Ciencias
Ver día anteriorMiércoles 27 de julio de 2011Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Logra patente de molécula de whitlockita-magnesio, que el cuerpo asimila fácilmente

Elabora la UNAM biocerámica para prevenir la osteoporosis

Se transforma en el componente inorgánico del hueso (hidroxiapatita) en el momento en que llega a él, lo que permite fortalecer el esqueleto, señala María Cristina Piña Barba

 
Periódico La Jornada
Miércoles 27 de julio de 2011, p. 2

En el Instituto de Investigaciones en Materiales (IIM) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), María Cristina Piña Barba, junto con otros científicos, obtuvo la patente para preparar una biocerámica a partir de whitlockita-magnesio, útil para prevenir la osteoporosis.

Se trata, explicó la científica, de un desarrollo mediante el cual se obtiene la molécula de whitlockita-magnesio, que el organismo asimila más fácilmente y que se transforma en el componente inorgánico del hueso (hidroxiapatita) en el momento en que llega a él, lo que permite fortalecer el esqueleto.

Se podría ingerir hidroxiapatita (cerámica presente en la estructura ósea de los mamíferos) en grandes cantidades, sin que llegue a los huesos, porque el metabolismo del organismo no permite que se asimile, la desecha; si en vez de eso, tomamos un fosfato de calcio al que agregamos magnesio, se fortalecen esas piezas, apuntó.

La patente, cuyo título a favor de la UNAM se recibió recientemente, fue otorgada por haber logrado que la whitlockita quedara unida al magnesio y formara una sola molécula.

La whitlockita es un fosfato raro que se encuentra en algunas minas; su fórmula química es Ca9(Mg,Fe++)(PO4)6(PO3OH), y unido al calcio se puede encontrar el magnesio o el fierro. Está asociada a otros fosfatos, arsenatos y vanadatos, por lo que no se emplea en el organismo humano a menos que sea pura; por ello, es más fácil obtenerla a partir de reactivos químicos de alta pureza, explicó la científica.

Para lograr que el magnesio quede dentro de la molécula de la whitlockita, se llevan a cabo reacciones químicas durante el proceso de obtención. En este caso, se usó un horno horizontal, en el que se colocan los reactivos y por el que se hace pasar vapor de agua. Para las reacciones, se emplearon altas temperaturas: de 800 a 900 grados centígrados, durante un periodo prolongado.

En cuanto al precio de este desarrollo, que podría aplicarse a cualquier hueso de mamífero, Piña Barba expuso que es compensado por los beneficios que implica; además, disminuiría si se produjera a gran escala. Otra ventaja es que no tendría costos ambientales, como ocurre con la coralina, obtenida a partir de corales, pues la ausencia de éstos en los océanos tiene consecuencias desastrosas en el ambiente.

La universitaria también ha conseguido obtener hueso de bovino anorgánico para reparar las piezas humanas. “Diseñamos un procedimiento para limpiarlo y quitar toda la parte orgánica del animal para que no sea rechazado por el cuerpo.

Es fácil y barato de producir; se hierve para ayudar a retirar los elementos biológicos. Se ha probado a nivel celular, en animales y, finalmente, en personas, con excelentes resultados, precisó.

El proceso de reparación, si se implanta al hueso anorgánico, es muy interesante, pues al parecer lo que ocurre es que el cuerpo lo detecta como un objeto extraño al que deshace mediante macrófagos (osteoclastos), y después, repara por medio de los osteoblastos, según indica Fernando Cueva, quien se ha dedicado durante mucho tiempo al implante de este material, refirió Piña Barba.

Empresa de alumnos de biomateriales

La innovación dio pie a una pequeña empresa que salió del IIM, Biocriss, formada por alumnos de biomateriales que no tenían ofertas de trabajo.

Piña Barba expuso que somos conejillos de Indias si algo se produce en países desarrollados y se prueba en pacientes de naciones tercermundistas. Para evitarlo se requiere formar nuestras propias industrias y contar con lo mínimo indispensable.

Como la empresa –ya cuenta con los permisos respectivos de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios, obtenidos por el trabajo de investigadores que han agotado las pruebas de biocompatibilidad, realizadas desde cultivos celulares, hasta en humanos–, el producto ya se usa y actualmente hay más de 20 mil pacientes a quiens se les ha implantado, en su mayoría del área de odontología y algunos más en ortopedia, sin un solo caso de rechazo o queja.

Se trata de personas que viven en la ciudad de México y el área metropolitana, aunque está por comenzar la venta en el resto del territorio nacional, anunció.

Otro proyecto importante, en que se trabajó en colaboración con expertos cubanos, fue el desarrollo de una zeolita a partir de aluminio y zinc, capaz de ayudar en la cicatrización de la piel sin dejar marcas; la que se logra es del mismo color que la original, y en ésta vuelve a crecer vello.

En su tiempo, se probó en pacientes con pie diabético, con riesgo de amputación, y se logró la cicatrización de heridas; sin embargo, no teníamos las pruebas anteriores reportadas (en células y en animales), lo que causó muchos problemas. Esta investigación no se continuó en México por falta de recursos, pero en Cuba sí, y actualmente las zeolitas son muy usadas en ese proceso.