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Informe de Ban Ki-moon revela la existencia de un nuevo régimen de terror

Miles, incluidos niños y mujeres, encarcelados por milicias libias

Pandillas, enfrascadas en una guerra por el control de las calles de la capital y otras ciudades

Linchan a negros acusados de ser mercenarios que sirvieron al gobierno kadafista

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En imagen de septiembre pasado, una mujer acusada de ser partidaria de Muammar Kakafi, en un centro de detención de MisurataFoto Ap
The Independent
Periódico La Jornada
Jueves 24 de noviembre de 2011, p. 26

Trípoli, 23 de noviembre. Miles de personas, incluidos mujeres y niños, permanecen detenidos ilegalmente por las milicias rebeldes en Libia, según un reporte de Ban Ki-moon, secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU). Muchos de los prisioneros sufren tortura y maltrato sistemáticos mientras se les mantiene recluidos en celdas fuera del control del nuevo gobierno.

El reporte, al cual tuvo acceso The Independent, asegura que, si bien ya fueron liberados los prisioneros políticos del régimen de Muammar Kadafi, sus lugares ahora son ocupados por unos 7 mil enemigos del Estado que están desaparecidos dentro de un sistema disfuncional, sin manera de recurrir a las leyes.

Las críticas van más allá y retratan un lúgubre Estado sin derechos en el cual aún pueden cometerse muchos abusos en su intento por lograr la estabilidad. Por lo pronto, pandillas armadas están enfrascadas en una guerra por el control de las calles, la policía está intimidada y es impotente, y africanos de raza negra son maltratados y linchados, acusados de complicidad con el régimen de Kadafi.

La policía, limitada a dirigir el tránsito

El reporte será motivo de vergüenza para Gran Bretaña y otros gobiernos occidentales que respaldaron la campaña para derrocar a Muammar Kadafi. Una resolución de la ONU se aprobó en marzo pasado con el fin de proteger a los civiles de abusos del régimen, que entonces reprimía sin piedad el levantamiento.

Existe evidencia que ya fue presentada al Consejo de Seguridad de la ONU, según el reporte de Ban, que ambos bandos en el conflicto libio perpetraron actos equivalentes a crímenes de guerra, sobre todo en la cruda batalla por el control de Sirte, ciudad natal del coronel Kadafi. El secretario general, quien visitó Libia recientemente, hace eco de la preocupación expresada por muchos líderes mundiales sobre el asesinato del ex gobernante a manos de combatientes, y señala que Kadafi fue capturado vivo y después ejecutado.

El reporte subraya, asimismo, que es motivo de celebración que el país se haya liberado de un gobierno totalitario que duró 42 años. La oposición victoriosa, que esta semana formó un gobierno interino, tiene toda la intención de seguir la senda democrática e implementar un sistema legal funcional, afirma el secretario. El reporte ha sido distribuido a miembros del Consejo de Seguridad y será discutido la semana próxima.

Sin embargo, Ban también presenta un desalentador escenario del creciente poder de las milicias armadas que controlan las calles en muchas ciudades, incluida Trípoli, donde protagonizan tiroteos que causan muertos y heridos.

El Estado sin ley ha tenido también el resultado de que la amplia mayoría de la fuerza policiaca no puede volver a cumplir sus funciones. Cuando lo han logrado, como en algunas zonas de Trípoli, su papel se limita a dirigir el tránsito.

Libia tuvo la única insurrección que atrajo el apoyo militar directo de Occidente, a pesar de que en años recientes Kadafi se había reconciliado con varios países occidentales. El argumento de Londres y Washington en contra de lanzar una intervención encabezada por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) se centra en que en otros países árabes no existe una oposición coherente. Políticos que se pronunciaron a favor de los bombardeos aéreos sobre Libia afirmaron que el Consejo Nacional de Transición era una alternativa creíble al régimen de Kadafi.

Las batallas intestinas que escalan dentro del país se ven favorecidas por arsenales que fueron abandonados por el régimen y después robados. En éstos figuran lanza misiles tierra aire, que se utilizan apoyándolos en el hombro y se conocen como Manpads, con los que se puede derribar un avión comercial.

Según el reporte de la misión del secretario general: Libia tiene más Manpads que ningún otro país que no produzca estas armas.

Sin embargo, el reporte destaca que los abusos contra los derechos humanos son la preocupación más urgente. El documento señala que si bien los presos políticos que tenía el régimen de Kadafi fueron liberados, cerca de 7 mil detenidos se encuentran actualmente en prisiones y centros de detención improvisados, y la mayoría de ellos están bajo el control de las brigadas revolucionarias, sin acceso a que se les procese conforme a la ley.

Preocupa, particularmente, la suerte que correrán mujeres que están en cautiverio por sus supuestos nexos con el régimen, y que a menudo son resultado de un parentesco. También se ha reportado el hecho de que las mujeres son custodiadas por varones, a falta de carceleras, y que hay muchos niños recluidos con adultos, dice el documento.

Africanos negros fueron linchados tras la revolución debido a acusaciones, a menudo falsas, de que se trataba de matones contratados por el régimen de Kadafi. La ciudad de Tawerga, que alberga sobre todo a residentes originarios de países subsaharianos, fue destruida en su mayor parte por combatientes de la vecina ciudad de Misurata, que fue duramente castigada y permaneció bajo un brutal estado de sitio a manos de fuerzas del régimen. Duante la batalla se dijo que los combatientes provenientes de Tawerga eran particularmente agresivos y sanguinarios.

El reporte señala: africanos subsaharianos, en algunos casos bajo sospecha de ser mercenarios, constituyen un gran número de los detenidos, que han reportado ser objetos de torturas y malos tratos. Se han reportado casos de maltratos por el color de piel.

La ONU también documenta los atroces abusos cometidos por el régimen de Kadafi durante los últimos días de la guerra civil. En una anotación personal en el informe, Ban Ki-moon afirma: “Me conmocionó profundamente una visita a una bodega agrícola en el barrio de Jallital Ferjan, en Trípoli, donde elementos de las fuerzas de Kadafi habían detenido a civiles en condiciones inhumanas, los sometieron a torturas y asesinaron a los más que pudieron; probablemente quemaron los cuerpos.

La comunidad internacional debe apoyar los esfuerzos para establecer el paradero de los desaparecidos y llevar ante la justicia a los culpables de dichos crímenes, concluye.

© The Independent

Traducción: Gabriela Fonseca