La misa por las independencias de América Latina, que este lunes se celebra en el Vaticano en honor a la Virgen de Guadalupe, constituye la aceptación plena de la soberanía de los pueblos latinoamericanos, la cual en algún momento se vio empañada por el convenio que la santa sede mantenía con el patronato de España, expresó el arzobispo primado de México, Norberto Rivera Carrera.

En el órgano de difusión de la Iglesia católica, Desde la fe, el cardenal indicó que resulta especialmente significativo que en la máxima festividad de la Virgen de Guadalupe, este 12 de diciembre, el papa Benedicto XVI haya tenido la iniciativa de celebrar, junto con pastores y autoridades civiles, en la sagrada eucaristía, el bicentenario de independencia de las naciones latinoamericanas.

Según el arzobispo, tal celebración “encierra, sin lugar a dudas, un enorme significado para todo el continente por el sentido de reconciliación que lleva: la santa madre Iglesia se ha esforzado siempre en sanar todas las heridas de la historia que impidan el desarrollo de los pueblos y la convivencia entre las naciones.

Su participación en estos festejos constituye la aceptación plena de la soberanía de los pueblos latinoamericanos.

En el amplio artículo, en el que el cardenal expresa el significado para la Iglesia católica de esta celebración a la Guadalupana en Roma, plantea también que la festividad será ocasión para que todos los fieles de América Latina, reunidos desde el centro de la cristiandad y conectados al Tepeyac, oren por la armonía y la paz en nuestro atribulado continente, pero también para elevar nuestra plegaria y avanzar en el camino de la verdadera independencia.