Opinión
Ver día anteriorSábado 23 de julio de 2011Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Los de abajo

Violencia y trabajo sexual

B

erenice, trabajadora sexual de 31 años, fue una de las decenas de participantes en el XIV Encuentro Nacional de Trabajadoras/es Sexuales, convocado por la Red Mexicana del Trabajo Sexual. Originaria de Guadalajara, Jalisco, donde vive y ejerce desde hace cinco años, Berenice asegura que “no todas las prostitutas están obligadas a trabajar. Muchas lo hacen por necesidad o por gusto. De lo que se trata –insiste– es de exigir que se pueda trabajar sin ser violentadas ni explotadas por nadie”.

En este sentido coincidieron trabajadoras sexuales de Jalisco, Veracruz, Morelos, Puebla, estado de México y Distrito Federal, que el actual combate a la trata de personas en México es una farsa que las está dejando sin fuentes de trabajo, pues detrás de los operativos y de la campaña mediática en la que se detiene a lenones y traficantes de personas, hay es una estrategia encaminada al control de los negocios generados por la prostitución en el país.

Los encuentros anuales de las trabajadoras sexuales son espacios de dignificación, independencia y libertad, en los que participan hombres y mujeres que ejercen su actividad sin rendirle cuentas a nadie, pues, como lo dice su consigna, la esquina es de quien la trabaja. Adherentes a La otra campaña, iniciativa política zapatista, las trabajadoras de la Red exigen el reconocimiento de su oficio para contar con las garantías laborales previstas en la ley.

Reunidas en un hotel capitalino durante tres días, las trabajadoras del oficio más difícil del mundo intercambiaron experiencias de abusos, violencia, explotación, discriminación, asesinatos y desapariciones que ocurren frecuentemente en su gremio, condiciones que, señalaron, únicamente van a cambiar con la unión de las trabajadoras.

Uno de los temas que rondó las mesas de trabajo fue el incremento de las extorsiones, feminicidios, levantones y desapariciones en el contexto de la actual guerra contra el narcotráfico, y de la llamada Cruzada nacional contra la trata de personas con fines de explotación sexual, donde se criminaliza a las trabajadoras sexuales y se les convierte en víctimas de dicha confrontación, sin tocar a ninguno de los grandes implicados.

Elvira Madrid y Jaime Montejo, de la Asociación Brigada Callejera, organización que lucha por los derechos de las trabajadoras sexuales desde hace 20 años, insistieron en que, para detener la violencia contra el gremio, tienen que ser las propias implicadas las que ofrezcan soluciones y lineamientos. En este sentido, concluyeron: El reconocimiento de sus derechos laborales es prioritario.