Economía
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Carstens: es urgente concretar reformas ante un entorno externo profundamente incierto

La economía mexicana, barco sólido para navegar en aguas turbulentas

No va a llegar impulso del exterior; el mayor crecimiento se logrará dinamizando la economía interna, dijo el gobernador del BdeM

La prudencia macroeconómica ha pagado bien

 
Periódico La Jornada
Jueves 8 de septiembre de 2011, p. 28

La economía mexicana es un barco fuerte y sólido para navegar de manera solvente en aguas extremadamente turbulentas, aseguró Agustín Carstens, gobernador del Banco de México (BdeM). Instó a avanzar en acciones para reforzar la competitividad del aparato productivo nacional, ante lo que describió como un entorno externo que se ha vuelto profundamente incierto.

Ahora es más urgente realizar reformas para reforzar la productividad de la economía mexicana, sostuvo el gobernador del banco central, en un foro organizado por el Colegio Nacional de Economistas (CNE).

Dadas las pobres expectativas de crecimiento externo, México no va a recibir el impulso del exterior; sólo a través de dinamizar la economía interna se logrará mayor crecimiento y empleo, y esto sólo se alcanzará si se aceleran, en este mismo sexenio, las reformas estructurales, declaró Carstens.

En un foro convocado por el CNE para discutir un nuevo proyecto nacional de desarrollo, Carstens defendió la política económica del actual gobierno (hasta diciembre de 2009 fue secretario de Hacienda) y la actuación del banco central, sobre todo en lo relacionado con las decisiones adoptadas a raíz de la crisis de 2008-2009.

Claramente hay aquí dos visiones, dijo Jesús Alberto Cano, presidente del CNE, después de la intervención de Carstens.

El gobernador del banco central sostuvo que a diferencia de países desarrollados de Europa y Estados Unidos, golpeados ahora por una abultada deuda y déficit fiscales, una constante de la política económica de México ha sido generar certidumbre.

Mantener la prudencia macroeconómica en México ha pagado y ha pagado bien, subrayó Carstens. Resistir la tentación del activismo monetario en 2009 y 2010 ha dado buenos resultados, como muestra la rápida recuperación de la crisis, añadió, en referencia a que el banco central mexicano no se sumó a la ola de estímulos monetarios que tuvo lugar en otras naciones.

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El gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, ayer al salir del foro convocado por el Colegio Nacional de EconomistasFoto Cristina Rodríguez

México no muestra las debilidades estructurales de índole fiscal y financiera que padecen muchas economías avanzadas, añadió. Tenemos un barco fuerte y sólido para navegar de manera solvente en aguas extremadamente turbulentas, sostuvo.

Enumeró lo que, a su juicio, constituyen fortalezas de la economía mexicana: una disciplina fiscal, por la cual el país no se sumó al furor por los estímulos fiscales que se volvió vorágine en otras latitudes y a la postre en espada de Damocles; una deuda pública equivalente a 31 por ciento del producto interno bruto, que permite al gobierno condiciones de acceso favorable al financiamiento internacional y nacional; coberturas para asegurar los ingresos petroleros, y una política monetaria congruente con el objetivo de reducir la incertidumbre.

Lo que se ha hecho en México ha sido mantener una política monetaria responsable, resistir en las etapas más agudas de la crisis el canto de las sirenas (de los estímulos monetarios y fiscales) y reducir sistemáticamente los factores de incertidumbre en el país, añadió.

Estos tres puntos, dijo, han demostrado ser la mejor forma para no limitar el crecimiento (la economía mexicana es de las que menos crecen en Latinoamérica, según diversas mediciones) y nos distinguen en estos tiempos de incertidumbre de la mayor parte de economías del planeta.

Carstens concedió que no se debe incurrir en la autocomplacencia. Hay muchas cosas por resolver por adelante, con asignaturas pendientes, y no sería sano minimizar los riesgos del entorno global, apuntó.

La congruencia macroeconómica debe seguir siendo la base para el futuro; habrá que dotar más flexibilidad a la banca de desarrollo y reiterar la lección de que la capacidad de intervención y activismo gubernamental tiene estrechos límites que no deben sobrepasarse. Se pone mucho en riesgo y no es fácil ni rápido remediar los daños que tal activismo causa, postuló.