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No hay responsabilidad; el gobierno no tenía conocimiento de algún problema: Mancera

Cadena de omisiones causó la muerte de un niño que cayó por una coladera abierta

Las tapas de los registros son robadas para venderlas; reponerlas tarda más de una semana

 
Periódico La Jornada
Viernes 23 de septiembre de 2011, p. 39

Alguien roba la tapa de una coladera de una vialidad para venderla como fierro viejo por unos cuantos pesos. El ciudadano que cruza constantemente por la avenida ve el agujero de alrededor de 60 centímetros de diámetro y sigue de frente, sin reportarlo. La tarde del 19 de septiembre pasado un tragafuegos llega a una esquina acompañado de su hijo y, tras pararse varias horas frente a los autos, lo único que encuentra es un pequeño zapato junto a esa coladera abierta.

Un delito y una cadena de omisiones que derivaron en la muerte de Jaime Antonio, niño de 5 años de edad, que cayó por ese agujero mientras su papá escupía fuego en la esquina de Avenida 506 y Calle 503, en la primera sección de San Juan de Aragón, delegación Gustavo A. Madero.

Por esta muerte, aseguran las autoridades capitalinas, habrá una indemnización, pero no se puede determinar una responsabilidad directa. No sabemos en qué momento ya no estaba esa tapadera. No hay responsabilidad, ya que (las autoridades) no tenían conocimiento de que hubiera algún problema, aseguró esta semana Miguel Ángel Mancera, procurador capitalino.

Sin embargo, esa omisión propició que el menor cayera seis metros de profundidad, hasta un colector de agua residual que arrastra el líquido hasta un pozo (cárcamo) de la planta de tratamiento de San Juan de Aragón. Por la noche, Jaime Antonio fue encontrado, ahogado, por dos buzos del ERUM.

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Al gobierno capitalino le cuesta casi 5 mil pesos cambiar una tapa de coladera. Imagen de archivo captada en Ermita IztapalapaFoto Roberto García Ortiz

En el Distrito Federal hay 350 mil accesorios hidráulicos, detectar y reponer uno de ellos que fue robado o está dañado toma, en promedio, una semana y media, explicó el director de Drenaje, Tratamiento y Reuso del Sistema de Aguas de la Ciudad de México (SACM), Miguel Carmona Suárez, encargado de este tema.

El funcionario expone que las coladeras, que pesan cerca de 80 kilos, se venden en pedazos como fierro viejo ya que, además, les tienes que quitar las marcas y logotipos del Gobierno del DF y del SACM.

Hemos sabido que a veces llegan en camionetas por la madrugada para robarse las tapas de las coladeras. En ocasiones nos reportan dos o tres que fueron robadas en una sola calle, detalla.

Carmona Suárez reconoce que, además del daño que ocasiona el tránsito vehicular a las tapas de las coladeras, hay gente que por necesidad o vandalismo se las lleva para venderlas por poco dinero, mientras a la ciudad una alcantarilla como la que no estaba en el camellón donde cayó Jaime Antonio le cuesta 4 mil 820 pesos ya instalada.

El funcionario del SACM remarca la importancia de que los ciudadanos reporten cualquier coladera abierta, ya sea al número de Locatel o al teléfono de atención del SACM, 56543210, para atender la situación y evitar hechos tan lamentables como el sucedido.