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El pintor y docente exhibe sus acuarelas en la Casa de la Cultura Reyes Heroles

Martín Olivera pide impulsar la educación emotiva de las artes para atajar la violencia
 
Periódico La Jornada
Jueves 24 de noviembre de 2011, p. 9

La enseñanza de las artes durante la infancia debe tener la misma importancia que las matemáticas, por ejemplo, ya que la música, la pintura o la literatura hacen que un niño crezca completo, con un cerebro equilibrado y un espíritu refinado. Por eso la violencia se da con tanta fuerza, porque hay una falta de la educación emotiva que ofrecen las artes a la sociedad, opina el artista plástico Martín Olivera.

Autor de coloridas acuarelas de donde saltan rostros con cabelleras inesperadas, que al despeinarse forman gatos, peces y barcos; al igual que lienzos de zoologías y circos fantásticos, parte de su muestra que se exhibe en la Casa de la Cultura Jesús Reyes Heroles, en Coyoacán (Francisco Sosa 202, barrio de Santa Catarina).

Discípulo del maestro Gilberto Aceves Navarro, descubrí que tengo un niño a flor de piel, dice el pintor nacido en el Distrito Federal respecto de las clases que imparte en la Escuela Nacional de Artes Plásticas. Es una obra que tiene una carga emotiva, pero del mundo infantil que todos llevamos dentro y que sale de manera muy natural, expresa.

Vengo de una escuela que es una tradición en México, en el sentido de que venimos de la generación de la ruptura, somos como los hijos en el sentido artístico, por haber sido alumnos de profesores que pertenecen a esa generación, en mi caso de Gilberto Aceves Navarro.

Libertad en los trazos

En charla sobre el arte y la infancia, Martín Olivera comenta que al lado de Aceves Navarro aprendió a desarrollar el hemisferio derecho del cerebro, lo cual fecundó libertad en los trazos, ver quién se es como artista y sacarlo naturalmente.

Cada creador tiene un lenguaje distinto en niveles de conciencia de donde surge la expresividad, así como todos tenemos un tono de voz al hablar, el trazo también tiene una carga expresiva que va a determinar el temperamento del artista.

En el caso de Olivera, son obras figurativas con temas de circo, barcos que navegan entre planetas, cachorros, algunos retratos de caras infantiles, además de gatos, pájaros y otros animales, donde sobresalen brillantes colores, este mundo tropicalizado al que pertenecemos los mexicanos.

Foto
Martín Olivera en su taller, en CoyoacánFoto Alondra Flores

Este aspecto en particular, fue un descubrimiento en España, donde además de ver obras de grandes maestros, como Diego Velázquez o Pablo Picasso, notó que sus pinturas saltaban a la vista entre los colores del ambiente europeo.

Aquí cuando uno sale, ve una jacaranda, una casa pintada de amarillo junto a una morada, de ahí me nutro, de salir a la calle, de ver los mercados, pero allá en España mi obra era una explosión de colores, relata.

En el tema de la educación artística en la infancia, subraya la necesidad de desarrollar el hemisferio derecho a través del arte, porque humaniza y así se forman seres sensibles con el prójimo, los animales, las plantas, el entorno; se forma una sensibilidad más refinada.

En la pedagogía actual se estimula el hemisferio izquierdo, que es racional y calculador, y se deja de lado el derecho, que es intuitivo, permite entender la metáfora, la poesía o sentir la música, considera Olivera.

Su experiencia docente en artes plásticas durante cinco años, en una escuela primaria, permitió al pintor mantener cercanía con los niños, ver cómo se expresan; son muy espontáneos, receptivos, su arte es muy directo, sin muros ni límites, porque aún son libres.

Recuerda a Pablo Picasso, quien decía: a mí me tomó tantos años volver a pintar como niño. Artistas como Joan Miró, Paul Klee y Wassily Kandinsky buscaron conectar con esa expresividad creativa, intuitiva, del niño y que las sociedades contemporáneas en Occidente van acotando por los códigos que se enseñan en las escuelas.

La exposición El color transfigurado, de Martín Olivera, en la Casa de Cultura Reyes Heroles de Coyoacán, concluirá el martes 29 de noviembre.