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Presentan libro que recopila textos del festival de poetas que lleva el nombre del humanista

Las lenguas indígenas transformaron a Montemayor, dice su viuda

Carlos definía a la poesía como una invocación al mundo, asevera Susana de la Garza

Dedicó más de dos décadas a reivindicar el pensamiento autónomo indio, asegura

 
Periódico La Jornada
Viernes 23 de septiembre de 2011, p. 3

La presentación del libro Las lenguas de América: recital de poesía II, que compila textos del festival de poetas de todas las lenguas del continente, comenzó y terminó en un homenaje a su impulsor principal, el historiador, lingüista, promotor cultural, tenor, novelista y poeta Carlos Montemayor (1947-2010).

Susana de la Garza, su viuda, dijo: Carlos se describía fundamentalmente como poeta, definía a la poesía como una especie de conjuro, una invocación al mundo. Expresaba que detrás de cada lengua hay un concepto del mundo que es importante conservar y reivindicar.

Además de ella, en la presentación, realizada en el Salón de Actos de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), también participaron la poeta en zapoteco y español Natalia Toledo, la poeta y traductora Silvia Pratt y Juan Mario Pérez Martínez, coordinador de proyectos especiales del Programa Universitario México Nación Multicultural.

Este programa es dirigido por el antropólogo José del Val, otra figura clave en la promoción de las lenguas y culturas originarias del país, y desde el cual se organiza dicho festival, el que a partir de 2010 lleva el nombre de Carlos Montemayor.

Contacto en Oaxaca

Montemayor, agregó De la Garza, tuvo primero contacto con lenguas como el inglés, el francés, el griego y el latín, y después, con el portugués, el alemán, el italiano, el árabe y el hebreo.

Su primer contacto con las lenguas originarias sucedió en un tercer momento de su vida, en los años 80, al ser invitado por el antropólogo Leonel Durán a participar en un encuentro en Oaxaca con escritores en lenguas indígenas. Y a partir de ahí, Montemayor amplió para siempre sus visiones del mundo.

“La primera sesión de trabajo fue ríspida –cuenta De la Garza sobre el encuentro en Oaxaca–, se enfrentó a un grupo de escritores renuentes, ya que con justa razón argumentaban que llegaban muchos a estudiar sobre ellos, les prometían ayuda y finalmente sus escritos se quedaban archivados en las oficinas en México.

Carlos les aclaró que no trabajaba para el gobierno, que quería comprender el valor de la poesía y los relatos en las comunidades indígenas. Se propuso conocer sus ideas y opiniones sobre los cantos, o los cuentos de las personas que los conocen o los hacen; tenía interés en saber cómo los aprendieron y qué utilidad tenían para ellos, y les planteó un intercambio: ellos lo conducirían e introducirían a través de sus trabajos a ese mundo, en esos momentos desconocido para Carlos, y por su parte, él los apoyaría en los trabajos que estuvieran escribiendo.

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Carlos Montemayor, en imagen de 2008Foto Yazmín Ortega Cortés
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Susana de la Garza, ayer, en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, sostiene el libro, uno de los últimos trabajos del maestro Carlos MontemayorFoto María Meléndrez Parada

Finalmente, continuó De la Garza, se encontraban en condiciones similares. Ellos trabajaban de un idioma a otro y Carlos traducía también de un idioma a otro.

Desde ese primer encuentro, destacó, Montemayor “quedó maravillado, completamente deslumbrado por los sonidos, la armonía, la dulzura, la construcción gramatical de su poesía. Su oído musical le permitiría rescatar las voces del mundo indígena.

Su inquietud por descubrir nuevas lenguas lo llevó a penetrar en las comunidades de distintas regiones del país para estudiar y comprender sus rezos, sus tradiciones, su cultura. Dedicó más de dos décadas a reivindicar el pensamiento autonómico indio, a divulgar su creación literaria, su expresión artística, su expresión política.

Por eso, recordó De la Garza, Montemayor aseguraba con argumentos que el náhuatl es un sistema lingüístico tan completo como el alemán; el maya como el francés; el zapoteco como el italiano, y el purépecha como el griego, o el español y el inglés lo son como el otomí o el mazateco.

Montemayor, recordó, coordinó el Festival de Poesía Las Lenguas de América en 2004, 2006 y 2008, y dejó muy avanzado, agregó Pérez Martínez, el de 2010. El próximo, en 2012, ya será sin su colaboración fundamental, pero saldremos adelante, aseguró el funcionario.

El Festival de Poesía Las Lenguas de América Carlos Montemayor, debido a su enorme éxito de público, ha tenido que cambiarse de la sala Miguel Covarrubias a la Nezahualcóyotl, y se han tenido que instalar monitores en salas alternas, además de que se transmite por televisión, radio e Internet.