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Gonzalo Corvera Behar, presidente de Amaoir, lo practica desde 1987

El implante coclear, opción para salir del aislamiento que causa la sordera

Es un oído electrónico constituido por dos elementos: uno se coloca dentro de la cabeza, en el caracol, para comunicarse con el nervio auditivo y otro externo que capta el sonido, explica

 
Periódico La Jornada
Martes 29 de noviembre de 2011, p. 2

El oído es el primer órgano de los sentidos que puede ser sustituido por una computadora. Mediante una intervención quirúrgica se introduce una prótesis en la cabeza, que, apoyada en un aparato exterior, ayuda a los niños que nacen sordos –y a quienes sufren esa discapacidad a causa de un accidente o medicamentos– a oír para comunicarse y desarrollar una vida normal, como cualquier miembro de la sociedad, pues el mayor problema que ocasiona la hipoacusia es el aislamiento, explicó el doctor Gonzalo Corvera Behar, presidente de la Asociación Mexicana para la Audición Ayúdanos a Oír (Amaoir), que recientemente realizó su séptimo congreso interactivo.

El especialista explicó que esa computadora u oído electrónico, llamado implante coclear, tiene dos elementos: uno está constituido por electrodos, los cuales se colocan en el caracol para comunicarse con el nervio auditivo. El caracol es la parte del oído medio que convierte el sonido en impulsos nerviosos, que son eléctricos. Los electrodos se conectan a una computadora que, a su vez, se instala en la cabeza, debajo de la piel. El segundo elemento es un aparato externo, que capta el sonido, lo analiza y manda una señal digital a la parte interna.

La sordera (hipoacusia bilateral severa o profunda) es una discapacidad invisible. Un niño que nace así no desarrolla lenguaje, por tanto, no comprende y permanece incomunicado. Las personas que la padecen son discriminadas y sus posibilidades productivas se reducen, son mal remuneradas, cuando intelectualmente son capaces. Hellen Keller decía que la ceguera la apartaba del mundo, pero la sordera la aislaba de la humanidad, recordó Corvera, quien realiza el implante coclear desde 1987.

Un bebé con implante coclear aprende a hablar y cuando llega a la primaria lo hace como cualquier normoyente, precisó.

Los candidatos a esta intervención son los pacientes con pérdida auditiva de severa a profunda, para quienes los aparatos convencionales ya no les son suficientes para adquirir o preservar el lenguaje hablado, y los idóneos son los que han perdido la audición después de adquirir el lenguaje y niños con sordera de nacimiento diagnosticada a temprana edad.

Se puede saber si un niño es sordo mediante la prueba tamiz neonatal auditivo. Una vez detectado el problema, se procede al implante coclear, que se practica cuando el bebé tiene seis meses, pues es cuando el cerebro tiene mayor plasticidad y desarrolla lenguaje.

Amaoir, creada en 1995, se hace cargo de la cirugía, la cual se realiza sin costo, y orienta a los padres de los pacientes sobre la forma de conseguir fondos para comprar el aparato, que sí es costoso (más de 290 mil pesos), pero dura toda la vida y el beneficio desde el punto de vista humano es inapreciable, expresa Corvera.

“La asociación surgió del interés de poner la tecnología al alcance de las personas sin recursos. Tiene sus orígenes en un proyecto que iniciamos en el hospital general Doctor Manuel Gea González, de la Secretaría de Salud, hace más de 24 años.

Cuando empezamos a practicar el implante coclear se creía que era tema de ciencia-ficción. Ahora los beneficiados son muchos y deberían ser más.

Luego de precisar que al escuchar mejor se habla mejor, el especialista habló de la ventajas de un implante coclear en ambos oídos. “Una es que se tiene mejor localización, es decir, se sabe de donde proviene el sonido –muy importante por razones de seguridad–, y se puede distinguir el lenguaje en ambientes ruidosos.”

Gonzalo Corvera señaló que él quedó convencido del beneficio del implante bilateral a partir de que fue demostrado científicamente que ese oído electrónico permite el fenómeno de discriminación de ruidos.

Destacó que es recomendable no dejar pasar mucho tiempo entre una operación y otra para que las conexiones cerebrales estén en las condiciones adecuadas para permitir que el oído que no ha sido intervenido realice su función.

Adicional al implante, los pacientes (incluso en la segunda intervención) llevan una terapia de rehabilitación, la cual se realiza mediante el método auditivo verbal para motivar la producción del lenguaje. Para ello Amaoir cuenta con terapeutas especializados, además de preparar a otros, incluso a distancia.

Aunque el mayor obstáculo sigue siendo el precio de la prótesis, los beneficios lo valen. Y una ventaja más es que cuando se descompone uno, el otro está listo, la persona no queda desconectada del mundo, concluyó Corvera Behar.

En el congreso Cuenta, pregunta y aprende se trataron temas como las opciones médicas, tecnológicas y terapéuticas para el tratamiento de la sordera, además de motivar a hermanos, padres y familiares cercanos a participar en el proceso de rehabilitación.

Para mayor información sobre Amaoir, visitar www.amaoir.org.