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El presidente vasco abrió ronda de contactos con partidos y agentes implicados en el conflicto

Izquierda abertzale llama a Francia y España al diálogo; pide un acuerdo democrático

El cese de la violencia no supone el fin del conflicto; debe reconocerse a Euskal Herria como nación

Corresponsal
Periódico La Jornada
Sábado 22 de octubre de 2011, p. 21

Madrid, 21 de octubre. Un día después del histórico comunicado de la organización armada vasca ETA, en el que anunció el cese definitivo de su lucha armada, una nutrida representación de la izquierda abertzale (nacionalista) compareció hoy para expresar su total voluntad de abrir un proceso de diálogo y para instar a los gobiernos de Francia y España a que se impliquen en las negociaciones.

El presidente del gobierno vasco, el socialista Patxi López, también informó de la apertura de una ronda de contactos con todos los partidos políticos y agentes implicados en el conflicto, incluida la formación Bildu, que en los últimos comicios representó a la izquierda abertzale.

El comunicado de Euskadi Ta Askatasuna (ETA, País Vasco y Libertad, en sus siglas en euskera) provocó pronunciamientos políticos y activó a los negociadores internacionales comprometidos en sentar las bases de un nuevo proceso paz, el definitivo para un conflicto de más de cinco décadas y en el que sólo a ETA se le atribuyen 829 muertes.

Los dirigentes abertzales Rufi Exteberria y Maribi Ugarteburu expusieron la postura de la izquierda abertzale, considerada por el gobierno español como el brazo político de ETA, y que desde 2003 ha sufrido una política sistemática de ilegalización de sus siglas electorales y agrupaciones políticas, así como la detención y procesamiento de sus principales líderes, entre ellos Arnaldo Otegi. El primer mensaje fue para celebrar la decisión histórica de ETA que, a su juicio, supone un antes y un después, que definirá el futuro político de este país.

Los voceros vascos añadieron que ETA ha depositado su histórica decisión en esta mayoría social y en la comunidad internacional que, a través de la conferencia celebrada este pasado lunes, ha creado las bases para encarar un proceso de soluciones en su globalidad, dando respuesta a sus causas y sus consecuencias.

La izquierda abertzale, que representa algo más de 15 por ciento del electorado vasco y que impulsó los cambios en la región con un proceso de consulta y debate, en el que decidió rechazar sin ambages la violencia de ETA, también emplazó a París y Madrid para que respondan, sin dilación y con altura de miras, a la oportunidad histórica que se ha abierto. Para lo que será necesario –a su entender– que se logre un acuerdo democrático entre todos para que el pueblo vasco decida su futuro.

Los representantes abertzales defendieron el acuerdo de Gernika como la hoja de ruta para la paz, al ser un pacto que ha sido suscrito hasta ahora por decenas de plataformas, asociaciones, organizaciones, sindicatos y partidos, que no sólo exigen el cese definitivo de la violencia, sino que también reclaman al Estado español dos cambios significativos: la derogación de la Ley Orgánica de Partidos Políticos y el cese de la política penitenciaria de dispersión.

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En conferencia de prensa, el líder abertzale, Rufi Etxeberria, llamó ayer a los gobiernos de España y Francia a dialogar, luego del anuncio de ETA de que abandona las armasFoto Reuters

Los líderes abertzale precisaron que el cese de la violencia por parte de ETA no supone el cierre del conflicto político, que al tener muchas aristas y complejidad requiere de soluciones políticas, entre ellas y de manera destacada el reconocimiento y el derecho a decidir de Euskal Herria (con las siete provincias).

Se han acabado las excusas: el cierre del ciclo armado debe dar paso a la apertura de un diálogo resolutivo en clave democrática, para el que todas las culturas políticas de este país somos necesarias, y así desatar los nudos históricos del conflicto: el reconocimiento de Euskal Herria como nación y su derecho a decidir, finalizaron.

El presidente vasco, que se encontraba ayer en Nueva York, volvió de urgencia a Euskadi y anunció la convocatoria inmediata de todos los partidos políticos con representación institucional –incluida Bildu–, los sindicatos, las agrupaciones empresariales y diversas organizaciones civiles para abordar el nuevo tiempo. Algo parecido a lo que llevó a cabo el anterior lehendakari Juan José Ibarretxe durante el fallido proceso de paz de 2006.

El objetivo –dijo López– es cerrar las heridas producidas por el terrorismo y abandonar los comportamientos totalitarios. Pero debemos tener prudencia. Cuarenta años de terrorismo no se pueden acabar en unas horas de urgencias. Tenemos que hablar tranquilamente para adoptar las decisiones que nos lleven a acabar con el terrorismo.

El secretario general de la Organización de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, manifestó su confianza en que ETA esté comprometidacon el anuncio formulado ayer, mientras su antecesor, Kofi Annan, quien apoyó la Conferencia Internacional de Paz del pasado lunes, en la que se pidió a ETA que diera este paso, y a Francia y España que abriera el diálogo de paz, señaló que le satisface que ese esfuerzo internacional contribuyera a dar por acabado un conflicto largo y sangriento. Es una victoria del diálogo y de la paz.

Por su parte, Aministía Internacional cosnideró que la postura de ETA es una oporunidad para que el gobierno español garantice la rendición de cuentas por las violaciones de los derechos humanos cometidas por miembros de las fuerzas de seguridad.

La asociación de presos de ETA –que suman más de 800– reclamó un paso más en la resolución del conflicto, al insistir en que es imprescindible un cambio en la política penitenciaria, que castiga con la dispersión y la lejanía de sus hogares a los miembros de la organización separatista.

El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, señaló que toma nota de la decisión de ETA y reiteró el compromiso de su gobierno en la lucha antiterrorista, en homenaje a las numerosas víctimas de décadas de violencia. Francia seguirá prestando un apoyo incesante a España en sus esfuerzos para garantizar una paz definitiva en el País Vasco.