Guadalajara, Jal., 14 de noviembre. La Secretaría de Desarrollo Urbano (Sedeur) anunció que suspenderá la tala de árboles en el parque Mirador Independencia, donde se pretende construir un museo de arte moderno, tras la manifestación realizada la semana pasada por estudiantes universitarios y luego de la campaña iniciada por ecologistas y usuarios del parque ubicado junto a la barranca de Huentitán.

Por lo pronto, Sedeur no está haciendo trabajo alguno en el parque de la barranca. Se esperará a que el patronato platique con la gente del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD) para que diga si se sigue y a partir de cuándo, informó la dependencia estatal por conducto de su vocera, Perla Rodríguez González.

El Patronato Guadalajara Capital Cultural, al cual se refiere la Sedeur, fue creado por la Secretaría de Turismo estatal. Lo preside la empresaria Lorenza Dipp e incluye a destacados miembros de la iniciativa privada, quienes administran 80 millones de pesos otorgados por el gobierno federal para el museo, que sustituiría el fracasado proyecto de construir un museo Guggenheim en el parque Mirador Independencia.

La tala de árboles se detuvo después de que los estudiantes del CUAAD hicieron una manifestación que fue apoyada por ecologistas, usuarios y comerciantes del parque, quienes expresaron su temor de ser expulsados una vez que comience la obra.

Sedeur confirmó que el patronato negociará con quienes se oponen al derribo de los árboles para construir un museo de arte moderno y contemporáneo, que se financiaría con fondos federales, estatales y del ayuntamiento de Guadalajara.

En mayo de 2010 el gobierno municipal formalizó la donación del parque para la construcción del museo, en un acto presidido por el alcalde Jorge Aristóteles Sandoval, quien también se comprometió a otorgar los permisos municipales, siempre que se cumplieran las condiciones para la conservación y cuidado de la naturaleza.

Del Guggenheim al Barranca

El Museo Barranca de Arte Moderno y Contemporáneo es un proyecto que sustituye el intento de obtener una franquicia del Museo Guggenheim en la ciudad. Hubiera sido el sexto recinto de esta fundación con sede en Nueva York y el primero en América Latina.

Desde 2003 Guadalajara pugnó por obtener la aprobación de la Fundación Guggenheim, y cuando finalmente se presentaron los estudios de factibilidad exigidos por los dueños de la franquicia y se eligió el proyecto de la firma Ten Arquitectos, del mexicano Enrique Norten –propuesta que incluía una torre de cristal de 180 metros–, la falta de recursos del gobierno local y empresarios impidió avanzar al ritmo exigido, lo que ocasionó que en 2009 la fundación cancelara la obra.

Entonces se decidió construir un museo de clase mundial que costara mucho menos de los 300 millones de dólares que implicaba hacer el Guggenheim Guadalajara. El Museo Barranca, según el anuncio original, costaría 30 millones de dólares.