Economía
Ver día anteriorMiércoles 7 de septiembre de 2011Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Enfrentamientos con la policía, paralización de los transportes y cierre de monumentos

Manifestaciones y paro general de ocho horas en Italia contra plan de austeridad
Foto
Manifestación frente a la catedral gótica en Milán, ayer durante el paro general en ItaliaFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Miércoles 7 de septiembre de 2011, p. 27

Roma, 6 de septiembre. Miles de manifestantes salieron a las calles en Italia, al tiempo que se realizó un paro general de ocho horas contra las políticas de austeridad que provocó paralizaciones de los transportes, enfrentamientos con la policía y el cierre de monumentos turísticos, como el Coliseo de Roma.

Pese a la protesta del martes, convocada por el principal sindicato de Italia, la Confederación General Italiana del Trabajo (CGIL), el gobierno del primer ministro, Silvio Berlusconi, anunció nuevas medidas de austeridad que se suman a un paquete de recortes implementado por el gobierno en agosto, con el que pretende ahorrar 45 mil 500 millones de euros (casi 64 mil millones de dólares), tras un primer plan de ahorro de 48 mil millones de euros en julio.

Estas medidas incluyen el aumento de un punto porcentual al impuesto al valor agregado (IVA), a 21 por ciento, y la introducción de un nuevo gravamen a los más ricos, que será sin embargo inferior (3 por ciento sobre los ingresos que superen 500 mil euros) a otro abandonado la semana pasada.

El plan prevé además subir a partir de 2014, y no de 2016 como estaba previsto inicialmente, la edad mínima para la jubilación de las trabajadoras del sector privado, que pasará de 60 a 65 años, igualándola a la de los hombres.

El Senado empezó a debatir este martes el nuevo plan de recortes y aumentos impositivos, con el que Roma espera un equilibrio presupuestario en 2013 en lugar de 2014 y reducir su enorme deuda, equivalente a 120 por ciento del producto interno bruto (PIB).

El gobierno convocó un consejo de ministros para este mismo martes para autorizar un voto de confianza en el Parlamento, que le permita acelerar la adopción del nuevo plan, prevista para mediados de septiembre. También comunicó su intención de adoptar el principio del equilibrio presupuestario o regla de oro para hacer frente a la crisis de confianza de los mercados.

Tanto Italia como España (donde también hubo manifestaciones) –tercera y cuarta economía de la zona euro, las cuales han tenido escaso crecimiento– han estado en los últimos meses en el punto de mira de los inversionistas por los temores sobre su solvencia y sobre la eventual necesidad de un rescate financiero, por lo que han aplicado planes de ajuste, solicitados también desde Europa, que han conducido a la protesta social.

En toda Italia decenas de miles de trabajadores en huelga, estudiantes y jubilados se unieron a las marchas en ciudades desde Palermo a Turín, expresando su oposición a la propuesta del plan de austeridad de 45 mil 500 millones de euros y el descontento hacia el gobierno de Berlusconi.

En algunas ciudades los manifestantes se enfrentaron con la policía, quemaron banderas y lanzaron huevos y bombas de humo a bancos, en lo que dijeron podría ser muestra de una creciente alteración del orden público una vez que los recortes presupuestarios comiencen a afectar a las familias.

Éste es el primer paso de un otoño crucial, es la oportunidad que nuestra generación tiene de luchar, dijo Enrico Sitta, de 33 años, participante en una marcha en Roma. Las protestas en Italia no han alcanzado la magnitud de las manifestaciones masivas realizadas en España por el grupo conocido como los indignados, o las populares concentraciones en la plaza Syntagma, en Atenas, que han desatado violentos enfrentamientos. Sin embargo, algunos en Roma esperan que la ira popular se intensifique si la presión sobre las atribuladas familias continúa.

El paro de ocho horas, convocado por la CGIL, obligó a anular unos 200 vuelos en los aeropuertos de Roma y Milán y 36 en el de Nápoles, mientras 50 por ciento de los trenes no dieron servicio. Según CGIL, el nivel de adhesión al paro en el sector de los transportes fue de 70 por ciento. La huelga afecta también a los hospitales y a correos.

Varios lugares turísticos, como el Coliseo, los foros romanos y la Galería Borghese, permanecieron cerrados. Militantes del CGIL lograron desplegar una banderola en el Coliseo: Protegen a los ricos, liquidan a Italia. Parémoslos. Es un plan que este país no merece. Estamos al borde del abismo, necesitamos un gobierno responsable, declaró la secretaria general del CGIL, Susanna Camusso.

El ajuste no es creíble porque es injusto. Si hacemos pagar a los que no tienen dinero y no a los que lo tienen, no somos creíbles en Europa, declaró Pierluigi Bersani, secretario del Partido Demócrata (PD, principal fuerza de la oposición).