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La Sinfónica de Minería: todo Gustav Mahler
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Portada de los programas de mano de la temporada Mahler de la Sinfónica de Minería
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Daniel Barenboim
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Cuerdas de la Orquesta Staatskapelle de Berlín
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Periódico La Jornada
Sábado 3 de septiembre de 2011, p. a16

La Orquesta Sinfónica de Minería culminó una gesta cultural sin precedente: puso en vida la obra completa de Gustav Mahler (1860-1911), el compositor del momento en el planeta.

Las 10 sinfonías, todos los ciclos de canciones e inclusive la música de cámara que escribió el autor austriaco sonaron durante dos temporadas veraniegas de esa orquesta de primer nivel de excelencia.

El sesquicentenario en 2010 y el centenario en 2011 coincidieron en los calendarios de las salas de concierto del mundo con un furor desatado en torno al cosmos que puso a girar Gustav Mahler hace siglo y medio.

Sin embargo, las programaciones de las mejores salas del mundo se limitan al ciclo de sinfonías y algunos conjuntos de canciones con orquesta. De manera notable, la Sinfónica de Minería completó el opus integral.

Este logro tiene nombre y apellido: Sergio Vela, quien como director artístico ha dado un vuelco importante en la cultura musical de México.

La Sinfónica de Minería deja entonces así un fragmento de la rémora que la retenía con una leyenda negra ganada a pulso: para muchos melómanos, se trataba de una orquesta para ricos, con una programación complaciente, repetitiva, más que conciertos, reuniones de la alta sociedad.

Con la llegada de Sergio Vela, el panorama se convierte en un ente de avanzada, a la altura de las organizaciones musicales de Europa, donde las programaciones obedecen a contextos culturales hondos y a un análisis cabal de los repertorios.

La Sinfónica de Minería es, en efecto, la mejor de México, pero es efímera. Es una orquesta de verano y está integrada por músicos de primer nivel provenientes de la Ofunam, la Filarmónica de la Ciudad y otras orquestas mexicanas.

La programación del próximo año ya está formulada y se antoja igualmente sensacional: las sinfonías de Sibelius y música francesa, en especial de Debussy, ambos músicos en quienes se centrarán las efemérides de 2012.

El titular, Carlos Miguel Prieto, está en plena evolución. Tiene la virtud de marcar los tiempos y dejar a la orquesta hacer, pero su consistencia está todavía por terminar de formarse.

La ejecución que redondeó con la Novena Sinfonía fue un logro y un avance. La segunda parte de la Temporada Mahler, a diferencia de la inicial del año pasado, fue mejor en cuanto hubo aciertos magnos.

La culminación de la Temporada Mahler resultó espectacular: 645 músicos, repartidos en varios puntos de la sala, en un estruendo que hizo realidad, hasta el infinito y más allá, la definición del autor en cuanto a su partitura: imaginen a todos los planetas y estrellas girando y sonando. El cosmos puesto en música.

Otra carencia: salvo la mezzosoprano Carla López-Speziale, quien se confirma como la mejor cantante mahleriana en México, los solistas invitados evidenciaron su maestría en cantar ópera, no así en repertorio mahleriano.

Saldo positivo, sin duda, algo alentador acontece en México: su avance musical, que emerge desde la Universidad Nacional Autónoma de México.

Como postre, una recomendación de máxima excelencia, sin mácula: la Novena de Mahler dirigida por Daniel Barenboim, en un devedé donde aparece, dirigiendo la Octava, el maestro Pierre Boulez, autoridad magistral en Mahler.

Veni, creator spiritus.

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