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El cantautor español fue ovacionado en Tuxtla Gutiérrez

Me parece un milagro estar en Chiapas por tercera vez, dijo Joaquín Sabina
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 31 de octubre de 2011, p. a16

Tuxtla Gutiérrez, Chis., 30 de octubre. Ovacionado de pie varias veces por más de tres mil personas, el cantautor español Joaquín Sabina se presentó en esta ciudad la noche del viernes, como parte de la gira El penúltimo tren, que realiza en México. “Nos parece un milagro estar aquí por tercera vez... Si me viera mi mamá. Tan lejos de Dios y tan cerca de…”, dijo entre risas, una vez iniciado el concierto que ofreció en el Polyforum de esta capital a partir de las 20:15 horas. Como siempre, más que nunca en Chiapas.

Un día antes, al responder en rueda de prensa a la pregunta de cómo se ve a Chiapas en Europa, afirmó que “sigue quedando la visión mítica de los zapatistas y del subcomandante Marcos; eso no se ha borrado, los europeos son muy amantes de este tipo de mitología revolucionaria”.

Agregó: “Marcos está muy callado; hace años a Europa no llegan cosas, pero sí sigue en el baúl de la memoria, esa imagen mítica que enamoró a los europeos”.

Desde que apareció en el escenario, Sabina fue ovacionado por los más de tres mil asistentes. Una de las canciones más esperadas y aplaudidas fue Como un dolor de muelas, compuesta por Marcos, Pancho Varona y Sabina, interpretada por su corista Mara Barros.

En una de las pausas del concierto, Sabina dijo que el jueves ofreció una conferencia en esta capital, pero al levantarse el viernes y revisar los periódicos –y soy adicto a la prensa– se dio cuenta de que lo único que se publicó fue una nota con la misma redacción en cuatro diarios, en la que “decían cosas que yo no había dicho.

“Como ustedes saben –abundó–, España tuvo una transición muy difícil. Una democracia, para lo que sea, debe tener una prensa libre e independiente del poder”.

Medias negras...

Con Medias negras y Aves de paso el público se fue entregando más al Flaco, quien luego interpretó Llueve sobre mojado y Conductores suicidas, mientras un pequeño grupo de guatemaltecos levantaba una bandera de su país para saludarlo.

Antes de cantar El bulevar de los sueños rotos, dedicada a la cantante Chavela Vargas, hizo la introducción: “Con los años tuve la suerte de conocerla y amarla. Le propuse matrimonio varias veces, pero ella se quería casar con las mismas chicas que me gustaban, y además, dijo, ‘pos pa’ qué si ya en las familias con un borracho basta’. El caso es que este año estamos muy felices celebrando el 93 cumpleaños de la señora Chavela Vargas”.

Después de dos horas de cantar se despidió por primera vez, pero regresó tras la ensordecedora petición: Oootra, oootra.

En este hermoso oficio de locos se goza mucho y se sufre también, y a veces uno le da alguna alegría a su gente, que anda partiéndose la cara para que uno venga, había dicho poco antes.

Y, sin embargo y No debía de quererte fueron las canciones más coreadas. Peces de ciudad, Magdalena, Todavía una canción de amor, 19 días y 500 noches y Princesa siguieron, como un segundo intento de despedida del cantante, pero faltaban Tan joven y tan viejo, Noche de bodas, Y nos dieron las 10.

Al regresar al escenario por segunda ocasión a petición del público, Sabina cantó El pirata cojo y Pastillas para no soñar, con las que dio por concluida en carriles chiapanecos su gira El penúltimo tren.