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Demanda amnistía para los presos políticos indígenas, ya que son víctimas de la represión

Caravana por la paz pide enjuiciar a Ulises Ruiz; su gestión, exaltación de la criminalidad

Impiden a integrantes del movimiento visitar en la penitenciaría a originarios de los Loxichas

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En Monte Albán, el poeta Javier Sicilia recibió de indígenas oaxaqueños el bastón de mandoFoto Jorge Pérez Alfonso
Enviado y corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 13 de septiembre de 2011, p. 11

Oaxaca, Oax., 12 de septiembre. Entre una ceremonia de purificación indígena en Monte Albán para entregarle el bastón de mando y el cuestionamiento de los besos y abrazos como táctica política frente al poder, Javier Sicilia, cabeza del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, vivió un día complejo en Oaxaca.

En esta jornada pidió juicio político al ex gobernador Ulises Ruiz, porque su gestión fue una exaltación de la criminalidad, y demandó amnistía para los presos políticos indígenas, víctimas más bien de una represión.

Conocedores de la injusticia, que desde hace siglos han padecido, los pueblos indígenas de Oaxaca recibieron en Monte Albán a la Caravana por la Paz. Su movimiento, sus dolores son los nuestros, por eso queremos transmitirles la tenacidad indígena para que la paz sea el fruto de su andar. Era la voz de Carmen Santiago, indígena zapoteca, del Centro de Derechos Indígenas Flor y Canto, durante el ritual celebrado por la mañana.

La tarde le depararía otro trato al poeta. Una joven, quien dijo ser víctima de la represión en Oaxaca y de la impunidad en su reclamo de justicia, le cuestionó: ¿por qué pasar de la mentada de madre al Presidente a los besos, abrazos y escapularios? ¿Es una táctica para posicionar al movimiento?

Sicilia apeló a las reivindicaciones filosóficas e históricas para explicar su desempeño frente al poder: no le menté la madre, bueno, creo que sí, estaba muy enojado porque habían matado a mi hijo, y cuando se tiene ese dolor, lo más primitivo es insultar al otro, encabronarse. Asume que eso sacó lo peor de sí, pero al paso del tiempo surge la otra faceta, la del beso como expresión de comunión, de búsqueda de la paz, porque no odiamos a los políticos como personas, odiamos sus acciones; no soy tu enemigo, pero te combatiré en tu conciencia.

Es la visión del poeta que encabeza el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, quien reivindica: hemos tenido discursos muy duros contra el Legislativo, y seguramente los habrá con la Conago (Conferencia Nacional de Gobernadores), con el Poder Judicial, con Felipe Calderón en el segundo encuentro, pero eso no implica que los odiemos.

El día se complicó con la pretensión de la caravana de visitar a los presos indígenas de los Loxichas, petición rechazada por la autoridad del penal, la cual argumentó la imposibilidad de gestionar el trámite, y una carta del magisterio en la que se sugería la inconveniencia del encuentro por los riesgos de la manipulación. La medida molestó a quienes encabezan el movimiento por la paz, inconforme con la postura de quienes les ofrecieron el alojamiento.

En contraste, el poeta consideró incongruente que haya quienes estén en la cárcel por robarse un pedazo de pan, o ser Ulises Ruiz o Mario Marín, o parte de la delincuencia organizada, y permanecer impune, para concluir que el movimiento trata también de visibilizar a las víctimas de la represión y la necesidad de una amnistía a los presos políticos.

A pregunta expresa sobre la escasa cobertura de los medios de comunicación a la caravana, Sicilia dijo a los reporteros que ese cuestionamiento lo deberían contestar ellos mismos.

Ésa es una respuesta de ustedes, no de nosotros; o no les importamos o tienen orden de bajarnos del espectáculo porque las elecciones son más importantes y porque el pinche Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad está poniéndolos nerviosos. Mejor respondan ustedes; es más, a mí y al pueblo nos gustaría escuchar esa respuesta. Este es su micrófono, apuntó.

A juzgar por el comienzo, la jornada no auguraba dificultades. En el ceremonial efectuado en Monte Albán acuden caravaneros llegados desde Nuevo León porque les han asesinado un hijo, los representantes de los desaparecidos en Tijuana, los triquis desplazados de San Juan Copala, los loxichas que reclamaban la libertad de sus presos políticos, los indígenas agraviados por siglos.

Extraña confluencia de dolores ancestrales y tragedias coyunturales, en una ceremonia donde los pueblos indígenas confieren el bastón de mando al poeta Javier Sicilia en reconocimiento de su lucha por la paz. Yo soy tú, y tú eres yo, le dicen, mientras lo purifican con el sahumerio y la chirimía.

Durante el día, los miembros de la caravana discutieron en mesas de trabajo con organizaciones sociales la problemática de la violencia, de agresiones a mujeres, periodistas, luchadores sociales y pueblos indígenas. Por la noche, en un acto político-cultural, se presentaron las conclusiones: Las prácticas de violencia y su impunidad cometidas por el gobierno se han convertido en modelo para delincuentes comunes en la medida que pueden incurrir en los peores crímenes sin temor al castigo, afirmó el crítico de arte Fernando Gálvez de Aguinaga, miembro del Espacio Ciudadano por la Verdad y Justicia en Oaxaca.

El ex director del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca sostuvo que en la entidad no hay lugar a equivocarse, porque la violencia ha venido principalmente del gobierno, tras muchos años de represiones diversas, como la sucedida el 25 de noviembre del 2006.

Gálvez dijo que el pueblo de Oaxaca quiere un cambio de proceso, y que los gobernantes entiendan que en la sociedad civil, en las comunidades y en los barrios, está la clave para salir de la situación actual.