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Narcoviolencia

La sociedad puede confiar en las fuerzas armadas: Huicochea

Para superar el problema de violencia se requiere una educación basada en valores
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Andrea Cruz Hernández, de Oaxaca, a punto de graduarse en la Fuerza Aérea MexicanaFoto Yazmín Ortega Cortés
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Periódico La Jornada
Lunes 18 de julio de 2011, p. 2

Chihuahua, Chih., 17 de julio. Frente a la situación de violencia que enfrenta el país, la sociedad mexicana puede confiar en sus fuerzas armadas, aseguró el mayor de la Fuerza Aérea Mexicana Jorge Alejandro Huicochea Martínez, jefe de la sección de vuelos de la Escuela Militar de Aviación.

Subrayó que para que México pueda solucionar la problemática de criminalidad, violencia e inseguridad que vive se requiere impulsar una educación basada en valores, espíritu de servicio y amor a la patria.

Éstos siempre serán fundamentales y son bastiones que sirven de base para que nuestro país, ante cualquier situación, pueda salir adelante. La ciudadanía puede confiar en nosotros, porque para ello estamos comprometidos, expresó luego de la demostración realizada por cadetes del llamado Colegio del Aire en la Base Aérea Militar número 13, ubicada en esta ciudad.

La formación a los cadetes que se convertirán en pilotos de la Fuerza Aérea –dijo el militar– se basa en tres áreas claves: desarrollo técnico-profesional, técnico-militar y humanístico.

Con el primero, los jóvenes –cuya preparación es de cuatro años– deben desarrollar sus habilidades y capacidades como pilotos aviadores; en lo militar aprenden las tácticas, estrategias, ambientes de desarrollo, situaciones y escenarios con los que se pueden encontrar, y finalmente la formación humanística se basa en una educación fuerte en valores, respeto y patriotismo.

Estoy convencido de que todos los muchachos con los que estamos trabajando tienen plena convicción, amor institucional y a la patria, y espíritu de servicio sin necesidad de pedir nada a cambio más que la satisfacción de haber cumplido con su deber, aseveró Huicochea Martínez.

La simulación aplicada realizada este día consistió en el planteamiento de una misión aérea contra una base enemiga. Tres aerovanes monomotor con turbohélice destruyeron un centro de abastecimiento.

Para ello, los alumnos de la Escuela Militar de Aviación, que están por graduarse, recibieron las indicaciones de su superior, hicieron el análisis de la misión, las estimaciones y cálculos aeronáuticos para conseguir su fin. Una vez concluida la actividad práctica se realizó una evaluación.

Se explicó que los elementos que participan en el ataque, tanto en tierra como en aire, deben tener claro el objetivo. Para ello necesitan estimar la situación a partir del análisis del terreno, de las condiciones meteorológicas y de visibilidad, de la verificación del estado del enemigo y las posibilidades de éste ante el ataque. Una vez concluida esa fase se toma la decisión de atacar.

Así, la misión se divide en tres fases: determinación de la ruta, destrucción del objetivo (incluye el armamento del enemigo, sus vehículos para evitar que escapen y con el bombardeo se acaba con la base) y finalmente la cuadrilla se reagrupa para el retorno.

Sobre las aeronaves –capaces de viajar a 450 kilómetros por hora–, antes de partir a la misión, Andrea Cruz Hernández, cadete de cuarto año originaria de Oaxaca y de 22 años de edad, señaló en entrevista que es increíble pilotear una nave. Es como si pudieras ver más cerca el cielo.

Dijo que desde pequeña tuvo la ilusión de pertenecer a la Fuerza Aérea, lo que está a punto de conseguir pues el próximo 30 de julio se graduará. Es un orgullo ser parte de este equipo que trabaja para el país.

Ser mujer no ha sido una limitante para ella: La competencia es profesional, nos capacitan de la misma manera para realizar estas acciones. No es difícil, sólo hay que poner el corazón y echarle ganas a las actividades.

Para ser parte de la Fuerza Aérea se requiere sobre todo vocación, consideró el cadete Germán Aboites, de 23 años. Es mucha responsabilidad, no cualquiera está dispuesto a sacrificarse, pues implica conocimiento, estudio y disciplina.

El joven afirmó que el miedo a volar debe ser un factor a favor para los pilotos. Es tu mejor amigo, al sentirlo lo conocemos y es éste el que te mantiene despierto y vivo, además de que te impulsa a seguir estudiando.

Juan Abraham Cardona, de 22 años y también a punto de graduarse, indicó que ser parte del Colegio del Aire es un orgullo, porque es una contribución a la patria.

El joven definió al patriotismo como anteponer todo –incluidas sus propias necesidades y deseos– por el país. Agregó que se necesita carácter, valores y formación para pilotear una aeronave. Es una gran adrenalina la que se siente al estar en el aire.