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Queremos desatar emociones, aunque los visitantes salgan asqueados, dice su director

Abre sus puertas El Punto G, en Moscú; es el primer museo erótico de Rusia

Aborda múltiples temas que todavía son tabúes en la sociedad de ese país

 
Periódico La Jornada
Viernes 19 de agosto de 2011, p. 4

Moscú, 18 de agosto. En el centro de Moscú se ha abierto el primer museo erótico del país. Sus organizadores apuestan por la provocación en una sociedad considerada aún mojigata y plagada de temas tabú, como la homosexualidad.

Con poca ropa se pasean estos días de caluroso verano los moscovitas. Los hombres incluso llevan el torso al descubierto, ante el insoportable calor que se vive en la ciudad. Y en invierno, también es común que los rusos tomen baños en las frías aguas de los lagos congelados y acudan al sauna desnudos.

Ahora, la metrópoli rusa, que nada ahorra en estímulos ópticos, ha inaugurado el primer museo dedicado al arte erótico, en la milla turística de Arbat.

El Tochka G o Punto G muestra lo que otros museos occidentales llevan tiempo exhibiendo: penes enormes, dibujos eróticos de actos sexuales o esculturas de corpulentos animales y personas. Además, toca muchos temas que aún son tabú en la sociedad rusa.

El director del museo, Alexander Donskoi, reconoce lisa y llanamente que se trata de una provocación sexual. El objetivo no es desempolvar la moral sexual, tan reprimida en tiempos soviéticos.

Queremos desatar emociones, aunque los visitantes salgan corriendo asqueados, dice Donskoi, de 41 años y padre de familia.

En un sofá de la cafetería del museo, decorado en rojo y lleno de velos, el hombre de negocios reconoce también su preocupación por el estado espiritual ruso. Se enerva al hablar de la doble moral de la todavía fuerte Iglesia ortodoxa rusa, que consiste en predicar con agua y beber vodka, según dice.

Donskoi recuerda cómo los fundamentalistas cristianos actuaron una y otra vez con brutal violencia contra homosexuales o transexuales.

Por la libertad sexual

En la ciudad de Arjangelsk, en el norte de Rusia, donde Donskoi se enriqueció como comerciante, las autoridades urbanas prohibieron lo que consideran propaganda homosexual, pese a que la homosexualidad está permitida desde hace años.

El museo muestra imágenes de sexo entre hombres, además de esculturas fálicas de muchas épocas y países. En su sexshop se ofrecen además vibradores, trajes de goma o látigos. La resonancia en la primera semana está siendo enorme. Sobre todo vienen jóvenes que posan con nuestras esculturas de penes de dos metros, cuenta. La entrada cuesta 500 rublos (unos 12 euros).

En Rusia hay sexshops y programas eróticos en la televisión, pero Donskoi espera ahora que la palabra museo atraiga a más personas.

Aquí hay muy pocos que quieran hacer la sociedad más abierta con ideas inteligentes, cree Sasha, visitante de 30 años.

Hasta el cierre del museo, a media noche, no dejan de llegar visitantes. Parejas jóvenes se sientan en una mesa rodeados de excentricidades, como un ajedrez de miniaturas eróticas en marfil de mamut o una colección de medallas de poses eróticas de la prostituta vienesa de ficción Josefine Mutzenbacher, famosa por la narración de sus aventuras eróticas a comienzos de siglo pasado.

Donskoi compró los objetos por Internet. Además, los museos eróticos occidentales ayudaron a dar el paso al de Rusia.

Y los inversionistas pusieron dinero en el proyecto, explica.

Sabe que puede tener algún problema con la política, porque en el museo también cuelga una imagen satírica del jefe de gobierno Vladimir Putin. El ex jefe del Kremlin aparece como guerrero desnudo con dos penes erectos en pose combativa. Junto a él, el presidente Obama, con uno solo, pero con pechos.

Los políticos conservadores rechazan a Donskoi desde hace tiempo, por abogar por la libertad sexual y contra la doble moral. Una vez causó furor cuando se lo llevó la policía en calzoncillos y sus imágenes dieron la vuelta al mundo. Y en esa ocasión, el sexo no tuvo nada que ver.

Enfrentamientos con el Estado

Donskoi tuvo varios enfrentamientos con el poder estatal, porque tras su elección como alcalde de Arjangelsk, en 2005, manifestó también su intención de ser presidente. Hasta entonces había sido crítico del gobierno con intenciones de combatir la corrupción y el nepotismo.

Donskoi fue puesto en prisión preventiva y condenado, alegando entonces que había falsificado su diploma y que había utilizado dinero público en su protección personal. Así terminó abruptamente su carrera política. Hoy me va como a muchos en Rusia, que debieron emigrar internamente, cuenta.

El museo erótico constituye para él una válvula para expresar su indignación contra los poderosos del país.