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Respetar instrucciones, pide el presidente Obama a habitantes de la costa este estadunidense

Medidas de emergencia en la ciudad de Nueva York ante inminente llegada del huracán Irene

Anoche comenzaron a caer en Carolina del Norte las primeras lluvias que lleva el ciclón categoría dos

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Residentes de la tercera edad del Sentara Nursing Center Currituck esperan ser desalojados de la localidad costera de Barco, en Carolina del NorteFoto Ap
Corresponsal
Periódico La Jornada
Sábado 27 de agosto de 2011, p. 29

Nueva York, 26 de agosto. Al aproximarse el huracán Irene, las autoridades de la ciudad de Nueva York, la urbe más grande del país, ordenaron hoy medidas de emergencia sin precedente, mientras el presidente estadunidense, Barack Obama, instó a los 60 millones de habitantes de la costa este que residen en la ruta proyectada del ciclón respetar las instrucciones oficiales para enfrentar una tormenta que podría ser de dimensiones históricas.

Todo indica que éste será un huracán histórico, dijo Obama desde Martha’s Vineyard, en Massachusetts, donde está de vacaciones con su familia, y agregó que el meteoro podría ser extremamente peligroso y costoso. Poco después, la Casa Blanca informó que el mandatario adelantó para esta noche su regreso a Washington.

Ya se declaran estados de emergencia a lo largo de la costa noreste –la zona más densamente poblada del país–, desde Carolina del Norte a Massachusetts, en espera del ciclón, y aproximadamente 2 millones de personas están en las zonas donde hay órdenes de desalojo (incluyendo casi 300 mil en la ciudad de Nueva York).

Esta noche, la costa de Carolina del Norte ya sentía las primeras lluvias del masivo ciclón, cuyos vientos se extienden 965 kilómetros, y que por ahora soplan a 160 kilómetros por hora –colocándolo en la categoría dos de la escala Saffir-Simpson de uno a cinco. Se pronostica que permanecerá en por lo menos la categoría uno al llegar a la costa del noreste.

Así, cientos de miles estaban desalojando las costas de Carolina del Norte, donde se espera que el ciclón choque este sábado, mientras en el norte ya se han anunciado desalojos obligatorios, la instalación de albergues de emergencia, planes de contingencia para hospitales, el cierre de universidades y la suspensión de miles de actos culturales, comerciales y deportivos.

En Washington se canceló la inauguración del monumento al reverendo Martin Luther King, donde se esperaba la presencia de Obama, entre otros personajes.

En Nueva York, donde se calcula que Irene llegará el domingo, el alcalde Michael Bloomberg dijo que nunca hemos tenido una evacuación obligatoria y no lo haríamos si no pensáramos que esta tormenta tiene el potencial de ser muy seria. El desalojo de las zonas propensas a inundaciones al lado del mar o de los ríos que incluyen el centro financiero (Wall Street y la zona cero) en la punta de Manhattan y en colonias costeras en Brooklyn como Coney Island y Far Rockaway en Queens, entre otras, afectan a más de 270 mil habitantes y se tiene que completar antes de las 17 horas de este sábado.

También por primera vez, se ordenó la suspensión del transporte público municipal y suburbano desde el mediodía de este sábado, un sistema que transporta a unos 8 millones de pasajeros cada día.

Bloomberg anunció la instalación de 91 albergues y la policía informó que colocó barcos en puntos estratégicos, y se advirtió que podría ser cerrados en cualquier momento los puentes y túneles. Cinco hospitales han sido desalojados junto con otras instituciones. Tan extremo está todo que hasta Starbucks cerrará las puertas de sus tiendas en Nueva York y alrededores, los teatros de Broadway suspenderán funciones y los famosos casinos de Atlantic City contemplan no rodar los dados y suspender el póker la noche del sábado.

Nos estamos preparando para lo peor pero esperamos lo mejor, dijo Bloomberg, y añadió que algunas medidas son tomadas por una abundancia de precaución. Pero, como lo manifestó una pregunta en una de las ruedas de prensa –¿usted permanecerá aquí durante la tormenta?–, algunos sospechan que su hiperactividad y presencia mediática por Irene es en respuesta a la crítica que recibió el pasado invierno, cuando una tormenta de nieve paralizó la ciudad y él estaba en su mansión de Bermuda.

Medidas parecidas se están implementando en Washington, Philadelphia, Boston y cientos de pueblos a lo largo de la costa desde las Carolinas a Nueva Inglaterra.

Se han cancelado ya más de 6 mil 300 vuelos y suspendido gran parte del transporte ferroviario en la amplia zona que se espera será

afectada por el ciclón.

Mientras algunos estadunidenses buscan cómo proteger sus casas y viviendas en los sectores costeros, los supermercados se vaciaron de pilas, lámparas y alimentos básicos. En las calles de Nueva York, durante un día asoleado de verano, poco o nada indicaba que se aproxima a la ciudad lo que podría ser la tormenta del siglo, pero las conversaciones oscilaban entre bromas sobre los pronósticos y expresiones de preocupación.

Varios comentan que es raro que la región haya sufrido primero un sismo y ahora un huracán, en una misma semana. Todos los noticieros ofrecen imágenes y advertencias incesantes sobre la tormenta, y un informativo nacional inició hoy su programa declarando que la costa este de Estados Unidos “se está preparando para una invasión… del huracán Irene”.