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El Cielito Lindo y el ¡Sí se pudo! retumbaron al lograr el título

Julio Gómez puso de moda en el Azteca el vendaje en la cabeza
 
Periódico La Jornada
Lunes 11 de julio de 2011, p. 4

Cerca del final, el cántico ¡Oe-Oe-campeón-campeón! empezó a surgir de las gradas y se mantuvo durante cuatro minutos, hasta que con el silbatazo final una auténtica locura se apoderó de los 100 mil aficionados que asistieron al estadio Azteca para gozar del título mundial de estos llamados Niños Héroes.

Luego entonaron el Cielito Lindo y el ¡Sí se pudo!, mientras los jugadores –abrazados y arrodillados en la cancha– lucían sus playeras blancas de campeón que culminaron con brincos y agradecimientos a la tribuna.

Fue un ambiente impresionante y no era para menos: nunca antes el Tri había ganado un Mundial en su catedral del futbol.

Fue un triunfo de equipo, pero el que robó la atención desde antes del encuentro fue Julio Gómez.

Si Julio César Chávez puso de moda la cinta roja en la cabeza, otro Julio, Gómez, provocó una nueva moda: las vendas en ella.

Además de rostros pintados, pelucas tricolores y el penacho a la Moctezuma, muchos aficionados rindieron homenaje al Héroe de Torreón y entraron a las gradas luciendo una venda blanca en la frente y las letras J Gómez, por la chilena con la que se logró vencer a Alemania y avanzar a la final.

Julio, a quienes otros ya le llaman el héroe de México, con sangre de campeón, salió a calentar con un casco negro del tipo que usa el portero checo Petr Cech. En un principio lo habían anunciado en la alineación, pero luego corrigieron y fue al banco de suplentes.

Al darse a conocer los planteles, el más ovacionado fue uno que no inició: el del doblete ante Alemania y de inmediato surgieron los gritos de ¡Gómez-Gómez!

En esos fanatismos futboleros que nunca faltan, algunos abuchearon el himno uruguayo. Después del lapsus, los aficionados entonaron, de pie y con sentimiento, el Himno Nacional Mexicano.

El monstruo de 100 mil cabezas se hacía sentir, jugaba su propio partido con porras, aplausos, cánticos, gritos y abucheos cuando tenían la pelota los celestes, con oles cuando la controlaban los verdes y el infaltable ero cuando el árbitro Sven Oddvar no marcaba en favor de los nuestros.

La mayoría enloqueció con el gol de Antonio Briseño. El 1-0 fue cosa de locos: grito a todo pulmón del monstruo verde, baños de cerveza de arriba hacia abajo y una pancarta: ¡México saca el fua!.

Entonces empezó a sonar el Cielito Lindo en un atardecer nublado y con amenaza de lluvia.

Para el segundo tiempo los gritos cambiaron. El respetable incorporó a su amplio repertorio uno que está de moda: ¡Fua!, que soltaban cuando despejaba el portero con suerte Richard Sánchez.

El público pedía el ingreso de Gómez y el técnico los complació: Julio entró bajo estruendosa ovación, como si se tratara de un gol.

Los sudamericanos seguían peleando, la tensión aumentaba conforme se acercaba el final, hasta que llegó la segunda anotación y sólo hubo lugar para el festejo del campeonato.

Al iniciar el primer duelo, el sonido local anunció la presencia del presidente de la FIFA, Joseph Blatter, y por primera vez el público se unió: abucheos, rechiflas y ese grito con terminación ero.

Fue de lo poco que la todopoderosa FIFA no pudo controlar. La mayor parte de lo que sucedió dentro del Azteca estuvo bajo su férrea mano: sólo los patrocinadores oficiales pudieron mostrar su marca. El resto tuvo que ocultarse en empaques anónimos.

Los organizadores habían anunciado la asistencia del presidente de México, Felipe Calderón, y de su esposa Margarita Zavala. Tal vez ante lo sucedido con Blatter, ya nada se escuchó por las bocinas sobre su presencia. Otro mandatario que acudió fue el chileno Sebastián Piñera.

En el estadio estuvo presente Jesús Ramírez, técnico en Perú 2005, y Patricio Araujo, el capitán que levantó la primera copa.

Dos horas antes del partido todavía había boletos con los revendedores, que los ofrecían en mil 500 pesos cada uno.

Calderón felicita a los campeones

Por otra parte, el presidente Felipe Calderón felicitó a los monarcas del Mundial Sub-17 por vía twitter. En un primer mensaje festejó el triunfo: México es campeón del mundo gracias al coraje, a la técnica y a la perseverancia de nuestros jóvenes. Felicidades!! Y gracias por todo.

Después, en otro, señaló: Mexico bicampeón, ganó todos los juegos, gracias jóvenes por esta alegría y esperanza que nos han dado a todos los mexicanos. Felicidades!

Y concluyó con un reconocimiento a la gente que estuvo alrededor de los monarcas: “Felicidades y gracias a los papás de estos campeones, a sus maestros, al entrenador Raúl Potro Gutiérrez, a la Femexfut”.