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Nunca he dicho, ni diré, que el estímulo fiscal 226 es un error, dijo el titular de Canacine

Menos películas, mayor calidad y más autocrítica, pide Alejandro Ramírez

El presidente del festival de Morelia señaló que hay cintas que no conectan con el público

Todos nos equivocamos, yo tampoco le atino a todos mis complejos, refirió el dueño de Cinépolis

Enviado
Periódico La Jornada
Viernes 21 de octubre de 2011, p. a10

Morelia, Mich., 20 de octubre. Al presidente del Festival Internacional de Cine de Morelia, Alejandro Ramírez Magaña, se le preguntó, durante su ponencia dentro del desarrollo de las actividades del Morelia Lab 2011, sobre su afirmación de que las películas mexicanas no tienen calidad: Yo siempre matizo, soy muy cuidadoso en lo que digo, para no hacer generalizaciones. Yo no dije que ninguna película mexicana tiene calidad, sino que a sólo un porcentaje de las que están enlatadas, a las que no se han estrenado, nadie les ha visto potencial, no han encontrado distribuidor; eso es un hecho. Puede ser por varias razones, pero muchos distribuidores arriesgan con cintas que no conectan con el público, mientras otras, que pudieron ser buenas, tuvieron tan mala campaña de lanzamiento que nadie se animó a verlas.

El también titular de la Cámara Nacional de la Industria del Cine (Canacine), agregó: “Es una realidad que no todo lo que se hace es cine de calidad o que no conecta con el público, porque los números nos lo dicen. Hay cinco títulos mexicanos que en 2010 estuvieron entre las mejores 20 de las más de 3 mil estrenadas. Hay, incluso, a las que les fue bien internacionalmente, como Abel y Año bisiesto, y hay otras que ni sabemos que existen, porque ni nos dimos cuenta de que salieron”.

Al también director general de Cinépolis se le insistió en que sí había generalizado sobre la dudosa calidad del cine mexicano: “Es que sí se están haciendo películas mexicanas con el estímulo fiscal (Eficine 226), pero que no tienen ningún filtro de calidad; o sea, yo, Alejandro Ramírez, no sé nada de producción ni de dirección de cine, pero ahorita, con el estímulo 226, junto con mi primo, que se está graduando de la escuela de comunicación, vamos a aventarnos a grabar una película. Seguramente será un churro; como este ejemplo hay muchos. Lo que sí es una realidad es que algunas películas del cine nacional no están conectando con el público; para mí sí hay muchas películas que no tienen la calidad suficiente, pero también hay muchas muy buenas, de las cuales algunas funcionan”.

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En la imagen, Alejandro Ramírez durante su conferencia en Morelia Lab 2011Foto Iván Sánchez

Siempre los mismos culpables

Alejandro Ramírez extendió: “También hay muy poca autocrítica en el sector productor... no hay quien diga: ‘mi película falló por no haber trabajado mejor el guión’ o ‘me equivoqué de reparto’. El culpable siempre es el exhibidor, y en segundo lugar, el distribuidor. Todos nos equivocamos, pero no lo reconocen. Yo he invertido en muchas películas fallidas; como también no le atino a todos mis cines, porque me equivoqué en la ubicación. Creo que falta mucha autocrítica.

“El día que estuvimos en la Cámara de Diputados, una productora me dijo: ‘Mi película no funcionó porque me mandaste cinco copias a Texcoco’, cuando sólo tengo un cine en Texcoco; ni sumando al Lumiere, que tiene dos, se juntan cinco copias; imposible programarla en cinco salas. Cuando le expliqué, me dijo: ‘Es que mandaste otra a Azcapotzalco’, pero Azcapotzalco no es Texcoco, son mercados completamente diferentes. Te echan la culpa hasta con datos equivocados.”

Ramírez Magaña agregó: Yo nunca he dicho, ni diré, que el 226 es un error, que debe desaparecer; al contarrio: gracias al 226 se ha reactivado la industria cinematográfica en México, y gracias a él podemos tener este debate. Lo que sí es que necesitamos filtros de calidad. Creo firmemente que se deberían hacer menos películas con mayor inversión. Que el 226 siga canalizando los recursos y que se suba el tope de 20 a 30 millones por película, para que se hagan producciones de mayor calidad, pero que se le meta algún tipo de filtro, como el Consejo Colegiado del Fidecine, que decide quién recibe los recursos. Ahí hay guionistas, productores, distribuidores y exhibidores... entre todos; aunque no es una garantía, nos vamos a equivocar menos. Pero apuesto a que el promedio de bateo del Fidecine es más alto que el del Eficine.