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Regresar al Auditorio tras 10 años de ausencia, lo más importante luego de EU: Milanés

Vital, la libertad de expresión para las reformas del sistema en Cuba

A quienes quieren verme, les digo que con toda seguridad estaré en Miami el 27 de agosto, y a los que no quieren, con todo su derecho, sencillamente que no acudan, dice el cantatutor

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Arena American Airlines en Miami, donde actuará el compositor de YolandaFoto Reuters
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 18 de agosto de 2011, p. 8

La Habana, 17 de agosto. Pablo Milanés acaba de terminar una temporada en Europa y pasa unos días en Cuba preparando otros viajes, que serán muy especiales: una nueva gira por Estados Unidos, después de que el gobierno le negó la entrada durante una década; su primera actuación en Miami, donde se ha desatado una polémica por ese concierto, y su regreso, también después de 10 años, a un escenario emblemático: el Auditorio Nacional de México.

A medida que se acerca el concierto en la American Airlines Arena de Miami, se ha vuelto más explosiva la controversia en esa ciudad. Los cubanos ultraconservadores ven en Pablo un representante del gobierno de la isla, por lo cual han pasado del rechazo al insulto y la amenaza, hasta el punto de que el promotor, Hugo Cancio, anunció que emprenderá acciones legales para garantizar el espectáculo.

En medio de los preparativos, este veterano de la nueva trova cubana dice a La Jornada que espera que su presentación en Miami sea un encuentro histórico e inolvidable. Para los dos sectores tiene estos mensajes: A quienes quieren verme, les digo que con toda seguridad estaré allí el 27 de agosto, y a los que no quieren verme, con todo su derecho, sencillamente que no acudan.

El cantautor, de 68 años, ha sido ave de tempestades y ya no es extraño encontrarlo en el centro de un choque de opiniones, incluyendo sus conocidas críticas al gobierno cubano.

La Habana canta a Sabina

Cuando el presidente Raúl Castro ha puesto en marcha una reforma del sistema, Milanés es cauto al mirar hacia delante: No me atrevo a hacer predicciones sobre los resultados de aquí a cinco años referente a las reformas; creo que son tímidas y que les faltan elementos que a mi juicio enriquecerían una apertura más completa.

¿Qué elementos?, se le pregunta.

Responde Pablo: Creo que es vital tener en cuenta la libertad de expresión y aún más, las libertades en todos los sentidos. Hay un párrafo de Raúl en un discurso en el que habla de las cosas absurdamente prohibidas en Cuba durante años, y te aseguro que suman muchas aún por echar abajo. Definitivamente pienso que nuestro desarrollo económico tiene que venir aparejado al desarrollo de las libertades.

Figura emblemática de la canción que acompañó los primeros años de la revolución cubana, autor de piezas señeras en la música hispana como Acto de fe, Amo esta isla, Comienzo y final de una verde mañana, El breve espacio en que no estás, Tengo o Yolanda (apenas un puñado de una lista sin fin), Milanés hizo para este diario un breve repaso de su trabajo reciente.

En julio apareció La Habana canta a Sabina, homenaje que cubanos como Amaury Pérez, el dueto Buena Fe, Pancho Amat, Frank Fernández y Carlos Varela le dedican al juglar español.

El mismo Pablo participa en el disco y evoca así a su amigo: Sabina ha sido, sin duda alguna, un aporte extraordinario para la canción popular en idioma castellano. Considero que es un hito y le doy la importancia que tiene una obra trascendental.

–¿Hace cuánto tiempo que no va a Estados Unidos? ¿La ausencia fue por falta de ofertas o por negativa de visas?

–Hace más o menos una década. Durante todo el gobierno de Bush me negaron la visa para ir, aunque tuve varias invitaciones.

–¿Qué plan de presentaciones internacionales tiene para el resto del año?

–Lo más importante después de Estados Unidos –donde estaré entre finales de agosto y las primeras semanas de septiembre– es volver el 16 de octubre al Auditorio Nacional de México, después de 10 años de ausencia en ese recinto; no sé si el público de esa época me recuerda, por lo que vivo pendiente de lo que suceda.

–México es claramente una de sus plazas fuertes, si no es que la más fuerte fuera de Cuba…

–En realidad México y España fueron los primeros países que me albergaron internacionalmente, y eso lo compruebo con el mismo amor e intensidad que me demuestran en cada presentación que allí realizo.

–En Regalo (su más reciente fonograma), la palabra nostalgia aparece dos veces y la nostalgia se percibe en algunas canciones. ¿De qué siente más nostalgia?

–La nostalgia es un sentimiento recurrente en la poesía romántica y en ese sentido me considero un romántico empedernido. En cada obra se me sale un pedazo de lo que vivo y siento como ser humano.

Suicidio, de ese mismo disco, es inevitablemente un recordatorio de Años (“El tiempo pasa…”), pero ahora sus imágenes son más sombrías…

–En la creación suele haber momentos fugaces que se plasman y quedan; eso es Suicidio…

–A principios de este año terminó la primera gira que hacía por Cuba en más de dos décadas. ¿Qué fue lo mejor y lo peor para usted en ese viaje?

–Lo mejor fue comprobar la vehemencia del público actual después de 20 años en que realizamos una gira histórica y que pensamos que no tendría más continuidad. Nos equivocamos, y puedo decirte que en las 12 ciudades que estuvimos hubo una respuesta maravillosa del público. Lo peor fue el frío que pasamos en algunas ocasiones, que a mi juicio frenó la presencia de más público.

A medio camino entre su gira por Europa y las próximas a Estados Unidos y México, Pablo se dio tiempo para cantar en La Habana con sus hijas Haydée, Suylen y Lynn, a beneficio de la muestra de cine joven, espacio que surgió hace 10 años para promover la creación independiente y que ha dejado de tener subvención estatal.

El cantautor se entusiasma con ese movimiento. Piensa que ahí se está elaborando, sobre todo de forma independiente, un nuevo cine cubano que con el tiempo debe ocupar un lugar importante en la cinematografía de la isla.