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Debe sacarse al Ejército de la lucha antinarco, dice en el Senado al recibir la Belisario Domínguez

Inadmisible, crisis económica y violencia en el país, señala Cárdenas ante Calderón

No basta con descabezar bandas o aprehender a delincuentes; se requiere cambiar la estrategia

 
Periódico La Jornada
Viernes 28 de octubre de 2011, p. 13

Durante la sesión solemne del Senado, en la que recibió la medalla de honor Belisario Domínguez, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano advirtió que la situación económica, de inseguridad y violencia que prevalece en el país resulta insoportable e inadmisible, y demandó sacar al Ejército de la lucha contra el crimen organizado.

Frente al presidente Felipe Calderón, quien asistió como testigo de honor a la ceremonia realizada en la vieja sede de Xicoténcatl, y los titulares de los poderes Legislativo y Judicial, Cárdenas advirtió que en la democracia, la seguridad y la justicia son asuntos de la autoridad civil.

Propuso cambios en la estrategia gubernamental antinarco, que ha sido –dijo– insuficiente. Planteó crear un cuerpo especial encargado de hacer frente a la delincuencia, que permita liberar al Ejército de la responsabilidad que le han asignado en materia de seguridad pública”. Las fuerzas armadas no pueden seguir expuestas a riesgos derivados de una función que no les corresponde. Es necesario fortalecerlas como el cuerpo que resguarda y garantiza la integridad de la nación, recalcó.

La batalla contra la criminalidad organizada debe librarla un cuerpo específicamente creado y preparado para ello, al que debiera evaluarse por medio de mecanismos de carácter civil, dijo.

Cárdenas entró y salió del recinto entre aplausos de legisladores de todas las fuerzas políticas y de los invitados a ese acto en que el presidente del Senado, el panista José González Morfín, le entregó la medalla Belisario Domínguez, en su versión 2011.

En su discurso, el perredista advirtió que es preciso reconocer que la sociedad mexicana es actualmente una de las más desiguales del mundo, que la pobreza se ha incrementado desmedidamente, que hoy se tiene el desempleo más elevado de los últimos años y la inseguridad aumenta.

Aludió a los más de 50 mil muertos en condiciones violentas, a que la delincuencia organizada ha establecido presencia en territorios cada vez más extensos, extorsionando a productores, poniendo en riesgo la actividad económica y alterando gravemente la convivencia social. Este –recalcó– no es el México que la mayoría de los mexicanos queremos, y este no es ni puede ser destino fatal de nuestra patria.

El hijo del general Lázaro Cárdenas expuso que es indispensable que haya un viraje en la política económica y de seguridad pública. Habrá que ver –destacó– si en el futuro hay voluntad política para ello. Pero suceda lo que suceda, habrá que insistir en que la situación prevaleciente resulta insoportable e inadmisible, que genera tensiones y eleva los riesgos de mayor descomposición y atraso, que el cambio es realizable y que es indispensable empezar ya a caminar hacia adelante.

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Cuauhtémoc Cárdenas y el presidente Felipe Calderón montaron guardia de honor ante la estatua de Belisario DomínguezFoto José Antonio López

Señaló que la economía mexicana puede crecer a los ritmos necesarios para satisfacer las necesidades de la población, pero no crecerá si se continúa con la observancia rigurosa de los consensos de Washington.

Insistió en que no basta con el descabezamiento de bandas y las múltiples aprehensiones de delincuentes, que de inmediato recrean nuevos liderazgos y reconstituyen sus fuerzas, ni con pensar que la delincuencia es un fenómeno autónomo sin ligas con lo económico, lo financiero, lo político, lo social o lo internacional.

Su discurso fue seguido también por el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Chuayffet, y por el titular de la Suprema Corte, Juan Silva Meza, quienes, junto con Calderón , lo acompañaron en la tribuna del órgano legislativo.

El galardonado pidió a los partidos y potenciales candidatos para 2012 que presenten sus propuestas de cómo llevar a cabo el cambio en las actuales condiciones de rezago económico, deterioro social y violencia. Les demandó que, con franqueza, digan si piensan que es destino ineludible seguir en el tobogán por el que ha estado resbalando el país en los últimos tres decenios.

De entrada, quien fuera candidato presidencial del PRD reivindicó la memoria de los más de 600 luchadores sociales caídos entre 1988 y 1997 en la lucha por rescatar la democracia y el pleno ejercicio de la soberanía. Recibió la medalla en nombre de ellos y advirtió que esos crímenes, casi en su totalidad, permanecen impunes.

El viejo y señorial salón de plenos de Xicoténcatl estaba repleto. Aunque el quórum inicial fue de 67 senadores, después llegaron más legisladores y los escaños vacíos los ocuparon diputados como Francisco Rojas. Al frente se colocaron sillas para los invitados especiales, entre ellos Margarita Zavala, esposa del presidente Felipe Calderón; el secretario de Gobernación, Francisco Blake; la esposa de Cárdenas, Celeste Batel, y sus hijos Lázaro, Cuauhtémoc y Camila.

A la ceremonia asistieron también el jefe de gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard; el gobernador de Michoacán, Leonel Godoy; el dirigente del PRD, Jesús Zambrano, y amigos y familiares del político michoacano.

Al final, junto con Calderón y los presidentes de ambas cámaras y de la Corte, Cárdenas montó una guardia de honor al pie de la estatua de Belisario Domínguez.