Opinión
Ver día anteriorJueves 1º de septiembre de 2011Ver día siguienteEdiciones anteriores
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El dragón dorado
D

e Roland Schimmelpfenning conocimos hace unos años La noche árabe, obra que impresionó sobremanera, sobre todo a los dramaturgos jóvenes, por su construcción que mezclaba narración de las acciones con los diálogos de los personajes, dado que por primera vez se veía un texto de esta corriente ya muy consolidada en los teatros europeos, pronto retomada en México por algunos autores y que algún ingenuo llamó narraturgia. Ahora la Dirección de Teatro de la UNAM a cargo de Enrique Singer en colaboración con Por Piedad Teatro Producciones que encabeza Ana Graham presenta El dragón dorado, la premiada obra del autor alemán en traducción de la actriz y productora Ana Graham, Stefanie Weiss y Antonio Vega dirigida por Daniel Giménez Cacho, montaje con el que el teatro de la UNAM continúa con su tradición de búsqueda y experimentación escénicas.

El texto de Schimmelpfenning trata de la precariedad de la migración indocumentada, esta vez venida de China, su temor que lo lleva a extremos dolorosos y el contraste con la tranquilidad de la vida de los nacidos en territorio alemán. Para ello se sirve de la idea de un edificio cuya planta baja ocupa un restaurante chino, precisamente El Dragón Dorado, con sus cocineros indocumentados, y cuyos pisos superiores son departamentos ocupados por diversas personas, un par de azafatas, un anciano que anhela la juventud, una pareja de adolescentes y el hombre de la camisa a rayas que bebe y cuya mujer lo engaña. La vida de todos ellos se entremezcla con las de los chinos y a ninguno el autor ha dado nombre, a la manera de los dramaturgos expresionistas. Ello se combina con un énfasis surrealista en algunas escenas, como es darle presencia casi humana a la cigarra y a la hormiga del cuento, o bien la idea de que la familia del joven chino se encuentre en la oquedad que ha dejado la muela extraída, la que une las historias sin unir a los personajes, además de la larga travesía del joven del dolor de muelas a través de ríos y mares para encontrarse con patria y familia.

Con pendones y linternas en el patio, el escenario del teatro Santa Catarina se dispuso como teatro círculo, con una alta y larga mesa y un par de banquitos según diseño de las escenógrafas Auda Caraza y Atenea Chávez con iluminación de Víctor Zapatero. En esa mesa los cocineros preparan los platillos que salvo alguno que sí es comido por un actor o actriz, son de obvia utilería muy acorde con texto y escenificación. Algunas escenas transcurren a los lados de la mesa, otras encima y debajo de ella y las actrices y actores por momentos adquieren un ritmo casi frenético en contraste con otros más pausados. En los momentos febriles los cocineros se enredan con los espaguetis o con los cuerpos de los otros sin perder sus parlamentos ni su intencionalidad, lo que muestra que detrás de la escenificación hubo muchos ensayos además del profesionalismo del elenco. Ignoro si está en el original o si es aportación de Giménez Cacho –quien como director gusta de afrontar riesgos y lo hace con talento– el que actrices y actores subviertan sus géneros –en el caso de actor incorporando a una mujer con un simple detalle de vestimenta, como un pañuelo rojo a la cintura o una peluca de cordones– para incorporar algunos de los personajes con que dobletean, pero esto añade mayor y buscada artificialidad al conjunto.

Con el diseño sonoro de Rodrigo Espinosa y el vestuario de la polifacética Ana Graham, el elenco cubre todos los roles que les son asignados de ambos géneros con la gran capacidad actoral que se les reconoce, aun la muy joven y de menor trayectoria Patricia Ortiz con notable desempeño como Mujer joven, Muchacho asiático con dolor de muelas, Hombre con camisa a rayas y Barbie-Fucker. El reparto lo encabeza Arturo Ríos como Hombre viejo, Cocinero asiático, Hombre joven, Eva la aeromoza y el Padre. José Sefami –que alterna con Joaquín Cosío– es Hombre, Cocinero asiático, Mujer del vestido rojo, Inga la aeromoza y el Tío. Ana Graham-alternando con Concepción Márquez –es Mujer vieja, Cocinera asiática, Nieta, Hormiga, Hans el tendero y la Madre. Antonio Vega es Hombre joven, Cocinero asiático, Abuelo, Cigarra y La mesera bonita.