Sociedad y Justicia
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Revelan daños en sus paredes de laja por la operación de la compañía Cales y Morteros

Denuncian degradación del parque nacional El Cañón del Sumidero

Se presentaron demandas ante la Profepa, informó el director de la reserva natural, Adrián Méndez

Señalan que habitantes de la zona padecen enfermedades respiratorias asociadas con la cal

 
Periódico La Jornada
Lunes 22 de agosto de 2011, p. 40

El parque nacional El Cañón del Sumidero, ubicado en Chiapas, enfrenta problemas de deforestación y sus delicadas paredes de laja son vulnerables a la explotación que hace la empresa Cales y Morteros, por lo que se presentaron denuncias ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), informó el director de esta reserva, Adrián Méndez.

Además, los habitantes de la zona sufren por problemas de contaminación, padecen enfermedades respiratorias y sus casas presentan cuarteaduras, señaló René Gómez, habitante de Ribera Cahuaré.

Este sitio de importante diversidad biológica, donde hay especies únicas de orquídeas y bromelias, y concentra 11 por ciento de los mamíferos y 17 por ciento de las aves del país, ha perdido alrededor de 2 mil 600 hectáreas de las 21 mil 789 que estableció el decreto de creación del parque, publicado el 8 de diciembre de 1980.

Los problemas que existen en el parque por la operación de Cales y Morteros, y otras dos empresas que operan en los límites de esta área natural protegida, son el cambio de uso de suelo y que las explosiones que provocan para la extracción de cal generan cuarteaduras en porciones del territorio, señaló Méndez.

Además, Cales y Morteros ha avanzado más allá de lo que tenía concesionado y aunque todavía no se observan cuarteaduras en las paredes del cañón, está muy cerca de ellas. Es una pared de laja, que es muy vulnerable si el grosor disminuye, agregó Méndez en entrevista telefónica.

Sostuvo que esta compañía realiza actividades sin autorización de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales y la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas.

Por ello y ante los efectos ambientales observados, detalló que se presentaron dos denuncias ante la Profepa, en 2004 y en 2009. Se aplicó una sanción administrativa, una multa y una clausura parcial, pero la compañía se amparó.

La empresa, que opera en ese sitio desde hace 45 años, no ha podido acreditar su concesión. Sabemos que ya rebasó los límites o estaría en ello, agregó Méndez. Las actividades mineras son incompatibles con la conservación, transforman el entorno y causan cambios irreversibles. No hay forma de restaurar el sitio: el daño ya está hecho, aseveró.

Cuando la empresa llegó a esta zona no se había decretado el parque; al establecerse, esta explotación minera quedó dentro del polígono del área natural protegida. También había pocos habitantes. En 40 años, la población creció: actualmente hay 17 mil personas en 11 espacios del área.

En su página de Internet, Cales y Morteros señala que es una empresa comprometida con el medio ambiente, lo que ha hecho que implemente tecnología que reduzca los niveles de contaminación.

En un video elaborado por habitantes de Cahuaré se observan las cuarteaduras de unas 60 casas y polvo blanco en los árboles. Detallaron que en 2002 comenzaron a presentar denuncias ante la Profepa y otras instancias por los daños ambientales que ya desde entonces se observaban.

En las primeras inspecciones, la Profepa encontró que la empresa operaba sin licencia, los niveles de ruido eran por encima de la normatividad y había emisiones de contaminantes a la atmósfera.

Los habitantes señalaron que nueve años de gestiones ante Semarnat y Profepa no han servido de nada; al contrario, han favorecido para que (la empresa) corrija las ilegalidades en las que ha trabajado durante 40 años, mientras vivimos en este paisaje lunar, tragando humo, polvo, vapor y ruido las 24 horas del día.

De acuerdo con un estudio realizado en mayo de este año y del que tienen copia los habitantes, la Secretaría de Salud de Chiapas evaluó el estado de la población de la Ribera Cahuaré. Los problemas más frecuentes que detectó fueron las afecciones de las vías respiratorias y de la piel, lo cual se asocia con la expansión de cal de la fábrica que se encuentra en su localidad.

El reporte indicó que 47 por ciento de los casos de enfermedades corresponden a las afecciones respiratorias, y las mayores tasas de morbilidad están en la población de 5 a 9 años, seguida de la de 10 a 14 años de edad. La cal esparcida en el ambiente es un factor importante para el desarrollo de enfermedades respiratorias.