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Debate sobre el libro electrónico

Primera jornada del simposio internacional en el Museo Nacional de Antropología

El futuro del e-book, a merced de contenidos y ventas: expertos

La revolución editorial beneficiará al lector, coinciden

El formato en papel seguirá en tanto el mercado lo pida

México debe mirar a los nuevos soportes para impulsar la educación y la cultura

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Bos Stein, del Instituto del Futuro del Libro, llamó a explorar las nuevas posibilidades en la forma de leerFoto María Luisa Severiano
 
Periódico La Jornada
Martes 20 de septiembre de 2011, p. 4

La discusión acerca del futuro del libro electrónico debe ir más allá de la posible desaparición del de formato en papel, para que los editores se concentren en la posibilidad de mercado y crecimiento, tanto de contenido como de ventas, que implica esta nueva revolución, y en la que al final el beneficiado será el lector, señalaron expertos durante la primera jornada del Simposio Internacional del Libro Electrónico, que ayer comenzó en el Museo Nacional de Antropología y termina mañana.

Más allá de las cifras de crecimiento en las ventas, tanto de e-books como de los dispositivos que se emplean para su descarga y lectura (iPad, Kindle, eReader, por mencionar los más populares), los asistentes al encuentro escucharon argumentos acerca de la necesidad de redefinir conceptos de libro, lector, autor editorial, y de cuáles son los nuevos retos que enfrenta el sector: desde el derecho de autor hasta lo que representan las nuevas formas de lectura, la llamada lectura social, en la que un mismo libro es leído, comentado y analizado en línea, en tiempo real, por más de un lector, y en un panorama donde se vislumbra como una realidad la autoedición: autores que editan y venden sus libros de manera digital y los colocan al alcance de todo mundo con precio bajo.

Faltan cifras exactas

Los temas que se abordaron este lunes fueron El futuro de los editores, El libro en la sociedad del conocimiento, La edición electrónica en México y Viejas y nuevas formas de lectura.

Durante la inauguración, el titular de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem), Victórico Albores, manifestó que el libro electrónico ha penetrado en todo el mundo, pero a ritmos diferentes y ello significa para el sector cambiar las tradicionales prácticas de difusión y comercialización, con el fin de encontrar nuevos modelos de negocio que aseguren nuestra permanencia en el mercado, pero también en materia de derechos de autor y nuevos estándares antipiratería.

Albores reconoció que no existen cifras exactas acerca de la producción y venta de libros digitales, como sí ocurre en otros países, como Estados Unidos, donde de acuerdo con datos recientes, la venta de títulos en este formato corresponde a 10 por ciento del mercado.

Fernando Zapata, del Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (Cerlalc), refirió que en la región iberoamericana 93 por ciento de los libros circulan en formato de papel y 7 por ciento corresponde al libro digital o audiolibros, aunque advirtió que es necesario adecuarse al contexto que se vive en la zona en materia tecnológica y cultural.

La presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Consuelo Sáizar, quien es además presidenta del Cerlalc, se refirió a esta nueva frontera entre edición y lectura. Reiteró su discurso en el sentido de que el formato digital no acabará con el de papel, pero sí es una amenaza para las bibliotecas personales; y se refirió de nuevo al proyecto para adquirir las bibliotecas de grandes intelectuales mexicanos.

La conferencia magistral de este lunes estuvo a cargo de la editora británica Kate Wilson, del sello Nosy Crow, dedicado a la publicación de libros infantiles animados. Wilson tituló su ponencia El futuro de los editores, y la pregunta central fue: ¿para qué sirven los editores en este siglo, en medio de los avances tecnológicos? La respuesta: como curadores, como los profesionales que eligen las obras para una exposición, el editor sirve para conectar a los autores con los autores a través de las nuevas formas de comunicación: las redes sociales, y también sirve para crear, para no quedarse en los límites de las páginas, sino hallar formas alternas que permitan crear lectores.

La cifra de referencia: entre 2009 y 2011 aumentó la venta de e-books y bajó la de los editados en papel en Gran Bretaña; pasó de 1.9 a 3.3 por ciento. En ese mismo periodo la venta de libros digitales en Estados Unidos pasó de 3.9 a 12.70 por ciento.

Para la editora, Gran Bretaña necesita encontrar cómo aumentar las ventas en ese formato, y para ello pueden emplearse, como en su caso, el desarrollo de aplicaciones para dispositivos como el iPad, o las redes sociales, Facebook y Twitter.

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Kate Wilson, editora británica del sello Nosy Crow, dedicado a la publicación de libros animados para niños, durante su conferencia magistral en el Museo Nacional de Antropología. Al fondo, en una pantalla, se proyecta la página de un e-bookFoto María Luisa Severiano

Por entender el cambio

En la mesa 1, el tema fue El libro en la sociedad del conocimiento. Arantxa Mellado, de Ediciona, se refirió, vía Skype, a lo que es la nueva lectura, la de carácter social, donde las aplicaciones permiten a los usuarios compartir lo que leen en tiempo real, aunque conlleva inconvenientes: el posible atentado contra la privacidad, por ejemplo: Amazon y otras empresas acceden a nuestros datos de lectura y saben nuestros hábitos lectores; otros son que la multitarea hace que disminuya la capacidad lectora, problemas de copyright, ya que las aplicaciones para leer libros digitales permiten, entre otros, realizar anotaciones y, entonces, ¿a quién corresponde los derechos sobre ellas: al autor del libro, al editor o a quien las escribió al margen?

El editor brasileño Carlos Eduardo Ernanny, de Gato Sabido (Gato Sabio), habló de su experiencia como uno de los primeros en abrir el mercado editorial del libro digital en su país, el cual crece de manera rápida, ya que en sólo dos años sus afiliados suman 150 editores, mientras que a través del sistema Xeriph se creó el primer proyecto educativo digital en la Universidad de Sa.

Otra ventaja para el mercado brasileño del e-book es la exención de impuestos para la producción de tablets, agregó Ernanny, y se refirió a la compra de libros en ese formato para escuelas y bibliotecas, mientras la Biblioteca Nacional está interesada en tener su propio acervo digital.

La evolución no va a ser traumática, una bomba nuclear, va a continuar siendo el mismo libro, lo que cambia es el formato. El mensaje que transmite no va a cambiar. Esto se transforma y lo tenemos que comprender. Los jóvenes quieren leer en formato digital, mientras los adultos quieren en papel. Hay que prepararnos para el cambio, subrayó.

Bos Stein, del Instituto para el Futuro del Libro, destacó que el tema no es si cambia el formato del libro, sino cuáles son las posibilidades ante la nueva forma de leer.

En la mesa 2, La edición electrónica en México, participaron Hugo Setzer, Alejandro Zenker y Fernando Escalante, quien destacó que el libro electrónico no significa el fin de la industria editorial como la conocemos ni es la solución a todos los problemas del sector, si acaso, quienes saldrán raspados serán los sellos que basen su catálogo en los best-sellers. Lo más importante será el contenido, el conocimiento de autores y libros, y menos la capacidad publicitaria, como sucede hasta ahora.

Para Setzer, de la Caniem, el entorno digital representa grandes oportunidades de negocio. Debemos cambiar la perspectiva de verlo como amenaza. Quienes tendrán éxito no necesariamente serán esas empresas con más recursos, sino quienes entiendan y usen mejor la tecnología. El libro en papel permanecerá en tanto el mercado lo pida, si nos pide adoptar otros formatos, tendremos que hacerlo.

Zenker, de Ediciones El Ermitaño, se refirió a la necesidad de una verdadera profesionalización del sector, el nuevo panorama para los editores independientes es que podrán competir con imaginación y creatividad, y, además, cambiará las bibliotecas y las librerías.

Advirtió que México necesita entrar en el proceso digital, porque no asumir la nueva tecnología sería un suicidio. Llorarle al libro con soporte papel es una cosa vana, seguirá existiendo y después quedará como objeto de culto, de arte. Hay que abrirnos a las posibilidades. Los diversos actores tenemos que trabajar para migrar contenido a los nuevos soportes. Impulsar la revolución educativa y cultural, o México podría quedarse no sólo en el atraso del mundo desarrollado, sino en la periferia.

La última mesa de la tarde fue Viejas y nuevas formas de lectura, con Federico Álvarez, Emilia Ferreiro y Javier Fierro. En el foro participan expertos de México, Gran Bretaña, Estados Unidos, España, Argentina, Brasil, Nueva Zelanda, Colombia, Venezuela. Puede verse vía Internet en la página www.conaculta.gob.mx/libroelectronico.