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Ver día anteriorSábado 6 de agosto de 2011Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Nuevas exigencias estadunidenses frente al crimen organizado
L

a violencia derivada del crimen organizado y el terrorismo ha aumentado de manera exponencial y continúa generando problemáticas importantes en diferentes países; los grupos delincuenciales se han globalizado ampliando sus redes y sus operaciones, diversificando sus actividades lícitas e ilícitas, lo cual ha dado como resultado amenazas trasnacionales más complejas y desestabilizadoras. Según datos de la Casa Blanca, el crimen organizado obtiene ganancias anuales de entre 1.3 y 3.3 billones de dólares (entre 2 y 5 por ciento del PIB mundial) por lavado de dinero, entre 750 mil millones y 1 billón de dólares por narcotráfico y 500 mil millones por productos falsificados.

La estrategia de seguridad nacional estadunidense reconoce que los principales desafíos en el combate a la delincuencia trasnacional son el combate a los flujos financieros internacionales que nutren a las redes criminales y al terrorismo, el desmantelamiento de las redes de narcotráfico, el combate a la corrupción gubernamental, el fortalecimiento del estado de derecho, el reforzamiento al sistema judicial y la mejora de la transparencia. Ante este escenario, el 25 de julio, el gobierno de Estados Unidos anunció una nueva estrategia para el combate al crimen organizado trasnacional, la cual establece un plan para atacar prioritariamente el motor financiero de las principales organizaciones criminales trasnacionales: la Camorra italiana, la Yakuza japonesa, la organización Brother’s Circle –que opera en varios países de la ex Unión Soviética– y Los Zetas mexicanos. Esta estrategia se organiza en torno a un principio unificador: la construcción, el equilibrio y la integración de las herramientas del poder estadunidense para combatir la delincuencia organizada trasnacional y las amenazas relacionadas con su política de seguridad nacional a efecto de instar a sus socios extranjeros a hacer lo mismo.

La orden ejecutiva firmada por el presidente Barack Obama el pasado 24 de julio –en palabras del propio Obama– responde al creciente tamaño, alcance e influencia de las organizaciones criminales trasnacionales, las cuales se han convertido en entidades cada vez más sofisticadas y peligrosas para Estados Unidos; están cada vez más arraigadas en las operaciones de gobiernos extranjeros y en el sistema financiero internacional, debilitando las instituciones democráticas, degradando el estado de derecho y minando los mercados.

Con esta nueva estrategia, el Departamento del Tesoro adquiere la autoridad para atacar los flujos financieros de las redes criminales trasnacionales a través del congelamiento de los activos que las organizaciones criminales puedan tener en Estados Unidos, la prohibición de transacciones a través del sistema financiero y la criminalización de cualquier ciudadano que participe en cualquier operación financiera con las organizaciones criminales. Al respecto, el fiscal general Eric Holder reconoció que el problema del crimen organizado trasnacional y sus redes no es nuevo y señaló que se exigirá una actualización de las leyes contra el crimen organizado y la ampliación de otras para el combate al lavado de dinero y tráfico de armas entre otros delitos. Por su parte, la secretaria de Seguridad Interna, Janet Napolitano, destacó que este planteamiento es una vía para avanzar sobre los logros alcanzados en la frontera con México, donde el gobierno ha desplegado un número inédito de efectivos, tecnología y recursos.

El gobierno estadunidense ha reconocido que nuestro país está realizando una campaña histórica contra las organizaciones criminales trasnacionales, las cuales han expandido sus redes para el tráfico de drogas y la trata de personas, el contrabando de armas y dinero, la extorsión y el secuestro, sin embargo, también ha señalado la vulnerabilidad de la frontera entre ambos países, debido a que los corredores ilegales en los cruces fronterizos pueden ser empleados por las organizaciones delictivas y terroristas. En este contexto, debemos recordar que el asesor presidencial en Seguridad Interior y Terrorismo, John O. Brennan, visitó México por primera vez el 24 de marzo de 2010 y posteriormente participó en la tercera reunión del grupo consultivo de alto nivel de la Iniciativa Mérida, celebrada en Washington el pasado 27 de abril. Su visita dejaba entrever la preocupación creciente que el gobierno estadunidense tiene por el desarrollo de este fenómeno.

*Analista en temas de seguridad y justicia.