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Concepto del Cuarteto Fundamental y José Isidoro Ramos

Un concierto para volar en el Ollin Yoliztli: El fandango de los pájaros
 
Periódico La Jornada
Domingo 26 de junio de 2011, p. 3

Un concierto para volar en las alas de la música. Con la premisa y claridad de que antes de la música humana fue la música de la naturaleza, y que la primera abrevó y surgió al imitar a la segunda, el Cuarteto Fundamental y el guitarrista José Isidoro Ramos decidieron crear un programa en el que se fundieran el universo de las aves y el de la fiesta.

Fue así que surgió El fandango de los pájaros, programa con obras de Haydn, Eduardo Angulo, Corelli y Boccherini, y que la noche de este jueves fue presentado en la sala Hermilo Novelo, del Centro Cultural Ollin Yoliztli, dentro de la temporada de música de cámara.

La primera obra interpretada fue Los pájaros, de Haydn, en la que, de quererlo, el espectador podía percibir en sus tres movimientos el canto de las aves, o imaginar sus movimientos en tierra, lentos o intempestivos, o su vuelo, o sus rituales, o generarse una alegoría o metáfora que amplificara el tema a cosas más humanas, como las emociones, la belleza o la libertad.

Luego vino Los pájaros (Die Vögel), de Angulo, cuyos títulos de dos de sus tres movimientos son más que explícitos: El coqueteo del pelícano, El que espera... es el buitre y Pequeña serenata diurna, de la que en una ocasión unos músicos le preguntaron al autor: ¿Qué es, cómo la tocamos? Es el canto de los pajaritos en la mañana, les respondió como guía.

Después se tocaron La follia, de Arcangelo Corelli, una pieza festiva y bella, representativa de un género inspirado en danzas portuguesas, y Fandango, de Boccherini, contemporáneo de Haydn, creada con influencia de la música española y en la que por momentos puede percibirse una de las raíces del son jarocho y del huapango huasteco.

En el concierto intervinieron el Cuarteto Fundamental, integrado por la violoncellista Mónica del Aguila, los violinistas Arturo González y Guadalupe López, y la violista Erika Ramírez, además del guitarrista Ramos y el percusionista Marco Antonio Peralta.

–¿Cómo surgió esta idea de hacer un programa que explorara la música en su vinculación con las aves? –se le pregunta a Mónica del Aguila luego del concierto.

–Como ya teníamos preparado el quinteto de Los pájaros (Die Vögel), de Eduardo Angulo, con el maestro guitarrista José Isidoro Ramos, éste nos dijo que había que tocar Boccherini, que tiene mucho repertorio para guitarra y cuarteto de cuerdas, y por eso incluimos Fandango.

“Mientras armábamos el programa, recordamos que hay un cuarteto de Haydn que también se llama Los pájaros. Entonces, hacerlo temático y a la vez fundirlo con la fiesta, me pareció interesante. Por eso también tocamos La follia, de Corelli, una danza medieval muy festiva y maravillosa, y que era una escritura que se desarrolló mucho en el Renacimiento, en el barroco.”

La violonchelista coincidió en que la relación de la música con la naturaleza, y en especial con el canto de las aves, proviene desde los primeros tiempos de la humanidad: De épocas más recientes mencionó ejemplos como el de Vivaldi, quien en La primavera trató de imitar su canto.

Todos los que somos maestros de música tratamos de explicarle a los chicos que lo primero que existió como música fueron las percusiones, porque el ser humano descubrió cómo mantener un ritmo por medio de ellas, claro, dándose cuenta de lo que le rodeaba y estableciendo el ritmo que la naturaleza le daba.

Por otro lado, destacó, en muchas obras nuevas o contemporáneas se percibe un caos. “¿Por qué?, porque ya el siglo XXI es un caos. Entonces, claro que sí tienen que ver esos momentos de la naturaleza, porque antes era más tranquila.

A compositores como Vivaldi, e incluso como Eduardo Angulo, claro que los inspira la naturaleza, pues como artistas buscan serenarse y expresar su sentir emocional con su música. Yo conozco a Angulo y es una persona muy tranquila y paciente, y eso lo vuelca en su creación.