario de Juan José Arreola, en los años 60. Me atrapó muy fuerte la literatura, hasta que a principios de los 70 me empezaron a llamar para hacer guiones de cine.

“De pronto, Leñero y yo éramos como los guionistas más solicitados. Ya en los años 80 le paré a los guiones y regresé a la literatura. A partir de ahí fue una etapa muy productiva con novela, libros de relatos y ensayos como la Tragicomedia.

–¿Ya no la va a ampliar, pues al parecer ahora hay más tragi que comedia?

–Lo que me piden mucho es que escriba la cuarta tragicomedia, que abarcaría a Zedillo y los panistas. Pero me da una güeva mortal, porque tengo mucho trabajo. Estoy esperando el llamado fuerte.

–Tendría mucho que decir, ¿no?

–Tendría muchísimo que decir. Tengo mucha información, he ido juntando libros, recortes de periódicos y tengo establecida una red de corresponsales en toda la República, cuatísimos, muy buenos escritores y observadores de la realidad.

José Agustín (1944) es autor de novelas como La tumba, De frente, Final en laguna, Ciudades desiertas y Arma blanca; de ensayos, como Tragicomedia mexicana (I, II, III) o de La contracultura en México, así como de varios libros de cuentos, además de guiones de cine como los de los filmes El apando y Amor a la vuelta de la esquina.

–¿Cómo observa el sexenio de Felipe Calderón? Al parecer ha estado más difícil que el de Vicente Fox.

–Es la decadencia del sistema. Si esto ya estaba corrompiéndose gacho, este señor se lo ha acabado de echar. Yo creo que ha sido uno de los peores presidentes que nos ha tocado ver.

–¿Hubo una transición en el 2000, de Zedillo a Fox?

–No fue realmente una transición. Yo decía: a ver si el PAN hace las cosas distintas. Pero no fue así, todo sigue igual: el mismo teje maneje, las mismas transas, ahora ampliadas, la venta de la patria a Estados Unidos y España.

–¿Hay una diferencia entre panistas y priístas en política cultural?

–Por suerte no. La verdad es que la cultura tiene su propio vuelo y corriente, y los presidentes en México han sido lo suficientemente inteligentes, bueno, no muy inteligentes, para darse cuenta de que debe dejarse la cultura en paz. Siguen las becas, los premios y aumentó la edición y circulación de libros. Claro, ahora somos muchos más.

Comenta que México ya traía un vuelo cultural muy notable, que se incrementó en los años 60 y, de los 70 para acá, ha proliferado muchísimo más. Hay más editoriales, publicaciones, escritores y, en cierta forma, también más lectores.

–Pareciera que a veces hay dos Méxicos: el de la cultura, que avanza, y el que va en sentido contrario.

–Es una podredumbre absoluta y definitiva del sistema. Los panistas llegaron al poder, pero no quisieron modificar las cosas, siguieron con las mismas transas, los mismos vicios, los mismos dedazos, el mismo control de todo. Y claro, si ya estaba podrido con el PRI, ahora con estos cuates se ha puesto todavía peor.

Fragmentación del carajo

Acerca de las izquierdas mexicanas, que van desde los zapatistas hasta los chuchos, comenta: Hay una fragmentación del carajo. Yo tenía muchas esperanzas que con tantos años de vuelo se lograra una mayor unificación. Pero la verdad es que, al contrario, está desunido todo como la chingada.

Pese a problemas de salud –sobre todo tras la caída sufrida en Puebla en abril de 2009, pero ya superados–, José Agustín no deja de escribir y por fin saldrá muy pronto su novela La locura de dios.

La novela, comenta, es editada por su hijo Andrés Ramírez, en Random House Mondadori, y es posible que esté lista en unos tres meses. Yo me voy al ritmo que el libro me indica. De repente me dan muchas ganas de escribir, y lo hago. Pero si me da güeva, pues le paro. Yo no escribo más que por el puro gusto.

Da un adelanto: Es un cuate que le va de poca madre en la vida: tiene familia, hijos, una esposa bonita, lana, le va muy bien en su trabajo. Y de repente, le empieza a ir de la chingada.

Sus editores le han pedido que ponga al día su libro sobre rock La contracultura en México, pero me les quiero escapar, porque ya no conozco tan bien el ambiente. Ando sonsacando a mi hijo Agustín, que escribe muy bien y está en la edad y en el cotorreo, para que se lo eche. La familia se ha convertido en un motor muy fuerte.

–¿De qué manera podrían vincularse la cultura, las artes y la literatura para colaborar ante el desmoronamiento que vive México?

–De entrada, todo el arte humaniza, y eso es antisistema por naturaleza. Yo no le pido a las artes que sean temáticamente políticas. Que cada quien haga lo que quiera, pero si ese alguien escribe, pues ya está sensibilizando a la gente, la está humanizando. De poca madre, ¿qué más se pude pedir? ¡Escriban, escriban!

Retoma la situación en México: Está de la chingada, pero las soluciones se encuentran a la mano porque se creó una infraestructura de conciencia muy notable, que me parece no ha decrecido. De eso a que se pase a la movilización, sólo se requiere de un resorte que detone todo. Y eso puede ocurrir en cualquier momento.