Opinión
Ver día anteriorViernes 22 de julio de 2011Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Economía Moral

Fin de la sociedad centrada en el trabajo pagado y visiones de futuro/ V

¿El fin de la agricultura?

Foto
“L

a conjunción de la revolución biotecnológica y la de la computación en un mismo complejo tecnológico vislumbra una nueva era de producción alimentaria divorciada de la tierra, el clima, la estacionalidad cambiante, que han sido desde siempre los agentes condicionantes de la producción agrícola. En el próximo medio siglo, la agricultura tradicional probablemente declinará, víctima de las fuerzas tecnológicas que están remplazando rápidamente la agricultura al aire libre con la manipulación de moléculas en el laboratorio.” Así empieza Jeremy Rifkin (JR) la última sección (pp. 123-127) del capítulo 8 del Fin del trabajo1 cuyo texto anterior comenté en la entrega pasada de Economía Moral (15/07/11). La tesis de JR que el cultivo de la tierra será reemplazado por cultivos en el laboratorio se sustenta, por una parte, en el hecho que compañías del ramo de la química están invirtiendo fuertemente en la producción de cultivos de tejido bajo techo con miras a separar la producción agrícola del suelo en los primeros decenios del siglo XXI. Por otra parte da algunos ejemplos exitosos: dos empresas de biotecnología anunciaron que habían tenido éxito en producir vainilla mediante cultivos de células de dicha planta. La tecnología de escisión de genes les permite a los investigadores aislar el gene que codifica la proteína de la vainilla y clonarla en un baño de bacterias. Con ello han logrado producir volúmenes comerciales de vainilla sin semilla, planta, suelo, cultivo, cosecha ni agricultor. Los costos de producción son mucho más bajos que los de la vainilla agrícola, añade. Cita a dos científicos que explican como funciona el proceso de cultivo de tejidos celulares:

“La técnica básica para producir sabor vainilla por medio de la técnica de cultivo de tejidos involucra: selección de tejido celular de la planta de la vainilla, propagación de los mismos en cultivos cuidadosamente regulados, provistos de nutrientes y reguladores metabólicos, para inducir la producción del compuesto químico saborizante deseado, la vainilla”.

JR dice que la vainilla es sólo el comienzo, da ejemplos de endulzantes derivados de frutas y de vesículas de naranja y limón producidas mediante cultivo de tejidos, y señala que el día no está lejos en el cual el jugo de naranja sea producido en tanques de laboratorio, haciendo innecesario el cultivo agrícola de la fruta. En una línea tecnológica distinta, sin escisión de genes, da el ejemplo de una investigación en la cual células sueltas de algodón fueron engañadas para que crecieran al sumergirlas en un tanque de nutrientes.

Rifkin señala que las compañías químicas y farmacéuticas tienen la esperanza de eliminar completamente al agricultor mediante la ingeniería genética; que su meta es convertir la producción de alimentos en un proceso enteramente industrial eliminando al organismo y la actividad al aire libre, y producir alimentos a nivel molecular en la fábrica. Algunos científicos visualizan un sistema de producción de alimentos en el cual los campos sólo se plantarían con cultivos de biomasa perenne. La cosecha de estos cultivos se convertiría, mediante enzimas, en una solución de azúcar que se enviaría por ductos a las fábricas y se usaría como nutriente para producir grandes cantidades de pulpa de cultivos de tejidos. La pulpa sería entonces reconstituida y fabricada con diferentes formas que imitarían las formas tradicionales de frutas. Como puede apreciar el lector, esto suena más a una pesadilla que a un mundo deseable, utópico. Me recuerda la película Cuando el destino nos alcance que mostraba un mundo en el cual el alimento humano único era repugnante. El producto no parece demasiado diferente a la carne de soya o leche de soya, aunque la tecnología es radicalmente distinta.

En una breve búsqueda de cultivo de tejidos en Internet encontré que: 1) Existe una amplia bibliografía sobre el tema, incluyendo muchos libros de carácter técnico. 2) El cultivo de tejidos es visto no sólo como sustituto de la agricultura, como lo ve JR, sino también como apoyo a ésta. 3) Ya es posible producir carne in vitro a escala experimental, pero resultaría mucho más cara que la tradicional. Amplía el espectro planteado por JR que sólo se refiere a vegetales.

En una conferencia2 dictada pocos años después de publicar El fin del trabajo, Rifkin explica lo que está detrás del cultivo de tejidos o clonación masiva y muestra un campo adicional que abre la biotecnología. Empieza criticando a los futurólogos (como Toffler) por llamar al siglo XXI la era de la información. Ironiza diciendo que eso equivale a haber llamado a la era industrial la era de la imprenta. Dice que la computadora es sólo un preludio de un cambio mayor, en marcha, en nuestra base de recursos. Dice que la bioinformática, resultado de la fusión de las ciencias de la vida y de la información, constituye la misión económica principal de las computadoras en el siglo XXI. Añade que “la computadora es el lenguaje para organizar los genes, identificarlos, bajarlos, manipularlos. Los genes son la materia prima del siglo XXI como los combustibles fósiles y los metales fueron la materia prima del siglo industrial. La revolución bioinformática plantea cuestiones ambientales, sociales y éticas escalofriantes. Ahora podemos comenzar a manipular el código genético de la evolución. Vamos a jugar a ser Dios. Para ilustrar la magnitud del cambio, dice que Dupont, Monsanto, Novartis y Hoechst, gigantes de la era petroquímica han decidido dedicarse exclusivamente a la investigación, la tecnología y los productos genéticos, lo que marca el pasaje de la era industrial a la era del comercio genético, la era de la biología. Remata:

“Todos leímos sobre el experimento de la oveja clonada. Nos perdimos la verdadera historia. Estábamos tan interesados en saber si se iban a clonar seres humanos que no nos dimos cuenta del tema económico. Lo que lograron hacer, después de los experimentos con la clonación de ratones, es crear el prototipo para el trabajo bioindustrial en líneas de montaje en masa. Con la clonación es posible dejar de lado la reproducción mediante la fertilización del esperma y el huevo y clonar copias exactas de un organismo vivo con los mismos niveles de control y normas de ingeniería que se aplicaban en el fordismo. Pero ahora estamos hablando de la producción de vida masiva y a la medida. Esto es lo importante de la clonación. Existe un nuevo campo llamado pharming3 que convierte a los animales en fábricas químicas clonadas, introduciendo genes en su código genético para que produzcan productos farmacéuticos y químicos en la leche”.

Lo descrito, sin cambios sociales radicales, llevaría al Apocalipsis mismo. Desempleo (para tendencias actuales, véase gráfica) y hambre para los miles de millones de campesinos del mundo y control total para las trasnacionales.

1 Cito la versión en inglés: The End of Work. The Decline of the Global Labor Force and the Dawn of the Post-Market Era (El fin del trabajo. El declive de la fuerza de trabajo global y el amanecer de la era pos-mercado), G. P. Putnam’s Books, Nueva York, 1996. En español fue publicado por Paidós en 1996 con un subtítulo diferente. 2 Tiempo libre para disfrutarlo o hacer filas de desempleados, en Luis J. Alvarez (coord.), Un mundo sin trabajo, Editorial Dríada, México, 2003 y 2008. El texto de Rifkin es la traducción de una conferencia que dictó en Uruguay en Octubre de 1998. 3 Pharming es la mezcla de las palabras que empiezan con pharm (lo referido a medicamentos) y la actividad agrícola que en inglés es farming