Opinión
Ver día anteriorMartes 15 de noviembre de 2011Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Ciudad Perdida

Consulta ciudadana

Pérdida de confianza

Autoridades, sin convocatoria

S

ería muy grave pasar inadvertido lo que parece uno de los más grandes fracasos del gobierno de esta ciudad: la consulta ciudadana que se efectuó el domingo pasado, que llevó a las urnas a muy pocos capitalinos que deberían haber escogido por ese método cómo se deben gastar algunos de los recursos que administra el gobierno, los cuales provienen, en buena parte, del bolsillo del ciudadano.

No se puede, ni se debe, culpar a la gente de no participar en un acto de la trascendencia de éste. Por parte del gobierno de la ciudad no se dio la difusión necesaria al asunto; pocos o muy pocos sabían en dónde estaban las casillas, y pocos o muy pocos estaban enterados de qué es lo que se iba a votar.

Con un desdén inusual entre los capitalinos, siempre atentos a la novedad, siempre curiosos, las casillas eran ignoradas, y en algún caso, que nos consta, sirvió hasta de pretexto para dejar salir la molestia ciudadana hacia el gobierno. Entonces se trata de que nosotros elijamos en qué debe gastar el gobierno el 3 por ciento del presupuesto. Pero si este gobierno hace lo que se le pega en gana, esto es puro cuento, decía un hombre joven que se acercó a la mesa de consulta para saber de qué se trataba la votación.

Lo cierto es que parece que la gente no tiene confianza en ser escuchada por las autoridades, y siente, hasta como burla, la consulta, por eso ni siquiera 2 por ciento de los habitantes del Distrito Federal emitió su opinión. Puede ser, no se debe descartar, que desde el gobierno se hubiera tomado la decisión de no difundir –como se hace con algunos programas– profusamente la intención de esta consulta, ni sus alcances, menos aún los lugares y las técnicas del voto, para no sentir la presión de una mayoría que reclame la efectividad de su sufragio, pero como sea, el gobierno de Marcelo Ebrard debe preocuparse por el desaire a la consulta.

Tal vez se tuvo miedo de que aún con una amplia propaganda en favor de la consulta la gente no acudiera a las urnas, entonces estaríamos frente a un escenario que señalaría la poca confianza de la gente en su gobierno, que en las actuales circunstancias se tendría que explicar como un fracaso del jefe de Gobierno ante los gobernados.

Así como quedó, siempre existirá la posibilidad de explicar que hubo falta de difusión para el ejercicio y que el magro resultado es la respuesta a la muy poca importancia que se dio entre la gente al ejercicio. Magnífica salida a una realidad que debe acongojar a quienes se supone fincan su futuro en el voto.

La consulta era muy importante, el resultado es trascendente porque, se mire como se quiera, es un indicador, como dijimos, de la confianza y de los alcances de la autoridad a una convocatoria como la del domingo pasado.

En marzo anterior se realizó la primera consulta y los resultados no fueron muy diferentes a los de anteayer. Si eso lo tradujéramos a lo político, tendríamos que señalar que no mejora la idea de la gente respecto de su gobierno, o como dijo ese ciudadano frente a la mesa receptora de documentos: la consulta es puro cuento. Ahí se la dejamos.

De pasadita

El lunes se realizó una reunión de líderes de partidos de izquierda en la que se anunció que hoy Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard, juntos, darán a conocer el resultado de la encuesta para definir a su candidato a la Presidencia de la República.

No obstante, por cuestiones legales, al parecer no es posible que se lance para ya al ganador, es decir, al candidato, porque se caería en un acto ilegal. Algo así fue lo que dijo Manuel Camacho. Tanto el PT como el Movimiento Ciudadano (MC), hasta hace poco Convergencia, estuvieron de acuerdo en cuidar las formas. Es necesario decir que en la reunión estuvieron Jesús Zambrano (PRD), Dante Delgado (MC) y Ricardo Cantú (PT).

Desde luego hubo discrepancias porque, según nos contaron, parece que alguien –¿será Camacho?– quiere tender una trampa a AMLO. Y es que, según se acordó, y eso lo sabía Camacho desde el principio, el resultado de la encuesta se debería presentar para que se diera, desde ya, el nombre del candidato. ¿O qué, ahora va a resultar que Camacho no sabía de las fechas y las leyes? No cambia el individuo, no cambia.